La nueva realidad de nuestro equipo de Baloncesto Masculino

Especial para CLARIDAD

En estos días que se llevó a cabo el festival de Claridad es imposible no pensar en el compañero Elliott Castro, con quien  por años tuve tertulias sobre el futuro de nuestro Equipo Nacional de Baloncesto.  Mientras veía los juegos jugados este fin de semana frente a los Estados Unidos en la primera ventana del Americup 2021  (estuve presente en el juego del pasado jueves y observé  el del domingo por televisión), me vino a la mente una de esas tertulias por partes. Confieso que no recuerdo toda  la conversación pero que empezaba con el comentario “nos mal acostumbraron”. Recuerdo que al indagarle sobre a qué se refería me decía que nuestro equipo de baloncesto de entre  mediados de los 80 al 2015, no tuvo  una verdadera reestructuración. Si bien pasó por una transición de jugadores nunca tuvo un proyecto de reestructuración completa. Cuando le pedí más explicaciones éste me comentó que Puerto Rico había logrado algo poco usual durante esos años  pues cuando jugadores de la talla de Piculín Ortiz, Ramón Rivas y mas adelante Danny Santiago se retiraron o dejaron de producir a grandes escalas vino aquella sepa de “gares”  encabezada por Carlos Arroyo  y Larry Ayuso que logró que  pudiéramos compensar por la falta de producción de nuestros hombres grandes. A ese grupo eventualmente se uniría José Juan Barea. Todo esto lograba tapar algunas de nuestras  fallas o por lo menos que no se vieran tan marcadas. 

Pero desgraciadamente el tiempo pasó y el baloncesto internacional cambió; jugadores como Arroyo y Ayuso se retiraron y llegó el momento de la verdadera  reestructuración de ese equipo. Aunque José Juan Barea todavía juega en algunas ocasiones (si por él fuera jugaría todas pero sus compromisos con la NBA no lo dejan) ha quedado demostrado que ya no contamos con jugadores de aquel nivel. Lo que hacía a esos jugadores especiales era que podían  en cualquier día adueñarse de un partido y darnos la victoria. Eso ya no existe y nos ha obligado a conformar un equipo de obreros del deporte que batallan y dan el máximo pero desgraciadamente, como fue el caso este fin de semana, perderán con equipos que los superen en tamaño, atletismo y que expongan nuestras grandes deficiencias, como salirles a jugadores altos que tiran del perímetro. Para colmo no es secreto  que tenemos grandes baches ofensivos donde no anotamos por 5 o 6 minutos. Nuestro equipo no es el mejor ni el peor simplemente pasa por un proceso natural de recambio donde será competitivo con equipos de la región como República Dominicana, México, Uruguay y Venezuela mientras que tenemos que admitir que equipos como Estados Unidos, Brasil, Canadá, y Argentina nos dominan en estos momentos, por las razones que sean, que  hay muchas, pero ese  no es el propósito de este escrito.

Pese a las dos derrotas se vieron buenas señales

Cuando un equipo te domina de 13 y 22 puntos como hizo Estados Unidos este fin de semana es difícil encontrar aspectos positivos, pero sí los hubo. Ante el sorpresivo retiro de David Huertas, Gian Clavell se convirtió en nuestro principal cañón ofensivo, teniendo una gran demostración en ambos juegos. Clavell, que juega en  España, ha seguido progresando y si se mantiene saludable debe ser nuestro principal anotador por la próxima década en los torneos que Barea no esté. Por otro lado el joven Isiah Piñeiro, quien debutara con nuestro equipo nacional en el pasado Mundial, también demostró gran progreso  en su juego ofensivo, sobre todo en su mejoría notable en el tiro de tres puntos, para un equipo como el nuestro que tiene poca ofensiva es bienvenido un nuevo tirador.

La ayuda llegará pero tardará un poco

No perdamos de vista que esta ventana que comenzó el pasado jueves va dirigida al ciclo olímpico del 2024.

En el camino se espera que lleguen una serie de jugadores que entiendo deben aportar significativamente. Confío que ya para mediados del 2021 o a mas tardar 2022, se integren jugadores como Iván Gandía, Jhivan Jackson Meléndez, Andrés Curbelo, Isiah Manderson y Christopher Brady por mencionar algunos, todos ellos son juveniles que entiendo pronto  deben integrarse al equipo grande  pues algunos de ellos ya tuvieron experiencia con el equipo en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Aunque no tuvo una gran demostración me pareció fue acertada  la selección de Derek Reese  en el equipo, éste  nos da un combo en  la posición dos y tres y cuando se encuentre debe aportar en grande.

 Casiano y la fanaticada

Durante la preparación del equipo se anunció que Eddie Casiano, nuestro actual dirigente, se mantendrá a cargo del equipo por lo menos hasta el 2023. Eso es una gran  noticia pues da una continuidad de trabajo que el equipo no ha tenido los últimos años cuando se intentó  traer figuras como Paco Olmos y Rick Pitino pero no dieron resultados. Aunque se que alguna de la fanaticada no estará satisfecha con la extensión a Casiano es momento de darle un voto de confianza. Nuestra fanaticada se ha caracterizado por siempre apoyar a nuestro equipo masculino de basket y espero que en estos momentos no sea la excepción. Son momentos duros pero hay que seguir apoyando a los nuestros en la cancha, les aseguro que vendrán tiempos mejores, sin duda como decía Elliott “nos mal acostumbraron”.

Artículo anteriorAbey Charrón Walker: El hombre del cartel 2020
Artículo siguienteNombramiento miembros de la Junta: Todavía sin adjudicar el caso