24 Rendez-vous con el Cine francés: El cine a la vanguardia Parte 1

Soledad Romero / Especial para En Rojo

El vigésimo cuarto Rendez-Vous con el Cine Francés (28 de febrero al 10 de marzo, 2019), tuvo lugar en la venerable sala del Teatro Walter Reade auspiciado por la Film Society del Lincoln Center de Nueva York. La jornada estuvo plena de sorpresas, contrastes, variedad de selección con un contenido muy al día respecto a la temática contemporánea con perspectiva de género. Se exhibieron cintas realizadas indistintamente por mujeres y hombres. Paralelamente se le rindió homenaje al realizador François Truffaut con la exhibición de Les Quatre Cent Coups/Los 400 golpes (1959), pieza emblemática de la nouvelle vague (nueva ola) el estilo cinematográfico que fue una de sus notables contribuciones. 

Las hijas del sol/Les Filles du Soleil 

(Eva Husson) 

Un destacamento de mujeres capitaneadas por la guerrillera Bahar (Golshifteh Farahani) defendió vida y territorio durante la invasión de Monte Sinjar por ISIS, la organización islámica extremista que asoló diversas regiones del oriente próximo en el Kurdistán iraquí. Dicha devastación le fue cobrada con creces a la población local al nivel más íntimo: asesinato de familiares; secuestro de hijos para someterlos a entrenamiento; venta y cautiverio de niñas pre adolescentes para una brutal explotación sexual; tortura y esclavitud sexual sufrida por las mujeres adultas. La cantidad de vejámenes e inhumanos atropellos equivalente a un genocidio, las forzó a huir y levantarse en armas tras sobrevivir la masacre de Corduene. Durante las acciones de defensa y ataque las acompañó una fotógrafa europea (Emmanuelle Bercot) quien en abierto desafío se arriesgó a viajar al escenario bélico documentando con veracidad la experiencia de estas heroínas que se entrenaron para enfrentar la opresión y el exterminio étnico del pueblo kurdo. Siendo ésta una compleja y preocupante realidad ya que los Kurdos ocupan un territorio con yacimientos de petróleo en una extensa zona colocada en la mirilla geopolítica de grandes intereses locales y foráneos. Tales hechos ahora se nos revelan con toda su fuerza y significado gracias a esta película no exenta de controversia crítica en Europa. 

El Servicio Voluntario/Volontaire

 (Hélène Fillierès)

Laura Baer (Diane Rouxel) recién graduada de la Sorbona acaba de aceptar un trabajo administrativo en la Academia Naval del Ejército de Francia. La decisión escandaliza a su madre una actriz de renombre, al igual que a su padre. Su apasionado novio lo toma con cierta templanza y diversión. El recio Comandante Rivière, encarnado por el enigmático actor Lambert Wilson, va a convertirse en la figura de autoridad ante quien tiene que medirse, particularmente, cuando la someten al riguroso entrenamiento de resistencia física y sicológica como a cualquier recluta varón. Sucede que Rivière la desestima durante el proceso haciéndola sentir más débil, vulnerable, no apta para la guerra que es asunto de hombres. En la película se va creando un ambiente de tensión silenciosa, miradas y deseo mal disimulado, aunque no declarado. La gracia de la película en su ritmo creciente consiste en el ambiente que el dúo va creando en su entorno mientras libran una batalla que es un juego de voluntades y poder. Ella está peleando por su emancipación con tenacidad; él, contra los demonios que se le encienden adentro quitándole la respiración cada vez que la mira, una mujer joven, inteligente, discretamente seductora. La aparente resolución del dilema nos pareció sorprendente. La fotografía de las escenas exteriores muestran extraordinaria nitidez y belleza. Es un filme divertido y sutil. 

Pre-Médicos/Première Année (Thomas Lilti) 

Intensa, emocionante y veraz; estimulante pero sobre todo divertida cuando nos convierte de súbito en testigos de las peripecias de dos apasionados estudiantes que aspiran a ser médicos. El ritmo acelerado de la edición va a acrecentar nuestro interés siguiéndolos en los preparativos para el examen de entrada, y los cursos iniciales en la escuela de medicina. Para Antoine (Vincent Lacoste) es su tercer intento de pasar la prueba decisiva. Su futuro colega, y amigo Benjamín (William Lebghil), hijo y hermano de médicos se convertirá en su ángel tutelar, quien de acuerdo a su criterio se trata de encontrar atrechos para memorizar, aprender, dominar la densa materia de biología y química acumulada durante siglos referente al funcionamiento vital del cuerpo humano saludable, sea al revés o al derecho, sin trucos, ni magia o exorcismo ¡a pura ciencia! Excelente experiencia.

Margot y Margot – Belle et Belle 

(Sophie Fillières) 

¿Qué ocurriría si de la nada apareciera una persona que afirma ser tu doble, o tú misma, guardando algún parecido físico aunque no en edad, y se llamara Margaux (Sandrine Kiberlaine) igual que tú, o sea Margaux (Agathe Bonitzer)? ¿Y si comenzara rememorando anécdotas y te acosara confirmando experiencias verídicas duales? Para terminar te afirma que ambas han estado compartiendo—sin saberlo—el mismo galán (Melvil Poupaud), un apuesto y amoroso maestro de esquí ¡qué no faltaba más!, las había estado atendiendo, celebrándolas con naturalidad y complacencia. ¿Te preguntarías si es un sueño de carácter surrealista, una narración de realismo mágico, un caso de desdoblamiento de la personalidad? O simplemente lo más burdo, alguien sustrajo los datos de identidad con intención de chantaje. La cinta se desliza sobre el esplendor de la nieve a plena luz de invierno con relativa levedad no exenta de humor e ingenuidad; aunque llegado a un punto alguien va a tener que decidir porque se va formando un dédalo de sentimientos e intensos deseos que podrían desbarrancarse y ser atrapados por un alud. ¿Y ahora qué hago? No hay cama pa’tanta gente y la película no es un ejercicio de vida íntima y comunal en trío. Tampoco es Jules et Jim (1962) de Truffaut. Afortunadamente, los involucrados llegan a un entendido relativamente civilizado. Hemos disfrutado de un acertijo con respuesta algo fácil y feliz.

Mademoiselle de Joncquières 

(Emmanuel Mouret) 

La cinta es una adaptación de la obra Jacques el Fatalista (1796) del filósofo Denis Diderot (1713 -1784), notable enciclopedista y figura principal de la Ilustración francesa, por el director. La puesta en pantalla rebasa los límites de la estética de la época, permitiendo que nos sobrecoja el lujo exquisito del mobiliario, la opulencia de la decoración, el oropel desbordado, los tapices, la platería, el mármol al estilo barroco; vestuario de seda, encajes, el perfume de las flores que se desprende de búcaros repletos. Intentamos descansar la mirada quedando extasiados con la naturaleza de la tupida arboleda, o en los jardines con diseños de topiarios. Nos ofrece una pintura donde la luz y el aire se transparentan entre las delicadas hojas. Esta intensión de borrachera visual, opera en contraste con la comedia de alcoba y la sátira cruel implícita en el tema de la pieza. Un Casanova lujurioso, Don Juan decadente y libertino, el marqués le ha puesto el ojo a una dama viuda. Lleva una temporada hospedado en su palacio como invitado pero el plan de conquista no ha sido efectivo para ablandar los sentimientos de la bella. Al poner todo su empeño en la estrategia del discurso valiéndose de una labia exquisita, la sumerge en un torrente de frases agudas, elegantes bons mots logrando la seducción. Ambos se entregan a una pasión desbocada hasta llegar al hartazgo (son aristócratas ricos, no tienen que trabajar). Comienzan las dudas, aparece el germen de los celos. La pareja se transforma dando lugar a un juego de venganza e intriga implicando a personas inocentes, enredadas en una madeja tupida que terminará arrastrándolos culminando en un final irónico, con trastoque de sentimientos y propósitos. Amor, celos, contraste violento entre riqueza, belleza y maldad despiadada que juntas y del brazo, se anulan mutuamente. Alguien va a quedar burlado de manera irreparable. La pieza está emparentada con la copiosa narrativa erótica de intensión escandalosa del marqués de Sade, y de Choderlos de Laclos, donde nada se respeta, siendo un gozo mayor la transgresión y el placer con daño moral. 

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