A 55 años de la “Embajada” de Puerto Rico en Cuba

CLARIDAD

La Habana, Cuba-Hace 55 años, el líder independentista puertorriqueño, Juan Mari Brás, se refirió a ella como “la primera y única embajada de Puerto Rico en el mundo”. Cinco décadas y media después, ahí sigue, como en su primer día, un enclave para adelantar la lucha internacional por la independencia de Puerto Rico y, a su vez, símbolo de los lazos históricos que unen a nuestra isla con Cuba.

Fidel Castro saluda a Juan Mari Brás en ocasión de su vista a la Misión en su 30 aniversario. foto Félix Cordero

Fundada el 8 de marzo de 1966, la Misión de Puerto Rico en Cuba fue una obra conjunta del líder independentista puertorriqueño, Juan Mari Brás, y el Comandante histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro. La institución, que este 2021 conmemora su 55 aniversario, era –y sigue siéndolo– expresión viva del compromiso del pueblo cubano con el derecho a la independencia de sus hermanos puertorriqueños.

La idea central de la Misión, en sus orígenes, era la de tener un espacio en La Habana para hacer trabajo internacional a favor de la descolonización y la independencia de Puerto Rico. Mas, con el tiempo, la sede se ha convertido también en una especie de “embajada puertorriqueña”, que no mira colores ni ideologías políticas a la hora de abrir sus puertas a visitantes o de apoyar igualmente eventos culturales entre ambas islas.

Testigo y protagonista de esa labor ha sido Edwin González, quien llegó a La Habana hace 30 años como delegado de la Misión “con la encomienda de abrirla a todos los puertorriqueños, sin importar ideologías.” y así se ha hecho.

“La misión va más allá del sector independentista puertorriqueño. Hemos trabajado mucho en los últimos años en dar a conocer la misión de Puerto Rico y yo creo que hemos logrado avanzar en ese sentido”, enfatiza.

La tarea, sin embargo, no ha sido fácil. Desde el inicio mismo de su fundación, la Misión fue un desafío a quienes han pretendido aislar a Cuba y a su Revolución, por un lado, y a quienes han atacado constantemente a los movimientos independentistas boricuas, por el otro. Esto último incluye al gobierno de los Estados Unidos, su ilegal y genocida bloqueo contra la Mayor de las Antillas y sus constantes restricciones a la hora de permitir intercambios culturales, deportivos o políticos entre ambas naciones.

Por eso y por sobre todas las limitaciones impuestas todos estos años desde Washington, es una victoria para quienes dirigen la Misión haber logrado “imponer el derecho de venir a Cuba”, reafirmando siempre la voluntad y el deseo de los puertorriqueños de mantener –más allá de estatus coloniales e imposiciones políticas– sus vínculos con su hermanos caribeños.

“Hacemos los esfuerzos para que la gente venga y conozca la realidad del país, como una manera de hacer solidaridad con Cuba”, señaló González, quien afirmó que “nosotros tenemos derecho a tener relaciones y vínculos con Cuba, incluso más que con Estados Unidos”.

LAZOS HISTÓRICOS DE LUCHA Y SOLIDARIDAD

Si bien la Misión de Puerto Rico en Cuba cumple más de medio siglo de fundación, las relaciones entre los hermanos países datan de más de un siglo. En las guerras por la independencia de Cuba combatieron decenas de puertorriqueños, entre ellos, el mayagüezano Juan Rius Rivera (1848-1924), quien peleó junto al General Antonio Maceo y de cuya estrecha relación surgió la promesa del llamado ‘Titán de Bronce’ de no enfundar jamás su espada mientras Puerto Rico no fuese libre.

En los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano (PRC) había dejado también plasmadas tales ideas José Martí al momento de su creación el 10 de abril de 1892: “El Partido Revolucionario Cubano se constituye para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la Isla de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico”.

Según Edwin González es precisamente “por esa historia común que tenemos, ese compromiso histórico que siempre ha estado, esa solidaridad constante de Cuba y de la Revolución Cubana que viene de siglos anteriores”, que se erige en La Habana la Misión puertorriqueña. Para él, “la Revolución cubana vino a fortalecer ese gesto solidario y la misión vino a institucionalizar la presencia del independentismo en Cuba”.

En la misma línea opina Noemí Rabaza Fernández, vicepresidenta primera del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), quien visitó este 8 de marzo la Misión para patentizar “su amistad y solidaridad” con el hermano pueblo puertorriqueño.

“Esta Misión es un concepto que siempre ha tenido Cuba, que nos inculcó Fidel, de que las causas justas se defienden y se defienden bien, con compromiso [y es también]una esperanza de que logremos alcanzar los sueños de Martí, una esperanza de que logremos alcanzar los sueños de Fidel.”

 En declaraciones a CLARIDAD, Rabaza Fernández catalogó además de “injusticia aberrante” el sometimiento político por más de un siglo de Puerto Rico a los Estados Unidos y subrayó el compromiso del ICAP para con la lucha puertorriqueña.

“En el ICAP, que es defensor de las causas justas, como lo ha sido la Revolución, siempre la causa de Puerto Rico ha sido una prioridad para nosotros. Estos 55 años son de compromiso de Cuba con Puerto Rico, con su causa con su pueblo, con la gente que ha dado su vida, con la gente que aposta con que podemos lograr la victoria”.

 VIVO EL LEGADO DE JUAN MARI

 Si de defender las causas justas y conservar esperanzas se trata, basta recordar la figura de Juan Mari Brás. Poeta, académico, político y, sobre todo, revolucionario, su vida entera estuvo dedicada a la lucha por la independencia de su país desde la construcción de la verdad y el trabajo político constante. En definitiva, fue uno de esos que Bertolt Brecht llamaría “los imprescindibles”.

“Fue una de las figuras más importantes de la historia del Puerto Rico del siglo 20. Trascendió la visión tribal, de grupo, del movimiento independentista y encarnó la visión de un Puerto Rico integral, del Puerto Rico presente”,así lo describió hace unos años Julio Muriente, quien fuera también delegado de la Misión en La Habana en la década de los 80.

Mari Brás fue uno de los principales fundadores en 1959 del Movimiento Pro Independencia de Puerto Rico (MPI) y del eventual Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), del que llegó a ser su Secretario General. Junto al periodista y sindicalista César Andreu Iglesias, fundó también el periódico CLARIDAD, único rotativo en la isla cuya línea editorial es claramente anticolonial e independentista.

En 1973, se convirtió en el primer boricua que compareció ante la ONU para solicitar la independencia de Puerto Rico. Unos años antes, durante la toma de posesión, el presidente de Chile, Salvador Allende, le eligió como el orador en representación de las delegaciones anticolonialistas allí presente.

Su visión larga y su legado hacen que la política de Puerto Rico –y más en concreto el movimiento independentista de la isla– sea difícil de explicar sin tomarle en consideración. A más de una década de su muerte, su gesta sigue tan vigente como entonces. Tanto la Misión de Puerto Rico, como el periódico CLARIDAD, operan hoy con constancia y empeño y siempre velando por las enseñanzas de su fundador.

En cuanto a la Misión siempre queda trabajo por hacer. Para González, la institución ha logrado cumplir todo este tiempo con su principal encomienda, pero hace falta reforzar áreas como la presencia de la “embajada” en las redes sociales, “fomentar los grupos de intercambio cultural y reforzar los trabajos y las relaciones con las otras embajadas en La Habana, en especial, las de América Latina, para seguir fortaleciendo la institucionalidad de la Misión”.

En palabras de Rabaza Fernández, “no nos podemos cansar, porque esa justamente es la esencia de la lucha de todo revolucionario, como decía Fidel: la fe infinita a la victoria”.

Los 55 años de la Misión no son sólo de Puerto Rico, también lo son de Cuba. “… de un pájaro las dos alas”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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