A veces llegan cartas: Aires de Impunidad

 

Por José González Taboada

Hace unos tres años el afamado trovador Roberto Silva compuso una bellísima canción titulada Aires Navideños, que debería ser el himno de la tradición Navideña de las parrandas. Fue una gran aportación de Silva a nuestra tradición. Desgraciadamente, durante décadas, se ha creado en Puerto Rico otra tradición, la de la corrupción. Y su himno parece titularse Aires de Impunidad.

No me refiero únicamente a los legisladores y alcaldes corruptos, especie que está muy lejos de colocarse en peligro de extinción. De esos se habla todos los días, no solo en los programas noticiosos y de análisis, sino también en los programas de chismes. Son, después de todo, la comidilla del día y de todos los días.

Pero hay unos sujetos, naturales y jurídicos, para los que también soplan los aires de impunidad. Son aquellos que con sus acciones de dudosa legalidad llevaron a Puerto Rico a la quiebra. Aquellos que decidieron emitir deuda irresponsablemente y los que los ayudaron a emitir deuda ilegal e inconstitucional.

Aquí hay todo un “dream team” de reyes y reinas de la impunidad. Los que tomaron prestado a sabiendas de que no podrían pagar, los que mintieron a los mercados ofreciéndoles bonos de dudosa calidad, los que en menos de seis años elevaron la deuda de COFINA a $17 mil millones: gobernadores, banqueros, corredores, bufetes de abogados, firmas de contabilidad, auditores. A ninguno de estos sujetos se les ha pedido cuentas. Inclusive, a algunos se les garantizó el no exigirle cuentas a cambio de dar su voto a favor del nefasto plan de ajuste de la deuda. Soplan fuerte los aires de impunidad.

Los gobiernos, con la complicidad de los medios, distraen continuamente al pueblo con noticias inanes y baladíes para que no se les pida cuentas. Hasta una granada en la autopista recibe más espacio y análisis que los verdaderos problemas del país y los causantes de estos. Y fíjense que digo causantes, no causas, pues la quiebra de Puerto Rico es hechura de todos los pseudo líderes que nos han lanzado al despeñadero fiscal que padecemos. Ni a la recesión ni al despreciable colonialismo que padecemos podemos imputarle esta situación.

¿Y qué consecuencias han tenido que enfrentar estos mal llamados líderes y todas aquellas personas y entidades de todo tipo que se enriquecieron mientras quebraban a Puerto Rico? Ningunas. Son huracanados los aires de impunidad.

La ley PROMESA supuestamente ayudaría a Puerto Rico a salir fortalecido del proceso de quiebra. La Junta de Supervisión Fiscal sería la encargada de lograr los objetivos de PROMESA. Pero a quienes único ha fortalecido la Junta es a los bonistas y a los que debieron ser encausados de haberse llevado a cabo una auditoría integral de nuestra deuda. La Junta trajo consigo más aires de impunidad. Y soplan tan fuerte como los de María. Excepto que su efecto devastador va a ser mucho más largo.

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