Análisis de Noticia: Advierte The New York Times Crisis profunda en las colonias estadounidenses de ultramar

Como si fuera una pandemia incontrolable, una crisis fiscal y económica de proporciones mayores parece estarse extendiendo a través de las colonias estadounidenses de ultramar. Ya no puede aducirse que el Puerto Rico en quiebra es la excepción en el panorama del fracaso colonial del Imperio. Hemos sido todas las colonias víctimas de la misma actitud sorda y ciega del gobierno de Estados Unidos hacia nuestra realidad y problemas.

Las Islas Vírgenes Estadounidenses (St. Thomas, St. Croix y St. John), aquí cerca de nosotros, y las islas de Guam, Samoa Americana y Marianas del Norte, en el Pacífico –todos colonias o “territorios” de Estados Unidos– marchan inexorablemente por la misma ruta que nuestro país ante la creciente insuficiencia de sus recursos fiscales, la aguda falta de desarrollo económico y los déficits millonarios en los sistemas de pensiones de sus retirados del servicio público. Islas Vírgenes también confronta un alto nivel de endeudamiento, lo que ha provocado la inquietud entre sus acreedores. El pasado mes de enero, el gobierno de Islas Vírgenes no obtuvo financiamiento para una nueva emisión de bonos, quedándose prácticamente sin dinero para garantizar sus operaciones básicas durante los meses de febrero y marzo de este año. Así ha caído bajo el peso de una trayectoria de endeudamiento progresivo sin fuentes de repago muy parecida a la de Puerto Rico. La deuda pública de Islas Vírgenes alcanza la astronómica cifra de $6, 500 millones que recaen sobre una población de escasamente 100,000 personas.

Este es el tema de un abarcador artículo titulado “After Puerto Rico´s Debt Crisis, Worries Shift to the Virgin Islands”, de la periodista Mary Williams Walsh, que fue publicado en la edición del 25 de junio del influyente diario estadounidense The New York Times.

A través de la pieza periodística se revela cómo, al igual que en Puerto Rico, una tras otra las demás colonias/territorios estadounidenses de ultramar muestran los estragos de una relación colonial que les ha castrado su desarrollo. Como todos los imperios y potencias coloniales, en lugar de promover economías sostenibles en los territorios conquistados, Estados Unidos las ha sometido al vaivén de sus estrategias e intereses cambiantes, obligándolas a sobrevivir mediante la dependencia de fondos que se asignan desde Washington, creando un mercado laboral artificial donde el gobierno local y federal es el principal patrono, y con unas bases económicas muy frágiles que no corresponden a los recursos y posibilidades de cada isla. La periodista del Times hace una descripción muy precisa de los problemas que acarrean.

En la Samoa Americana, por ejemplo, la economía recibió recientemente un enorme sacudión al cerrar en diciembre pasado una planta empacadora de atún que proveía muchos empleos. La planta tomó la decisión de cerrar cuando se le requirió pagar a sus empleados el salario mínimo federal. Como resultado, la agencia calificadora Moody´s le otorgó una perspectiva negativa a la deuda de dicho territorio. Estos datos sencillos– y escritos de manera casual en el mencionado artículo– nos permiten advertir la fragilidad económica de la isla y el pobre nivel y calidad de vida a que puede aspirar su población.

En las Marianas del Norte, sobresale su agotado sistema de pensiones como su principal problema, según el mencionado artículo. El intento del gobierno de las islas por declararlo en bancarrota no prosperó en el tribunal, y el recorte de 25% puesto en vigor, además de resistido por los pensionados, se tornará académico cuando el sistema se extinga en apenas seis años.

Como enclave militar, la isla de Guam prácticamente vive de las instalaciones militares estadounidenses en su territorio, pero aún así, el artículo del Times señala que sienten preocupación por su creciente deuda pública y el efecto que la decisión del Congreso de Estados Unidos sobre Puerto Rico pudiera tener sobre dicho territorio. Según el artículo citado, la legislatura local derrotó recientemente una propuesta para tomar prestados $75 millones para pagar los reintegros contributivos.

Pero donde más se agudiza el problema de deuda pública es en las Islas Vírgenes, con el desempleo generado por el cierre de la refinería que operó en St. Croix por décadas, y que constituía, junto al gobierno, el principal patrono en dichas islas y un pilar contributivo. El artículo del Times señala también que la experiencia de lo ocurrido en Puerto Rico generó incertidumbre en los mercados y movió a las agencias calificadoras– Fitch Ratings y Standard &Poors– a degradar a nivel de chatarra los bonos de las Islas Vírgenes a finales del año pasado. Esto ahuyentó a los inversores y obligó a la ya mencionada cancelación de la nueva emisión de bonos del pasado enero y sus efectos concomitantes de falta de efectivo para operar el gobierno y el diferimiento de los pagos al plan de pensiones de los empleados públicos como medida provisional para sostenerse operando. El gobierno ha respondido reactivando un plan económico que mantuvo engavetado por cinco años, con aumentos de impuestos en ciertos renglones, así como en la tarifa de energía eléctrica, y también se encuentra inmerso en un pleito con sus suplidores de combustible que le demandaron alegando falta de pago. El artículo del Times señala, además, que el gobierno de Islas Vírgenes se propone reestructurar el plan de pensiones este próximo otoño para detener su erosión.

En resumen, se trata de la crisis de un sistema colonial moribundo que “pica y se extiende” hacia todas las colonias/territorios del imperio estadounidense. Cegado por su soberbia, el Imperio se ha negado por más de un siglo a asumir su responsabilidad como potencia colonial. En este momento, cuando ya no puede ignorar más su fracaso, el Congreso de Estados Unidos ha creado PROMESA, una ley que pretende resolver las crisis en sus colonias a un costo irrisorio para el Imperio, pero elevadísimo para las poblaciones empobrecidas de estas islas. La prepotente actitud imperial se resume perfectamente en la expresión del analista Matt Fabian, socio de la firma Municipal Markets Analytics, a la periodista del New York Times: “Washington no puede manejar apropiadamente su relación con los estados, mucho menos con los territorios”.

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