Avelino González Claudio:  ¡Comandante!

 

 Por Manuel E. Meléndez Lavandero

La lucha revolucionaria en Puerto Rico tiene muchos ejemplos de seres que han dado todo por la causa de liberación nacional. Muchos de ellos(as) han pasado de bajo perfil en el cumplimiento de tales tareas políticas.

Hombres y mujeres que, en silencio, fueron construyendo las bases materiales y operacionales para desarrollar niveles de lucha superior a nivel político-militar; un método de lucha legitimado por la comunidad internacional, para aquellos pueblos que enfrentan el oprobio del colonialismo.

Uno de esos seres es, Avelino Gonzáles Claudio, exprisionero político, dirigente histórico del Partido Revolucionario de los Trabajadores Puertorriqueños (PRTP), fundado en 1976 y del Ejército Popular Boricua (Macheteros/1978-1983).

Desde temprano en la década de los años sesenta, Avelino ingresa a la lucha independentista, como militante y luego dirigente de la Federación de Universitarios por la Independencia (FUPI). La FUPI recoge las banderas de lucha del nacionalismo Albizuista y desarrolla luchas por una mejor educación, contra el servicio militar obligatorio, por la independencia nacional. El contexto histórico es también influenciado por la triunfante Revolución Cubana, que inspira a las nuevas generaciones a luchar, por todos los medios necesarios, incluyendo la lucha armada, para la conquista del poder político, necesario para construir una nueva sociedad.

A  finales de los años sesenta y principios de los setenta, Avelino, junto a Filiberto Ojeda Ríos, Hilton Fernández Diamante, Narciso Rabell Martínez, José María Lima y Roberto Todd Pagan, entre otros(as), fundaron el Movimiento Independentista Revolucionario en Armas (MIRA). Organización político militar que desarrolla una intensa campaña de propaganda armada, en favor de la independencia de Puerto Rico, durante los años (1968-1972).

La organización sufre un rudo golpe con el arresto de varios miembros y el descubrimiento de parte de su infraestructura logística. Muchos de sus miembros y dirigentes se ven forzados a pasar al clandestinaje más estricto e inclusive abandonar el país, algunos rumbo a Nueva York.

Luego de producirse la evaluación y el análisis de situación (1971), Avelino junto a otros líderes del grupo, con otros cuadros revolucionarios (hombres y mujeres), deciden continuar la lucha y reestructurar el aparato clandestino. Se producen acercamientos entre el MIRA y otra organización en formación política-militar de nombre Milicias de Liberación Nacional. Se dedican esfuerzos para desarrollar una base organizativa y preparar condiciones para iniciar operaciones. Diferencias políticas en cuanto a la concepción organizativa prevalecieron y las organizaciones, que se agruparon de 1972 a 1975, comienzan un proceso de separación. El saldo positivo de dicho proceso fueron ricas discusiones políticas sobre el tipo de organización a construirse, lo cual vendría a rendir frutos más adelante.

Luego de su vida universitaria Avelino pasa a vivir a Nueva York donde contribuye a organizar el aparato clandestino en esa ciudad y a establecer contactos con dirigentes de organizaciones políticas revolucionarias de la diáspora, entre ellas con los compañeros del Comité-MINP.

 

Disciplina revolucionaria

Entre las características que definen a Avelino, una es su disciplina revolucionaria demostrada en múltiples ocasiones. Cuando la organización le pide que regrese a Puerto Rico para integrarse a la lucha de acción directa, Avelino deja su empleo en Nueva York y se muda a Puerto Rico, con su esposa e hijos.  Tuvo diferentes trabajos, hasta que ocupo un puesto de gerencia en uno de los bancos de Puerto Rico.  Al momento de los arrestos de agosto de 1985 se desempeñaba como administrador de los Talleres Alborada, donde se publicaba la revista Pensamiento Crítico.

Desde su fundación en 1976 hasta el 30 de agosto de 1985 cuando se producen los arrestos masivos de altos dirigentes y militantes del PRTP y del nuevo EPB Macheteros (1984), Avelino fue parte del Comité Central y del Buró Político. La organización llegó a desarrollar cientos de operativos, grandes y pequeños, de todo tipo, como expropiación de fondos, acción directa contra objetivos militares de las fuerzas militares y aparatos represivos yanquis en Puerto Rico, todas enmarcadas dentro de la fase de propaganda armada, política de frentes y lucha de masas desarrolladas por el PRTP.

Nos dice Rosa, quien fuera miembro de la Dirección y compañero de armas de Avelino, que le impresiona siempre su sentido autocritico y espíritu de superación.  Nos narra que: “En una ocasión, luego de un operativo, salen los bocetos de los supuesto asaltantes en los periódicos y uno de ellos era bien parecido a Avelino. Por mi parte, acepte mi responsabilidad de no haber supervisado su enmascaramiento y el asumió la suya de no haber trabajado mejor ese aspecto”

 “Su compromiso consigo mismo, fue de superar esas deficiencias y lo hizo de tal manera que le permitió permanecer durante más de 20 años clandestino y haciendo vida social en Puerto Rico”, continua Rosa muy sonriente.

Avelino tiene muchas características que lo definen como un ser especial, es ese revolucionario al que todos aspiramos a ser. Su lealtad a la lucha y a sus compañeros(as) supera cualquier prueba. Un ser desprendido, a quien no le atan cosas materiales. Compañero valiente, mente clara para el análisis político y para articular una visión estratégica, sangre fría para la acción.

 

Arrestos del 30 de agosto y el paso al clandestinaje

El 30 de agosto de 1985, el Buró Federal de Investigaciones efectúa un operativo militar, invadiendo cerca de treinta hogares y lugares de trabajo, en Puerto Rico, Estados Unidos y en Méjico, con la ayuda de la Interpol. En el mismo son arrestados 16 compañeras(os) de las direcciones del PRTP-Macheteros y del nuevo EPB- Macheteros, quienes a partir de ese momento enfrentaran acusaciones relacionadas a la expropiación de 7 millones de dólares de un depósito de la Wells Fargo en Hartford Connecticut, ocurrido en 1983.

Avelino llega al país el día 31 de agosto, luego de varias semanas en gestiones políticas en el exterior. Al montarse en el taxi y preguntarle al conductor cómo estaban las cosas, este le menciona el arresto de los Macheteros el día antes.

Aunque el hecho le tomóde sorpresa, lo cierto es que desde semanas antes, la Junta Directiva de la Revista Pensamiento Crítico había advertido que era inminente una ola represiva contra el movimiento independentista en el país. Avelino poseía documentos de identidad alternativos, casa de seguridad y bases de apoyo, lo cual le permitió sumergirse inmediatamente en la más estricta clandestinidad, lo que le permitiría esperar por espacio de varios meses, en lo que se calmaba el ambiente y podía reencontrarse con las estructuras partidarias.

Podemos estipular que los arrestos del 30 de agosto, resultaron ser un golpe fuerte para las estructuras del PRTP y el EPB, le restó dinamismo al movimiento independentista revolucionario en general y las organizaciones clandestinas, en particular, perdieron la iniciativa estratégica en el plano de la lucha político-militar.  No es la intención de estas notas hacer un repaso de ese proceso, valga apuntar que es un análisis pendiente, muy necesario.

Veamos sin embargo que por espacio de 25 años Avelino pudo permanecer en el clandestinaje, viviendo, trabajando y organizando en Puerto Rico. Mantuvo las bases de apoyo necesarias para proteger su identidad, conseguir viviendas, hacer vida social y seguir la lucha por la independencia de su país, inclusive viajar al exterior a cumplir algunas tareas políticas asignadas por la dirección de su organización política. 

Nuevamente, nos comenta Rosa que: “Avelino llegó a participar por algún tiempo de reuniones en un organismo de base del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Su pueblo le protegía”

Pensemos que, durante varios años, al igual que Avelino, su hermano Norberto González Claudio y Filiberto Ojeda Ríos estuvieron operando clandestinamente, al mismo tiempo y viviendo en Puerto Rico. Posiblemente, muchos de los esfuerzos organizativos, tanto del PRTP, como del EPB fueron destinados a mantener la infraestructura material de casas, vehículos, documentos para proteger a los clandestinos.

 Esto mientras dedicaban esfuerzos a impulsar el desarrollo de proyectos políticos y de apoyo a las luchas del pueblo.

 

Captura, prisión y exilio

Luego de su captura en febrero de 2010 y tras 25 años en el clandestinaje, Avelino enfrenta juicio. En el mismo, queda establecido que el operativo de expropiación de los $7millones de la Wells Fargo en 1983, tuvo el objetivo político de financiar la lucha por la independencia de Puerto Rico y, de ninguna manera, para lucro personal.

Esta posición fue la misma que asumieron en años anteriores Jorge Farinacci, Hilton Fernández, Orlando González Claudio (hermano de Avelino) e Isaac Camacho, salvando así, la responsabilidad histórica de no permitir que se criminalice la lucha revolucionaria por la independencia de Puerto Rico.

Avelino cumplió años de cárcel en las prisiones del imperio, fuera del país. Al igual que la mayoría de otros prisioneros(as) políticos boricuas, a la condena de prisión le suma la condena al exilio, lejos del terruño y de la familia. 

Por medio del Comité de Amigos y Familiares de Avelino González Claudio, se logró mantener la solidaridad, el apoyo y la vigilancia sobre los desarrollos de la experiencia de prisión de este. Esto permitió detectar el deterioro de sus condiciones de salud y exigir del buró de prisiones que se iniciara el tratamiento para el compañero.

Llega a Puerto Rico en diciembre de 2012 y es recibido en el aeropuerto internacional de Isla Verde por cientos de compatriotas que le esperaban para celebrar la victoria de su regreso a la Patria, por la que había dedicado tantos años de lucha.

 

Comandante

Como dijimos al principio, Avelino es un hombre sencillo, sin pretensiones, ni ansias de protagonismo. Sin embargo, el peso de sus aportaciones como dirigente y estratega, en el desarrollo de la lucha revolucionaria político militar, por la liberación de nuestro país, no son para pasar desapercibidas.

Nuestro pueblo debe conocer, valorar y verse reflejado en el espíritu rebelde, revolucionario y patriótico de los hombres y mujeres que luchan y dan la vida por transformar y liberar al país del lastre de nuestra condición colonial y aspiran a construir una patria libre y con justicia social para todos.

Es por eso por lo que, en la mejor tradición de las organizaciones y procesos políticos revolucionarios, tenemos en Avelino González Claudio, un Comandante de la Revolución.

 

 El autor fue director de la Revista Pensamiento Crítico (1991-1995)

 

¡Viva por siempre la memoria de Avelino y los héroes y heroínas que ya no están con nosotros y que lo dieron todo desde el clandestinaje! ¡La lucha no se detendrá! ¡Hasta la Victoria, Siempre!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Artículo anteriorZonas de oportunidad: ¿Para quiénes? 
Artículo siguienteDe donde saldrán las medallas boricuas