Buenas nuevas a los 60

 

Por Marcelo Barros/Edición Especial

En la cultura vigente, novidadismo sería el afán de buscar novedades que son consumadas, no porque son justas y buenas, sino sólo por ser novedades. Como si el hecho de ser nuevo significara siempre ser mejor. En el antiguo mundo griego, el término Evangelio significaba buenas noticias sociales, como el perdón de deudas o liberación de prisioneros. 

En el siglo I de nuestra era, el término Evangelio fue asumido por las primeras comunidades cristianas para recordar la misión y propuesta de Jesús, como buena noticia de que ese mundo tiene salvación. El nos llama a construir una sociedad de justicia, paz e igualdad, a partir del amor solidario. Desgraciadamente, con el tiempo, el Evangelio pasó a ser comprendido, casi exclusivamente, como propuesta religiosa. Actualmente, sin negar la libertad de cada Iglesia organizarse como institución religiosa, la buena noticia de un proyecto divino para el mundo va más allá y se refiere a toda sociedad civil, como à las personas que trabajan por un mundo justo y fraterno.

Así, de cierto modo, sí puede decir que, actualmente, en nuestras sociedades, de hecho, quien cumple con más exactitud la tarea de anunciar y dar testimonio del evangelio, en su sentido propio, son los periodistas y las personas que se consagran a la  comunicación social. Sé, de hecho,  que esa comunicación es fiel a la propuesta de la construcción de  un nuevo mundo posible. 

Eso se hace más verdad aún en estos días en que los imperios y poderes dominantes usan la prensa y nuevos medios de comunicación como armas de guerra para destruir quien se oponga a sus proyectos de dominación. Las llamadas “guerras híbridas” juntan operaciones militares a una campaña de difusión de noticias construídas para movilizar una oposición que sirva de base a la presión del imperio. En nuestros días, eso ocurre en Venezuela y otros países latinoamericanos. En este escenario complejo, se hace aún más necesario que las personas y grupos democráticos puedan contar con medios de comunicación que sirvan al pueblo como luz en medio de la oscuridad dominante. Durante 60 años, así ha  sido este periódico, cuyo nombre es exactamente Claridad y  que heroicamente se constituye en  faro de iluminación y discernimiento para diversas generaciones que se suceden en Puerto Rico y en otros países del continente. Ya el hecho de sobrevivir a diversas tormentas y seguir firme, fuerte y eficaz en su misión es signo de la inmensa generosidad de todo equipo responsable por la edición y revela la inteligencia de sus lectores y lectoras, cualificados por su bueno gusto. Felicitaciones y muchos años más. 

El autor es monje benedictino y ha escrito más de 40 libros.

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