Cambios en el modelo educativo

 

Por Giancarlo Vázquez López/CLARIDAD 

gvazquez@claridadpuertorico.com 

Ante la situación que enfrenta el país, se ha pedido a maestros/as, tanto del sistema público como del privado, que utilicen plataformas virtuales para que los estudiantes puedan continuar el semestre desde sus hogares. Sin embargo, en las redes sociales, principalmente, se ha discutido las implicaciones que pudiera traer consigo este cambio en el modelo educativo. Entre otras preocupaciones, resalta la falta de acceso a internet que tienen muchos estudiantes en Puerto Rico. 

Dos maestros compartieron con este medio sus respectivas experiencias a una semana de la nueva modalidad de clases a distancia, que viene a partir de la emergencia causada por el brote mundial del Corona Virus. 

Guarionex Padilla Marty, es maestro de historia en el Centro Sor Isolina en Guaynabo. Una entidad sin fines de lucro cuyos participantes provienen de poblaciones de alto riesgo, entre ellas Caimito, Cupey, Carraízo y áreas rurales de Guaynabo. 

Al tratarse de una escuela alternativa que trabaja con desertores escolares, Padilla explicó que la presencia física y el contacto directo con los estudiantes es bien importante. Algo que no habrá mientras dure la emergencia y que para él –enfatizó– es parte fundamental del proceso educativo.

Pero su duda principal en todo este proceso parte de que muchos de sus estudiantes no tienen acceso a computadoras, ni internet. Quizás tengan acceso a un celular, pero eso no implica que tengan acceso a la red lo que hace la comunicación entre maestro y estudiante más difícil. 

“Se nos ha pedido que utilicemos una plataforma virtual que en la práctica es un veremos de lo que quisiéramos se pudiese hacer, pero las realidades de nuestros participantes nos impiden poder utilizar esa plataforma efectivamente”, subrayó.

Aunque el caso de Padilla y sus estudiantes corresponde a una institución privada, este ha sido también uno de los reclamos hechos por maestros del Departamento de Educación (DE). 

En un comunicado de prensa publicado el pasado viernes 20 de marzo, la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) reclamó que actualmente miles de docentes –como estrategia para garantizar la continuidad en los servicios– se encuentran ofreciendo educación a distancia desde sus hogares sin recursos tecnológicos provistos por el DE y sin pago de internet en la casa. Conscientes de la necesidad de muchos estudiantes, la FMPR señaló también que no se les ha provisto de los equipos tecnológicos a utilizar para conectarse a sus clases a distancia. El comunicado fue publicado en rechazo de la privatización de la educación en línea mediante el Proyecto de la Cámara 2448. 

Incluso, Padilla, no siendo maestro del DE, comentó que en su caso solo tiene acceso a internet mediante “hotspot” (internet del celular), lo que limita la ejecución de sus tareas ya que este servicio es más lento y la mayoría de los paquetes son limitados.

La experiencia de Astrid R. Cruz Negrón, maestra de español en la Escuela Superior Luis Muñoz Rivera en Utuado, no está muy lejos de lo que se ha dicho antes, salvo algunos detalles. Por ejemplo, Cruz realizó un cuestionario en los formularios de Google para saber cuántos de sus estudiantes tenían acceso a impresora, computadora e internet. Según dijo, la mayoría tenía acceso a internet a través de un teléfono, pero muchos no tenían computadora ni impresora en sus hogares, lo que les haría mucho más difícil las lecciones académicas. 

“Ha pasado poco tiempo y nos estamos adaptando, pero en resumen ha sido la creatividad de los maestros la que ha podido atender la situación. Además, se refleja una vez más que las desigualdades de nuestros estudiantes tienen un efecto grande en el proceso educativo y el sistema no las está subsanando”, expresó.

La Luis Muñoz Rivera es una escuela receptora de gente de todo Utuado. Condición que le permite a Cruz ver cómo esta situación afecta a distintas partes del municipio. 

Más allá de lo que corresponde al presente, es un hecho que los sectores aislados de Utuado enfrentan muchas dificultades en términos de acceso a servicios básicos. Cruz dio como ejemplo que cuando en ocasiones hay una interrupción en el servicio de luz o agua se prioriza las zonas más pobladas y el área del pueblo. En cambio, las zonas aisladas tienen que esperar. A pesar de estos inconvenientes tienen el servicio porque hay una compañía pública que lo garantiza. 

“El caso del internet es el vivo ejemplo de que como es privado esas zonas remotas no tienen el acceso, porque no es costo-efectivo para las compañías que ofrecen ese servicio. Mis estudiantes que viven en zonas remotas tienen que esperar a bajar a la zona urbana para conectarse. Contrario a la luz y el agua que la tienen porque es un servicio público. En ese sentido para garantizar a las poblaciones vulnerables tener acceso a todo, que eso les afecta la educación, el internet ya se tiene que considerar un servicio básico y tiene que ser público”, sostuvo. 

Alternativas de comunicación ante la falta de internet 

Tanto Cruz, como Padilla, han tenido que recurrir a alternativas para comunicarse con sus estudiantes y allegarles el material de las clases. Ambas experiencias coinciden en que han tenido que hacer uso de las redes sociales para lograr su cometido. Padilla especificó que la plataforma digital que mejor le ha servido ha sido WhatsApp. Igualmente, han utilizado otros medios como llamadas y correo electrónico. 

Como mencionaba Cruz, esto es algo a lo que los maestros todavía se están adaptando. Hay muchos vacíos, lo que sí está claro es que ahora a los maestros en todo Puerto Rico –y a los estudiantes, obviamente– se les complica todo. 

Padilla trajo a la conversación el tema de los horarios de trabajo, destacando que, si bien el maestro nunca deja de ser maestro, la realidad del caso es que en la práctica están trabajando literalmente las 24 horas.

“Esa idea de que uno va a trabajar de 8:00 am a 3:00 pm es falsa. Uno está dando más tiempo de trabajo del que se supone. Lo que no corresponde porque no es un trabajo que esté siendo pagado”, señaló.

“Hay estudiantes que no necesariamente se van a conectar a primera hora en la mañana, sino que lo hacen cuando les es más conveniente. Entonces, si te envían trabajos después de las 6:00 pm qué que va a hacer uno ¿esperar al otro día para recibir el trabajo? ¿contestarle y seguir enviándole tareas? Uno tiene que contestar en ese momento”, expuso.

Por su parte, Cruz dijo que:

“Nosotros podemos recibir llamadas o mensajes en las redes sociales a todas horas. Habrá quien diga que estamos sin trabajar, pero ahora hay mas tensión que cuando estamos en el salón. Luego, si llegamos al salón, sabemos que va a haber que compensar y compaginar un proceso con el otro que se llevaba y alinear todo eso para cuadrar puntuaciones. Ha sido un año bien atropellado para nosotros también y que nos ha hecho trabajar de más. Uno cambia todo el contenido. En conclusión, sí, estamos recibiendo llamados de padres y estudiantes todo el tiempo. Cada cual tiene la discreción de ponerse un horario, pero humanamente una es sensible y sabe que, a lo mejor, el momento más pacífico en el hogar para el estudiante trabajar la tarea era ese”.

Sobre los módulos del DE y completar los cursos en línea

Maestros también han criticado que los módulos que el DE le está dando a los estudiantes están incompletos y plagados de errores. Estos tampoco han sido parte de su diseño por lo que se les hace más difícil a la hora de implementarlos. Regularmente a los maestros se les da un currículo que adaptan a sus clases. 

“Hay maestros confundidos que no saben las respuestas a los ejercicios. Por más experto que seas en tu materia no lo sabes todo necesariamente. Uno no quiere desinformar y ser obstáculo en el proceso, pero la verdad es que no son módulos hechos con nosotros y no tenemos las respuestas a los ejercicios. Para transmitir un conocimiento hay que apropiarse de él primero”, dijo Cruz, subrayando que por lo anterior espera que el DE no pretenda que los estudiantes estén obligados a completar esos módulos. 

En lo que respecta el Centro Sor Isolina, el sistema de calificación es distinto. Si el estudiante no logra completar los requisitos del curso comienza el nuevo semestre donde se quedó, por lo que no tiene que repetir.

“Pero en el DE no sabemos. Primero porque ya se había perdido casi un mes de clase por los terremotos, ahora van a ser dos semanas adicionales que se van a tener en pausa, no sabemos si la cuarentena va a seguir. Si pasara entonces tendríamos casi un mes que el DE estaría atrasado lo que los obligaría a tener que ser más flexible con los estudiantes porque muchos padres se desesperan porque quieren que sus hijos terminen, pero el DE no está dando alternativas”, opinó Padilla.

Al sol de hoy hay escuelas en la zona metropolitana que no han abierto y se han buscado alternativas, pero eso es en San Juan. Hasta mediados de febrero el Centro Sor Isolina estuvo recibiendo estudiantes de otras escuelas en el área metropolitana que no pudieron reabrir luego de los terremotos. Los estudiantes de esas escuelas que estaban en proceso de ser rehabilitadas se siguen atrasando. 

En el sur de Puerto Rico hay escuelas que todavía o, más bien, nunca pudieron comenzar clases este semestre. Para los estudiantes de municipios como Sabana Grande, Lajas, Yauco, Guánica y Guayanilla, no hubo la alternativa de una escuela virtual. Simplemente no fueron abiertas y no se les dio seguimiento, observó Padilla. 

Para repasar y concluir, todo lo anterior parte de la experiencia de maestros de estudiantes de escuela superior. Sin embargo, es importante señalar otros asuntos no menos relevantes en este contexto como: los estudiantes de escuela elemental; los estudiantes de educación especial; y el papel que juegan los comedores sociales en la alimentación de muchos estudiantes. Temas que esperamos abordar en nuevas páginas.

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