“La lucha de independencia en perspectiva Antillana” (cápsula de un discurso Albizuista III)

JUAN MARI BRAS

 

“Vamos a entrar en esa cuestión. Cuando se dice que Puerto Rico fue una colonia por 400 años, después de la invasión norteamericana, no se dice la verdad; se dice una falsedad. Puerto Rico fue una colonia hasta el año 1897, en que se impuso el reconocimiento de nuestra personalidad internacional en virtud de la carta autonómica. La carta autonómica fue impuesta no por los hombres de la vía media, sino que fue impuesta por la revolución de Cuba en virtud de un pacto entre los antillanos, pacto concebido por el inmenso Betances y redactado por el apóstol Martí en Montecristo, por el cual se establecía que los puertorriqueños y los cubanos, en una santa alianza, lucharían hombro a hombro en vías de la independencia de ambas nacionalidades; y ese pacto fue secundado por los dominicanos, y fue secundado indirectamente por los haitianos, y por todos los amigos de la causa de la independencia.”

“La táctica fue empezar por Cuba, destruir el ejército español en Cuba, y después de venir a Puerto Rico. En Cuba murieron 2,500 puertorriqueños defendiendo la independencia de Cuba y Puerto Rico. Cuando cayó Maceo, que era teniente general del ejército cubano, fue Rius Rivera (el hijo más ilustre que a mi juicio ha tenido Mayagüez), Rius Rivera fue el hombre escogido para empuñar la espada de Maceo. Y para que Mayagüez conozca la integridad y carácter de Rius Rivera, voy a hacer una pequeña digresión. 

Cuando se iba a redactar la constitución de Cuba, se quiso hacer una excepción a favor de Máximo Gómez, general teniente en jefe del ejército cubano, y de Rius Rivera, puertorriqueño, y teniente general, para que ellos dos pudiesen ser presidentes de la República de Cuba. Y los dos dijeron que no se podía permitir nunca que la representación suprema de un pueblo pudiese ser obtenida por un hombre no nacido en esa tierra, aunque ese hombre hubiese sido el libertador de ese pueblo. Y se hizo entonces, señores, un empréstito para pagar a las tropas libertadoras, y a Rius Rivera se le llamó al Ministerio de Hacienda del gobierno de Cuba y se puso en su poder un cheque por $64,000.00, y él preguntó de qué se trataba y le dijeron que esa era su compensación por su contribución a la independencia de Cuba, y él lo calificó, indignado, como una ofensa, como lo era, y dijo: ‘Yo vine a ofrecer mi vida y mi hacienda por la independencia, y a mí no se me debe nada.’ Y rehusó. Y ese cheque y ese dinero están en la hacienda pública de Cuba a disposición de la Sucesión Rius. Ese ejemplo no lo traigo aquí para los viejos, sino para la juventud que se levanta, que recuerde que el honor no está en el mercado a ningún precio, y que el sacrificio de los hombres por la causa de la libertad, no se puede tasar nunca en dinero, en recompensas ni halagos de ninguna naturaleza.”

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