CLARIDAD
La Habana, Cuba –En bicicletas, motos, patines o en carros. Miles de cubanos y cubanas desfilaron este domingo, 28 de marzo, por el Malecón de La Habana en apoyo a la “Caravana Contra el Bloqueo”, para exigir al gobierno de Estados Unidos el cese de esa política hostil contra la isla, que ya lleva casi 60 años asfixiando económicamente al país.
La caravana, a la que se sumaron diversas organizaciones estudiantiles y de masa, forma parte de la iniciativa “Puentes de Amor”, que ha tenido como sede diversas ciudades en Estados Unidos y que pide el fin del cerco económico, financiero y comercial contra la isla.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, presente en el evento, resaltó el poder de la convocatoria y recordó el daño que representa para Cuba la actitud de Washington.
“El bloqueo daña nuestro esfuerzo, es el principal obstáculo para el desarrollo, para la satisfacción de necesidades, para la prosperidad, el bloqueo es el primer obstáculo que se refleja en las dificultades, en el desabastecimiento.”
En la misma línea se pronunció la líder juvenil, Marta García al asegurar que “todo ser humano que se considere buena persona debe tener en cuenta cada día que el pueblo cubano permanece bloqueado, se nos ha quitado el derecho de desarrollarnos como un país normal”.
Desde Estados Unidos, ciudades como Miami, Tampa, Detroit, Chicago y Minneapolis se sumaron al reclamo mundial contra el bloqueo. También, localidades en Argentina, Panamá, Azerbaiyán, Costa Rica, Francia, Belice, Polonia, Italia, entre otros, participaron de la convocatoria.
Según cifras oficiales, los daños acumulados durante casi seis décadas de bloqueo contra Cuba ascienden a 144 mil 413 millones de dólares. Sólo en el período de abril de 2019 a marzo de 2020, la isla perdió 5.570 millones de dólares, debido al recrudecimiento de las medidas durante la administración del expresidente Donald Trump.
“Pero el apretón del bloqueo del gobierno de Trump, en medio de la pandemia de Covid-19, lo hace todavía más genocida. Es extraordinariamente cruel, daña nuestro pueblo en medio de una pandemia, dificulta nuestros esfuerzos para prevenir, para tratar la pandemia, para desarrollar nuestros medicamentos y nuestras vacunas y por eso Cuba se moviliza, cada quien a su manera”, subrayó el jefe de la diplomacia cubana.
En sus últimos 12 meses de mandato, Trump aprobó una ristra de medidas unilaterales destinadas a asfixiar la economía cubana y a dañar las condiciones de vida de los cubanos. Entre las más agresivas fueron: la reactivación del Título III de la ley Helms-Burton –una amenaza para quienes quisieran comerciar o invertir en Cuba–; la prohibición del envío de remesas de Estados Unidos a la isla; la persecución de los suministros de combustible para el país; el ataque a las transacciones financieras de Cuba a nivel internacional; y la inclusión (nuevamente) de la mayor de las Antillas en la lista de “países patrocinadores del terrorismo”.
Las medidas han empujado a la isla a su escenario económico más complicado tras el fin del denominado “período especial”, un panorama que se ha hecho aún más complejo desde la aparición del COVID-19. Ante este panorama, es denominador común ver dentro y fuera de la isla a grupos de cubanos que reclaman por el restablecimiento de las relaciones entre ambos países y el fin del bloqueo contra la mayor de las Antillas.
La llegada a la presidencia del nuevo presidente Joe Biden pudiera representar el viraje de esa política de Washington en torno a Cuba, sin embargo, cualquier decisión en ese sentido tendrá que esperar. La Casa Blanca ha dicho que restablecer las relaciones con la isla “no es una de las prioridades principales” de la actual administración.
Con todo y eso, queda la esperanza de que el presidente demócrata retome la senda del gobierno de Barack Obama cuando él era vicepresidente y vivió de cerca el acercamiento de su país con Cuba.
