Carencia profunda de servicios de salud

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Casi nueve semanas después del azote despiadado de María, continúa en Puerto Rico el caos en los servicios esenciales de salud. Numerosos sectores de la Isla, pueblos y barrios, nunca han recibido servicios de salud, debido a la ausencia de personal médico de todas las disciplinas, incluyendo la tecnología de laboratorio y de radiología, así como carencia de medicamentos.

En pueblos como Maricao, Las Marías, e Isabela, todavía hay lugares aislados a los cuales aún no han llegado profesionales de la salud, aseguró, Dolores Morales Torres, directora ejecutiva de la corporación Migrant Health Center, que administra diez clínicas que se extienden por las regiones oeste, noreste y sur, incluyendo centros en Maricao y Las Marías. Estas clínicas funcionan como centros de servicios de salud primaria –Centros 330- cuya característica principal es que son organizaciones sin fines de lucro, localizadas en áreas de necesidad y dirigidos por juntas comunitarias.

“Eso es lo que estamos intentando ahora, asegurarnos de que a todas estas áreas les llegue ayuda y canalizarla para que lleguen servicios médicos y de cualquier índole, como alimentos y agua, que es la necesidad prioritaria. Además, la mayoría de estas personas no tiene forma de comunicarse, de llamar a sus médicos, de llegar a sus visitas o tratar de tener contacto con su médico primario”, expresó Morales Torres, a quien acompañaba Alicia Suárez, directora ejecutiva de la Asociación de Salud Primaria de Puerto Rico (ASPPR).

Morales Torres destacó que en muchos pueblos, a pesar del tiempo que ha transcurrido desde el paso del Huracán María todavía se carece de alimentos, de agua potable, energía eléctrica y servicios de salud mental. Ante esta situación lamentó que no pueda repartir a su personal médico hacia estos lugares como quisiera, en particular a los siquiatras, ya que de hacerlo sus clínicas también sufrirían un impacto negativo. “Tenemos necesidad de tener médicos voluntarios que nos ayuden sobre todo en las actividades que estamos haciendo para impactar diferentes áreas”. Eso incluye pediatras, médicos de familia, enfermeras, ginecólogos y obstetras, en fin personal médico.

Dado a esta necesidad Morales Torres y Suárez, hacen gestiones para canalizar las ayudas de equipos médicos de base comunitaria que lleguen a la Isla a través del Centro de Operaciones de Emergencia del Gobierno (COE) para unirlas a sus equipos de los centros 330, además de hacer un llamado a los médicos del país para refuerzos. A preguntas de Claridad, Morales Torres respondió que no ha recibido ninguna información o acercamiento de parte del Colegio de Médicos, para participar en estos esfuerzos.

Las entrevistadas destacaron que durante estos últimos meses los Centros 330 han atendido a miles de pacientes, muchos más de los que impactan regularmente –reconocieron que ante la crisis Administradora del Seguro de Salud (ASES) del gobierno levantó las restricciones que tiene sobre la asignación de pacientes por área- ya que de no hacerlo los residentes de ciertos pueblos no hubiesen podido recibir servicios médicos. Explicaron que la semana pasada una de las clínicas de Mayagüez despachó en un día 600 recetas, a la vez que manifestaron una vez más que hay que seguir reforzando los equipos clínicos porque la necesidad sigue siendo grande en las comunidades, incluyendo que han tenido problemas con para vacunar a los menores y las personas mayores.

A esta falta de personal médico se le une la falta de acceso a laboratorios y centros de radiologías clínicos. Morales Torres comparó que si todavía en el Área Metropolitana no hay servicios de laboratorios y tecnológicos la situación fuera es peor. En ese aspecto aunque dijo estar orgullosa de que los Centros 330, que tienen estos servicios fueron los primeros en abrir, expuso el ejemplo del centro de San Sebastián, sobre el cual dio a entender que la burocracia gubernamental e intereses privados no han permitido que el centro abra su laboratorio. “De haber tenido nuestra licencia los pacientes no hubiesen tenido que carecer de ese servicio. A veces carecemos de los servicios porque el mismo sistema no nos ayuda a ser más eficientes para responder a las necesidades de las comunidades”.

Por su parte, Suárez insistió en las necesidades que las personas continúan enfrentando en muchos pueblos, como por ejemplo Lares, Jayuya, Orocovis y Utuado, en donde dijo los supermercados disponen de suficientes suministros. “Hay algunas de las clínicas, como la de Rincón, que este mes decidió retomar la función de darle almuerzo a sus empleados porque estaban teniendo dificultades, para conseguirlo, debido al el costo, que ha aumentado y a que todos están cansados y agobiados, sin luz ni agua, porque en Rincón todavía tienen ese problema”.

La falta de agua

En San Sebastián, Las Marías, Maricao y Utuado, continúa la falta de servicio de agua potable y “la gente se está tomando el agua en donde quiera que la consiguen, especialmente en los lugares bien aislados”, dijo alarmada Morales Torres.

“Uno piensa que en otros tiempos esa era el agua más saludable pero no ahora después del huracán”, añadió. La administradora de servicios médicos llamó la atención a que estas aguas están contaminadas con animales muertos y censuró que las autoridades no se le hayan dado atención a la seriedad de esta situación. “Es en situaciones normales y el agua tiene bacterias, qué no será con esta situación y esa es el agua que consumiendo nuestra gente”. A preguntas confirmó que ya se están viendo las consecuencias de esa práctica e incluso que conoce de varios casos de leptospirosis, “obviamente no las han tirado al medio pero nosotros hemos visto, conjuntivitis, diferentes tipos de problemas estomacales y condiciones en la piel. El problema sigue creciendo y cuando vengamos a ver podríamos tener una epidemia en Puerto Rico”.

En ese aspecto dijeron que la Asociación ha hecho esfuerzos para conseguir donaciones de filtros de agua “eso es una área en donde deben llegar donaciones por un tubo y siete llaves”. Precisaron que a través de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR) han recibido donaciones de filtros los cuales han sido colocados en centros 330 y están en proceso de identificar comunidades y centros comunitarios que puedan recibir esa donación para ponerla al servicio de toda la comunidad.

Mientras fuera del centro de la isla, Suárez reparó que en los llamados bolsillos todavía “hay quienes necesitan mucho apoyo para salir de la emergencia y llegar a la recuperación, incluyendo San Juan. En Puerto Rico hay mucha pobreza y al perder los servicios esenciales tiene más visibilidad”.

Cuando se habla de Centros 330 se refiere a 20 centros, 78 clínicas –conocidas como 330- localizadas en 58 municipios. Al momento de la entrevista entre 37 a 40 clínicas estaban recibiendo servicio irregular de la Autoridad de Energía Eléctrica y el resto lo hacen con generador.

Centro Médico

Mientras, en el Área Metropolitana la principal institución de servicios de salud, Centro Médico, continúa sometida al vaivén de la inestabilidad del servicio de energía eléctrica, falta de personal y hacinamiento, según lo divulga Ada Quiñones, delegada de la Unión General de Trabajadores (UFT), que agrupa a los trabajadores y trabajadoras. “A veces la planta tarda en prender y los pacientes que están en ventiladores se afectan, las enfermeras tienen que estar bien pendientes, lo mismo en la sala de operaciones”.

La líder sindical, quien es técnica de farmacia, confirmó que los servicios en Centro Médico se han visto afectados por la baja en personal médico, eso incluye enfermeras y trabajadores de su división que es farmacia, en donde dijo, siete compañeros ya anunciaron que se van para Estados Unidos.

“El personal que se queda en el Centro se sobre carga y termina acogiéndose al Fondo del Seguro del Estado, estamos trabajando prácticamente todos los fines de semana, no hay descanso, no hay quien cubra por falta de personal”. En ese escenario la sala de emergencia ha recibido hasta mas de 250 pacientes por día, algunos de los cuales han permanecido en sala por un mes, cuando se supone que un paciente esté en sala de emergencia por menos de 72 horas. La permanencia de algunos de estos pacientes, dijo Quiñones responde a que no tienen hogar.

Además de la falta de personal, Quiñones denunció que también les afecta el comportamiento del patrono, de restarle beneficios mediante la recién aprobada reforma laboral y otras arbitrariedades administrativas. “Pese a la molestia y mucha frustración de los empleados los servicios se han estado brindando, hemos ejercido nuestra labor al cien por cien”.

La necesidad de servicios de salud con la que se encontró el doctor Eduardo Ibarra, quien se lanzó junto a otros dos colegas, los doctores Zolio López y Carlos Mellado, de inmediato después del huracán a visitar pacientes encamados en el pueblo de Toa Baja, lo ha impulsado a considerar retomar este esfuerzo de una manera más institucionalizada.

En estas visitas dijo que encontró muchísimas condiciones de salud como pacientes con cáncer, con condiciones por accidentes cerebro vasculares sufridas antes del huracán, personas extremadamente mayores que por su edad avanzada no tienen movilidad, pacientes con situaciones de atraso mental, operados que no pueden moverse. En muchos casos hubo que facilitarles los medicamentos, algunos mediante donativos otros los compró el mismo grupo y donaciones que obtuvo el Municipio

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