Carta abierta a la Humanidad

 

En el Brasil actual, cada día somos llamados a firmar una nueva carta o manifiesto que pide la atención de la sociedad civil internacional por lo que pasa en este país. Cada día crece la cifra de personas muertas, no sólo víctimas del Covid, sino de un gobierno genocida que tiene placer con la muerte de los otros y desea limpiar el país de indígenas, negros, minorías sexuales y otras categorías indeseables. Dejó perder millones de dosis de vacuna y retardó mientras pudo la campaña de vacunación que, hasta hoy, sólo llegó a 4% de la población.

El gobierno destruyó todo el sistema de protección ambiental de la Amazonia y abrió las tierras indígenas a las minerías. Aprobó más de 200 especies de insumos agrícolas con elementos tóxicos, muchos condenados por la Organización Mundial de la Salud. Intervino en todas las universidades públicas para poner dirigentes de su grupo que predican que la tierra es plana y la solución del mundo está en armamentos.

Uno de los más recientes documentos, firmados por miles y miles personas, incluso con nombres ilustres en todos los campos del conocimiento afirma:

«Vivimos tiempos oscuros, en los que los peores han perdido el miedo y los mejores la esperanza». (Hannah Arendt)

Brasil pide ayuda a gritos.

Los brasileños comprometidos con la vida son rehenes del genocida Jair Bolsonaro, que ocupa la presidencia de Brasil, junto a una pandilla de fanáticos movidos por la irracionalidad fascista. Este hombre sin humanidad niega la ciencia, la vida, la protección del medio ambiente y la compasión. El odio al otro es su razón para ejercer el poder.

Brasil sufre hoy el colapso intencionado del sistema sanitario. El abandono de la vacunación y de las medidas preventivas básicas, el estímulo a la aglomeración y la ruptura del confinamiento, combinados con la ausencia total de una política sanitaria, crean el ambiente ideal para nuevas mutaciones del virus y ponen en riesgo a los países vecinos y a toda la humanidad. Observamos con horror el exterminio sistemático de nuestra población, especialmente de los pobres, quilombolas e indígenas.

El monstruoso gobierno genocida de Bolsonaro ya no es sólo una amenaza para Brasil, sino una amenaza global. Es necesario que la humanidad intervenga. La vida por encima de todo.

Este documento circula por todos los ambientes y recibe adhesión de amplios sectores de la sociedad. Solo es lamentable que aún hay ministros y grupos religiosos (católicos y evangélicos) que defienden la barbarie y la política del odio y el terror. La celebración de la Pascua nos llama a creer en la victoria de la vida y del amor.

El autor es monje benedictino y ha escrito más de 40 libros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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