Centro Fidel Castro, un espacio de “educación y formación de valores”

Entrevista Especial

 

Corresponsal de CLARIDAD

 La Habana, Cuba-Fue el propio Fidel Castro quien alguna vez pidió que nunca se levantaran monumentos ni estatuas con su imagen, ni se pusiera su nombre a lugar o sitio alguno. Cuentan incluso quienes le conocieron que aquel 8 de enero de 1959, cuando entraba a La Habana, al frente de la Caravana de la Victoria, Fidel montó en cólera al ver, en la intersección de las calles 23, Infanta y Malecón, un busto con su imagen hecho por un escultor italiano que vivía por entonces en la capital. Ordenó que se retirara y se destruyera.

La inmensidad de su obra y pensamiento, sin embargo, no podía quedar a merced del tiempo. Tras su muerte en 2016, la Asamblea Nacional de Cuba aprobó la Ley 123 Sobre el uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz. La medida fijó en el papel la voluntad del líder histórico de la Revolución cubana: no se construirán monumentos, bustos o estatuas con su imagen, ni habrá espacios o lugares que lleven su nombre; con una sola excepción.

El pasado 25 de noviembre de 2021 se inauguró el Centro Fidel Castro, un espacio dedicado al estudio y difusión del pensamiento, la vida y obra del Comandante en Jefe. Con nueve salas expositivas, un anfiteatro, una biblioteca, casa editorial propia y un amplio jardín, el centro refleja en cada esquina la vida y la obra del expresidente. Pasando por su infancia y adolescencia, hasta sus años al frente de la guerrilla en la Sierra Maestra y su posterior gestión dirigiendo la Revolución. A poco menos de dos meses de su apertura, ya han pasado por sus predios cientos de estudiantes cubanos, miembros de organizaciones sociales y políticas y hasta presidentes de América Latina –como Nicolás Maduro, de Venezuela, Daniel Ortega, de Nicaragua, y Luis Arce, de Bolivia.

CLARIDAD conversó con René González, director del Centro Fidel Castro, quien nos explicó con lujo de detalles la labor y las aspiraciones del recién inaugurado espacio.

 ¿Por qué hacía falta un Centro Fidel Castro?

Fue la voluntad de Fidel de que no se creara ninguna institución que llevara su nombre, ni le pusieran su nombre a calles, ni se le levantaran monumentos, siempre lo combatió en vida. Fidel era enemigo de ese culto a la personalidad, que él, en su conocimiento de la historia, sabía el daño que le había hecho, ya desde entonces, al socialismo en Europa.

La Asamblea Nacional del Poder Popular llevó a debate el tema, no obstante, los mismos diputados dijeron que el pueblo de Cuba y el mundo no podía dejar que el recuerdo, la imagen y el conocimiento, las ideas de Fidel se perdieran de pronto y desaparecieran. Y por un acuerdo del parlamento convertido en Ley se estableció que nada debía llevar su nombre con la única excepción de una institución para el estudio y preservación de su pensamiento, su vida y su obra. Y esa institución es este centro.

Cuando el propio Fidel Castro pidió que no se hicieran bustos con su imagen ni se nombraran lugares con su nombre, hay quienes aseveraron que lo que buscaba evitar el líder de la Revolución era que nadie pudiera eliminar su imagen, si la Revolución cubana llegaba a su fin.

René González, director del Centro. Fotos suministradas por el autor

Yo creo que eso puede ser una mirada sesgada por la política, una mirada muy limitada, porque no creo que el pensamiento de Fidel esté por esa ruta, ni creo que Fidel haya temido eso. Si es por ese temor, la historia ha demostrado que lo mismo se han mancillado estatuas, se han mancillado bustos y se han ultrajado tumbas de personas que en determinado momento pudieran haber sido cuestionadas por la historia. Hay otras que no, que se han preservado, y a pesar de los pesares se han respetado por la trascendencia que han tenido para la historia de la humanidad. Ahí está Lenin, lo preservaron los pueblos soviéticos y lo preserva el pueblo ruso.

No creo que esa sea la preocupación de Fidel. Su preocupación está, reitero, en el daño que le hace el culto a la personalidad a los pueblos, y en el caso de Cuba, Fidel siempre propugnó por el recuerdo de los próceres de la historia, por el respeto, no como deidades, sino como paladines de las ideas de los padres fundadores de la patria cubana. Por eso, en Cuba hay estatuas de Martí –Martí es un icono de lo mejor de la cubanía–, hay estatuas de Maceo, de Gómez. En Santiago de Cuba hay una avenida que tiene las estatuas de todos los generales del Ejército Libertador y eso se ha respetado y se respetó al máximo por las autoridades de la Revolución.

Fidel sí no quería, lo que no quita que artistas plásticos se hayan inspirado en su figura, que, de hecho, es una figura que trasciende los límites de la isla.

 En las bases conceptuales del proyecto del Centro Fidel Castro está hacer énfasis en la juventud, los adolescentes y los niños. ¿Por qué? ¿Tiene algo que ver con que las nuevas generaciones no tienen la presencia de Fidel Castro como la tuvieron las anteriores generaciones?

 Hay que verlo de una manera multidimensional. El que este priorice a los niños, jóvenes y adolescentes tiene que ver con el análisis histórico político que Fidel hizo de la evolución de la sociedad cubana, desde sus cimientos hasta el triunfo de la Revolución; la perspectiva con que Fidel veía el desarrollo del país y la perspectiva de futuro que tuvo siempre, no solo para Cuba, sino para la humanidad.

El pensamiento de Fidel es un pensamiento, diría yo, totalmente futurista. Cuando triunfó la Revolución, cuando este país prácticamente de ciencia no tenía nada, [ya] estaba diciendo Fidel que el futuro de Cuba debía ser de hombres de ciencia y de pensamiento. Lo está diciendo en el 1960, pero en el 1961 está alfabetizando a este país; y Cuba se convierte en el primer territorio libre de analfabetismo de América Latina. Todo eso tiene que ver con una mirada de futuro.

Y en el 1961 está mandando a muchachos recién graduados de preuniversitario, algunos de secundaria, a los países socialistas a estudiar –le pedía la voluntad a los muchachos– ingeniería metalúrgica, farmacéutica, ingeniera industrial, minería. ¿Y para qué Fidel está haciendo todo eso? Porque Fidel está programando el desarrollo y la auto-sostenibilidad de la propia Revolución y de Cuba como proyecto y tener independencia económica, científica.

Entonces, tiene que ver en que los niños identifiquen ese pensamiento futurista. Los niños y los jóvenes deben conocer a ese Fidel ser humano, emprendedor, quijotesco, que vivió siempre de sueños y aterrizando en los sueños.

Aquí mismo en el Centro trabajan muchos jóvenes y tú mismo estás rodeado en tu trabajo de jóvenes. ¿Cómo ves la visión que tienen los jóvenes cubanos de hoy sobre la figura de Fidel, más allá de lo que aspira a ser el Centro Fidel Castro?

Hay una generación de muchachos que tienen a Fidel como un referente; los más jóvenes no tuvieron la posibilidad que tuvo la generación que hizo la Revolución con Fidel, de que, desde que éramos niños, lo veíamos en todas las actividades y lo acompañamos a hacer Revolución. Esto siempre fue una Revolución de espíritu juvenil. Cuando triunfa la Revolución, el promedio de edad del ejército rebelde no creo que llegara a los 25 años.

Ahora yo creo que hay un termómetro que se debe tener en cuenta de lo que es el impacto que pudo haber tenido Fidel en las nuevas generaciones: fue el 25 de noviembre de 2016, el día que falleció. Los jóvenes que vieron cómo reaccionaron sus padres, sus abuelos, sus tíos; los jóvenes que han estudiado la historia de Cuba y se sienten orgullosos, independientemente de todas las vicisitudes que se viven en nuestro país, de todo lo que Fidel ha hecho por revolucionar esta isla, y convertirla, por primera vez en su historia, en una nación independiente.

Yo creo que hay un grupo de jóvenes que tienen la necesidad de redescubrir la historia.

Cuba atraviesa actualmente por una situación económica muy compleja. Por un lado, los efectos de la pandemia de la Covid-19, por el otro, el bloqueo y las medidas adicionales aprobadas por la anterior administración de Donald Trump y que el actual presidente Joe Biden no ha eliminado. Al visitar el Centro se aprecia un gran despliegue de tecnología, materiales y recursos. ¿Cómo se explica hacer un centro de esta magnitud en medio de una situación económica tan complicada para la isla? 

El centro es una muestra del derroche de talento que ha formado este país. El Centro se creó en medio de la pandemia, una situación económica del país compleja, pero hay costos que no son sencillos de sacar. Los proyectistas de este proyecto todos son cubanos, en este proyecto no hay una sola mano extranjera en la definición de todo lo que se ha hecho aquí adentro, los diseños son cubanos, el proceso de restauración se ha hecho con artesanos y artistas cubanos. Todo es talento nacional.

Los gastos en tecnología son mínimos, la cuenta que debe sacarse no es en la tecnología, sino en el contenido de lo que está expuesto en la tecnología. Hemos comprado un equipamiento mínimo para digitalización y, bueno, estamos rescatando patrimonio histórico del país y el centro se convierte, a la vez, en un organismo de rescate de la memoria histórica de la nación. En dos años hemos digitalizado más de 60.000 imágenes de Fidel y de la Revolución cubana. Eso tiene un valor inmenso, que no es cuantificable.

No ha habido derroche, lo que [pasa] es que está bien hecho. La cuenta que hay que sacar es en los valores que el Centro lleva implícito, en materia de educación, formación de valores humanos.

El Centro Fidel Castro es totalmente libre de costo para cualquier persona que quiera visitarlo.

Fidel no merece que se lucren con él. Los servicios que se brindan aquí son culturales, históricos, y nosotros consideramos que, como son precisamente para la formación de valores y para el conocimiento, no debemos cobrarle a nadie por eso. Sería, a mi modo de ver, faltarle el respeto a esa otra dimensión de Fidel. La recuperación, en materia financiera, debe subordinarse a lo que el centro aporte en valores, en educación.

¿Cómo fue el proceso de compilación de los archivos que componen el Centro Fidel Castro?

Se creó un grupo de trabajo mixto que reúne representantes de varias instituciones importantes del país, ese grupo estaba formado por historiadores, museólogos, sociólogos. Y nosotros hemos creado aquí un grupo de trabajo de digitalización y un grupo fílmico para el rescate de la memoria histórica.

¿Que exactamente podemos ver en el Centro Fidel Castro?

Tenemos un departamento editorial, con un sistema de publicaciones, una pequeña imprenta, un grupo de audiovisuales. Tenemos un departamento de información que tiene una biblioteca tradicional, totalmente digitalizada para que la gente pueda interactuar desde sus móviles. Tenemos un departamento de estudios geográficos, encargado de elaborar las obras escogidas y completas de Fidel, un departamento de investigación, sala de suelo didáctico, un anfiteatro, nueve salas expositivas.

¿Habrá algo en el Centro relacionado a la relación y el compromiso de Fidel con la causa por la independencia y soberanía de Puerto Rico?

Tenemos que ver de qué manera insertamos, de forma gráfica para que sea palpable, la solidaridad de Cuba con tres frentes fundamentales que todavía hoy son causas pendientes: el tema de Puerto Rico, Palestina y el Sahara Occidental.

En Puerto Rico, la solidaridad nuestra no se ha materializado con brigadas médicas –Estados Unidos no lo hubiera permitido–, pero sí hay una solidaridad y una hermandad históricas con Puerto Rico que eso viene desde [Simón] Bolívar.

Y Fidel fue uno de los máximos defensores de la causa por la independencia de Puerto Rico desde que era estudiante y más cuando triunfa la Revolución. La lucha de Fidel por la liberación de Lolita Lebrón, [Rafael] Cancel Miranda, Oscar López. El hecho de establecer [en Cuba] la única representación diplomática que tiene el independentismo puertorriqueño en el mundo.

Debemos rescatar toda esa memoria histórica e insertarla dentro de la museología y dentro del discurso de los museólogos. Puerto Rico es sagrado, Puerto Rico debe estar ahí, como debe estar la causa Palestina.

*** La entrevista completa la puede escuchar en el Podcast del periodista Luis De Jesús: ‘A Buen Entendedor’ (YouTube y Spotify)https://youtu.be/D_xj0mTTJ64

 

Artículo anteriorEsta semana en la historia
Artículo siguienteWBSC firma nuevos acuerdos con Cuba para impulsar el béisbol en la Isla