Ciencias Médicas en el COVID-19: métodos de detección de anticuerpos

 

Por Giancarlo Vázquez López/CLARIDAD

gvazquez@claridadpuertorico.com

Un grupo de científicos del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM-UPR) trabaja en el desarrollo de métodos para conocer la extensión de la enfermedad del COVID-19 en la Isla.

Este proyecto, en el que están involucrados el Dr. Carlos Sariol, principal investigador, y la Dra. Ana Espino, coinvestigadora, surgió con la pandemia y ante la falta de medios para hacer diagnósticos, ya fueran pruebas moleculares o serológicas. En entrevista con CLARIDAD, la Dra. Espino habló sobre los métodos de detección de anticuerpos que esperan por la aprobación de la FDA (Food and Drug Administration) para ser utilizados como instrumentos de diagnóstico. Al momento, se utilizan exclusivamente con propósito de investigación.

La lista de propuestas de investigación sobre el COVID-19 que espera por la aprobación de la agencia federal es larga. Mientras estos métodos esperan dicha aprobación, cabe resaltar nuevamente que existe una carencia enorme de recursos en la Isla en relación con la enfermedad, además del pésimo manejo de la emergencia por parte del Gobierno.

“Los métodos de detección de anticuerpos no son un diagnóstico definitivo”, precisó Espino. “Ninguno de los métodos lo es. El molecular sí es más certero en ese sentido porque te dice que tienes el virus actualmente; pero el método molecular, además de costoso, no se puede utilizar para estudios poblacionales. Lo que queremos con estos métodos, además de ayudar en el diagnóstico, es poder conocer cuál fue la extensión de esta epidemia en nuestro país, lo que no se va a saber hasta que no se haga un gran estudio de población”, explicó.

En lo que la FDA da la aprobación, el equipo ha estado colaborando con los bancos de sangre de Servicios Mutuos, Inc. y con el Centro Médico en la evaluación del plasma de personas que han estado infectadas. En los sueros de las personas convalecientes hay niveles de anticuerpos que pueden tener la capacidad para proteger a otras personas infectadas. Esto se conoce como capacidad de anticuerpos neutralizantes.

“Estamos evaluando los plasmas, los estamos titulando para saber los niveles de anticuerpos que tienen. En adición a eso, les estamos ayudando junto con un laboratorio de Estados Unidos a realizar las pruebas de neutralización.  Estamos teniendo muy buenos resultados, demostrando que nuestro ensayo puede ser capaz de cuantificar los niveles de anticuerpo en la sangre de las personas infectadas. De hecho, eventualmente podremos evaluar o demostrar que es equivalente a saber si tienen capacidad neutralizante. Es una prueba en curso. Los resultados que hay son esperanzadores, pero no concluyentes”, dijo la doctora. Espino aclaró que al no tener el permiso de diagnóstico no utilizan los métodos, como hacen los laboratorios clínicos, para decir si una persona tiene o no anticuerpos.

Otra técnica que recién fue validada y sometida a la FDA es la prueba que mide el IgM, un anticuerpo que aparece en la sangre poco después de la infección. Este aparece primero que los niveles de IgG. La IgM puede decir si la infección de la persona con el virus es reciente. En cambio, con la prueba para medir el IgG se puede llegar a saber si la infección es pasada, si la persona tiene inmunidad contra el virus o si puede llegar a tenerla.

“Ninguna de las dos por sí solas pueden conclusivamente dar un diagnóstico, pero definitivamente es un elemento importante para poder determinar cuál es la extensión de esta epidemia a nivel de todo el país”, sostuvo la doctora.

Espino señaló que todavía hay muchas dudas con relación a los portadores sanos. Estas personas infectadas, pero que no sienten síntomas, no tienen por qué ir a un laboratorio clínico a hacerse una prueba molecular a menos que hayan estado en contacto con una persona enferma. Otro factor para no hacerse la prueba es la accesibilidad. “En cambio, si la persona está infectada, pero no tiene síntomas, eso se puede detectar con la prueba de IgG”.

Los niveles de IgG se hacen máximos entre los días 8 y 14, y luego se mantienen en circulación por un periodo de tiempo variable, aunque más prolongado que el IgM. Una vez que la IGM baja completamente, ya no vuelve a aparecer más, según explicó Espino.

“En esa propuesta proponemos hacer un estudio epidemiológico de población. Es decir, que estaríamos yendo a la gente a pedirle una muestra de sangre para poder saber de manera proactiva si hay personas sanas que están infectadas y no lo saben”, concluyó. “Nuestra aspiración es que cuando tengamos la autorización de la FDA, quizás podamos ofrecer el servicio”.

 

 

 

Artículo anteriorEDITORIAL : Primarias, pandemia y el cierre del ciclo electoral
Artículo siguienteLa recreación histórica de la Guerra Civil Española en el cine