Por Alexandra Rosa
Estoy en una relación tóxica,
con mis nostalgias.
Les temo,
pero las busco.
Me devuelven a lugares
de los que salí
corriendo
sonriendo
huyendo
en gerundio bravo,
Lento.
Las busco
y me despierta un hueco
en el pulmón izquierdo
que habla de aire
de una falta de aire
que se quedó en aquel tiempo
del que me fui
pero también
fui.
Les temo,
justamente
porque nos
te(ne)mo(s).
deconstruyo el closet
lo mapeo con lavanda
le cuelgo mis camisas cuir
el trajecito del date
la chaquetita del polvo
quemo leotardos de danza
escondo postales
de amores
o de desamores
o de no sé qué
lo hago los domingos
cuando no duele
tanto
todos los domingos
rompo el pacto.
le escribo un poco,
entrecierro los ojos,
envío.
me duele al toque.
no espero respuesta.
me miento, y espero.
una semana más
de voluntad férrea,
adentro
nadie responde
y yo
se supone que escuche
las cosas que no quieren decir
que me tienen que decir
que quién sabe cuándo
piensan decir
si quieren decir
mientras, espero
y el aburrimiento es
un lugar común
en esta sala fría
de silencios y teléfonos
faltos por sonar
correos
vacíos de rodeos
y dedos
aburrida mente
quietos
el primer beso lo darás tú
y lloverán diciembres
lo darás tú
y no cuestionarás mucho
será en una cama
habrá miedo
será correspondido
o eso sospecharás
sin más certeza
que tu memoria
y las cartas
y las tarjetas
y los chocolates
y las serenatas
y el silencio tajante
que todavía las amarra
tanto
ella no abrirá los ojos
tú tampoco
no lo hablarán
pasarán meses
y el primer beso
serán muchos
hasta que un día
sin ningún aviso
ausencia
dolerás en diciembre
te irás de la isla
subestimarás la sal
quedarán cicatrices
quedarán insomnios
de un algo que fue
cuando ya no pudo ser
pero se sintió
como un país roto
en el pecho hondo
profundo luto
de invierno
el país
que nunca vuelve
es el que llevamos
dentro
en el miedo
al regreso