Confinamiento y Colapso Económico en Puerto Rico

 

Por Cándida Cotto/CLARIDAD

ccotto@claridadpuuertorico.com

Reseña del informe de Caraballo Cueto

Aun cuando en el nuevo Plan Fiscal 2020 presentado la primera semana de mayo el Gobierno admite que el pago de la deuda creará déficits fiscales, no considera usar los fondos de deuda para estimular la economía, como están haciendo otros países en estos momentos para combatir la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus (COVID-19).

Este es uno de los señalamientos contenidos en el informe Confinamiento y Colapso Económico en Puerto Rico, preparado por el doctor José Caraballo Cueto, director del Centro de Información Censal de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey. En él se analizan los efectos de la pandemia a la economía.

Según el informe, el crecimiento moderado, de 1.5% en el producto interno bruto durante el año fiscal 2019 fue sacudido primero por los terremotos acaecidos en enero y ahora, con la epidemia. En este se destaca que tanto la Junta de Control Fiscal (JCF) como el Gobierno de Puerto Rico habían pronosticado un crecimiento de entre 4 y el 6,7% en distintos planes fiscales.

El doctor Caraballo Cueto describió la deficiente respuesta del Gobierno ante los terremotos como una que convirtió un evento natural en un desastre natural que afectó a toda la isla por varias semanas.  La generación eléctrica se redujo y la generatriz Costa Sur no volvió a utilizarse. En la zona sur, la actividad económica se detuvo por más de un mes y todavía no se ha podido precisar los costos asociados a las pérdidas económicas ni a los activos físicos dañados.

Sobre la respuesta a la epidemia, indicó que el establecimiento de un confinamiento inesperado y mal planificado ha desembocado en que cientos de miles de trabajadores desplazados no pudiesen acceder al Seguro por Desempleo. El número de trabajadores desplazados por el cierre suma los 157 mil cuentapropistas que estaban trabajando, más 27 mil constructores, la mitad de los 87 mil empleados del comercio y la transportación que probablemente no estén trabajando, 81 mil de hostelería e industrias relacionadas y un conservador 10% de la manufactura, información y servicios profesionales. Esto suma cerca de 392 mil trabajadores, que unidos a los 93 mil que ya estaban desempleados en febrero, daría una tasa de desempleo de un aproximado de 46%. Esta tasa es casi cinco veces mayor al 8,8% observado en febrero 2020, el último mes informado por el Negociado de Estadísticas Laborales.

Según el estudio, este nivel de desempleo implica un colapso mayor de la economía, si se contrasta con la tendencia decreciente de la tasa de desempleo desde que comenzó la reconstrucción poshuracán en 2018.

 

En términos de políticas fiscales, el estudio censura que el Gobierno de Puerto Rico, junto a la JCF, solo aprobó un paquete de $787 millones para contrarrestar el colapso económico, lo que representa 1% del Producto Nacional Bruto (PNB), de lo que la mayor parte va dirigido a comprar dispositivos electrónicos para los estudiantes del sistema público y para incentivar a profesionales que trabajan durante la emergencia. “Esto contrasta con lo ocurrido a nivel mundial donde los países están tomando medidas fiscales agresivas para reducir el colapso económico y la crisis social que se genera a partir de un confinamiento”.

Sobre este particular, el doctor Caraballo Cueto trajo a la atención que  acreedores internacionales han permitido a decenas de países utilizar los fondos destinados para pagar la deuda pública para estimular sus economías. “En Puerto Rico el plan de ajuste de deuda sin aprobar que redactó la JCF destina $3.809 millones de dólares como pronto pago a los acreedores del Gobierno central. Esos fondos pueden ser suficientes para proveerles liquidez a los pequeños y medianos negocios que proveen el 80% del empleo privado y para los trabajadores desplazados”, afirmó el investigador.

La perspectiva económica

En el informe además se advierte que el crecimiento económico pronosticado por la JCF para este año fiscal 2020 no ocurrirá. Esto responde a que, aunque la JCF predijo un crecimiento de 1.5% (cerca de mil millones de dólares), no se han establecido políticas económicas lo suficientemente agresivas para compensar el impacto de los dos desastres naturales en el mismo año fiscal.

Caraballo Cueto recomendó que, dada la gran incertidumbre asociada al ambiente económico que hay en el país, resulta útil trabajar con intervalos de pérdidas. También señaló que las pérdidas económicas asociadas a estos desastres se estiman entre $8 mil y $12 mil millones y que reprobar la conducta del Gobierno de Puerto Rico es descansar en las políticas federales para atender las consecuencias económicas de los desastres naturales. Advirtió de que el Gobierno no debe de esperar más de $8 mil millones de dólares dado  que Puerto Rico no participa en igualdad de condiciones con los estados a la hora de recibir asignaciones federales.

El informe pronostica que es de esperarse que para el presente año fiscal 2020 haya un regreso a la recesión que ya venía desde 2012 a 2018. Esto es contrario a lo que dice el borrador del Plan Fiscal del Gobierno, publicado en mayo de 2020, que establece que el crecimiento real en el PNB para este año fiscal 2020 será -3,6% y que pronostica un 7.8%para el año fiscal 2021.La inflación la proyectan en 0.36% para 2020 y en 0.49 para 2021.

Aunque el informe afirma que estas proyecciones económicas son muy bajas para el año fiscal corriente, sostiene que son muy altas para el próximo 2021. Es decir, que aunque en este año fiscal es probable que la economía decrezca entre 5 y 8%, en el próximo puede que se acerque a cero, aun si se desembolsan los fondos para atender los desastres.

 

 

Partiendo de su análisis, el economista planteó que la JCF debe cambiar el plan fiscal vigente y los acuerdos de deuda pendiente que se basaron en la idea de que la economía crecería. “Del plan fiscal pre-María al pos-María, la JCF tuvo la osadía de doblar el pago a la deuda mientras reducía las remesas a la universidad pública por 48,1 millones de dólares. Luego de tres desastres, no se puede proyectar el pagar más deuda que antes, y así se expresó al respecto el presidente de la JCF. Sin embargo, el nuevo plan fiscal divulgado en mayo de 2020 llama «precontractual» al plan deuda pendiente del Gobierno central”, manifestó.

Prueba de su señalamiento es que el Banco Gubernamental de Fomento no pudo cumplir con sus pagos de reestructuración y tuvo que hacer una posposición de la amortización de su deuda. “No podemos permitir otros acuerdos insostenibles de deuda. La JCF debe aprovechar que las tasas de interés están en mínimos históricos para reducir el pago anual de deuda”. Precisó que la tasa estipulada en el plan de ajuste de deuda de 5.548% es casi el doble de lo que pagan en promedio los bonos riesgosos en el mercado municipal.

El economista recomendó que el Gobierno de Puerto Rico aproveche la apertura en el Congreso de Estados Unidos para que la isla vuelva a ser un enclave farmacéutico, lo cual a su juicio, sería lo mejor que obtendría la economía de Puerto Rico de esta crisis actual.

“El Gobierno local tiene ante sí la difícil tarea de armonizar las políticas epidemiológicas con las económicas para lidiar con la crisis del COVID-19. Para esto se necesita un análisis interdisciplinario. No se puede analizar la epidemia como si los recursos económicos fuesen infinitos y equitativos entre agentes ni se puede reabrir la economía sin pensar en el costo humano. De hecho, hay artículos académicos que combinan ambos enfoques y pueden ayudar en la toma de decisiones”, recalcó Caraballo Cueto.

 

 

 

 

 

 

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