Coquí Solar camina conscientemente hacia la independencia energética

Bajo la Iniciativa Eco desarrollo de Bahía de Jobos, Inc. (Idebajo), con núcleo organizacional en el pueblo de Salinas, se destacan distintos proyectos de la región sur que agrupan comunidades como El Coquí, Aguirre, La Carmen, Playa, Playita y San Felipe, entre otras.

Dos de esos proyectos, se han afianzado más tras el paso del huracán María por Puerto Rico: Coquí Solar, el cual surgió como reacción inmediata al proyecto federal Aguirre Offshore GasPort –propuesto bajo la administración de Alejandro García Padilla en 2014–, y Construyendo Solidaridad desde el Amor y la Entrega, fundado hace tres años en respuesta a la problemática de vivienda existente en la región antes del paso del huracán.

En conversación con Nelson Santos Torres, uno de los portavoces de Idebajo, CLARIDAD constató que la iniciativa comunitaria que funciona como sombrilla fue incorporada en 2010 y germinó de las distintas luchas sociales y ambientales que dieron en los años 70 varios grupos de activistas de Guayama, Salinas y Arroyo.

Santos explicó que la historia de Idebajo viene de la batalla contra Monsanto, de 1978; del Comité para el desarrollo de Salinas y el Comité Comunal Playa Playita, gestados en el ’89, y de la fundación, en 1996, de la primera escuela comunitaria La Rosada. Esas iniciativas antecedentes redundaron en los actuales proyectos socio-productivos, comunitarios, sostenibles y ambientalmente amigables que conforman el proyecto sombrilla.

Entre los objetivos de Idebajo figuran ser un ente facilitador de procesos de organización y desarrollo comunitario en la región sur y ser un ente de planificación comunitaria y regional. El interés inmediato de este multifacético proyecto es atender problemas que históricamente ha enfrentado esa región por la presencia de la central Aguirre en Salinas, la más grande de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), que por sí sola produce una tercera parte de la energía del país.

“Eso genera un problema ambiental que se combina con las semilleras transgénicas, con la farmacéutica, con la cuota de daño que hizo la apuesta petroquímica en nuestra región. La gente de aquí tiene una consciencia bastante clara de los problemas ambientales en esta región y de los problemas sociales de pobreza y marginación que se han ido acumulando”, comentó a este medio otro de los portavoces de Idebajo, Roberto José Thomas Ramírez.

Según este portavoz, de todos estos procesos comunitarios se han conformado proyectos encaminados a convertirse en alternativas que presentan otra forma de hacer, de ir en contra de lo que se ha establecido sistemáticamente. En ese sentido, la idea es que todas las iniciativas englobadas en Idebajo conversen para desarrollar un plan que empodere a las comunidades.

Construyendo Solidaridad desde el Amor y la Entrega

Construyendo es una iniciativa que se remonta al proyecto Ayuda Mutua y Esfuerzo Propio, que entre los años 50 y 70 facilitó el asunto de infraestructura de vivienda en esas comunidades del sur, a partir de un proceso en el que se facilitaban los materiales y la propia comunidad ponía la mano de obra.

En el caso de Construyendo Solidaridad, con fondos conseguidos por Idebajo, se ha trabajado con dos iniciativas principalmente: comprar materiales de construcción para restaurar casas e incentivar a jóvenes y capacitarlos para construir “porque otro problema que tenemos es que los jóvenes están sin trabajo y, con el alto nivel de desempleo, la mayoría de ellos(as) terminan yéndose da la comunidad y del país”, manifestó Thomas Ramírez.

La integración de jóvenes genera la posibilidad de establecer un tejido social en el que la gente comparte y aporta entre comunidades. Según Thomas, el tejido social que se va creando con Construyendo va a trascender el periodo post María, se va a solidificar de tal manera que cosechará frutos a lo largo del tiempo.

En el proceso, la comunidad se ha ido convenciendo de la necesidad de formalizar la iniciativa con una cooperativa comunitaria de construcción “porque la gente reconoce que no da abasto, que el problema nos desborda”. De igual forma, es necesaria una escuela de formación comunitaria para formalizar el conocimiento y las metodologías que van adquiriendo en la práctica.

Otro de los proyectos que están comenzando es un huerto, con miras a desarrollar un circuito de huertos comunitarios en los diferentes sectores en los que Idebajo facilita procesos. Asimismo, continuar con el programa radial Desde el Barrio, transmitido a través de Radio Hoy, para hacer público el esfuerzo que se hace en las comunidades.

Coquí Solar

Luego de conformado Coquí Solar en 2014, se empezó a participar en mesas de discusión con la AEE y Fortaleza para alertar a la comunidad sobre los peligros que causaría el proyecto federal Aguirre Offshore GasPort, teniendo en cuenta los acontecimientos ambientales históricos de la región

La iniciativa comunitaria pretendió en primera instancia que el gobierno hiciera accesible a ala comunidad la información pertinente. Además, gestaron el colectivo como una alternativa para convertir a El Coquí en un proyecto piloto de una comunidad solar. Más que eso, Coquí Solar se ideó para monitorear el consumo de energía en la comunidad y educar sobre posiciones adversas: con la AEE se genera para gastar, puesto que en la medida que se use de más, se les quita energía a otros; mientras que con un sistema solar, se genera para utilizar lo necesario. El proceso de convertir la comunidad en una solar ha derivado en concientización social.

Por falta de recursos económicos, el proyecto se había limitado a las primeras etapas, las de informa y orientar a la comunidad; pero luego del huracán hubo un cambio en el acceso a recursos económicos porque varias organizaciones, incluyendo las de la diáspora, quisieron donar fondos y participar. “Trabajamos con varias organizaciones que aportaron. El centro de Coquí opera totalmente con energía solar”, informó Thomson Ramírez.

En cuanto a las diferencias que pueda presentar Coquí Solar respecto a otros proyectos de energía alternativa como el de Casa Pueblo en Adjuntas, el entrevistado considera que, si las hay, son sutiles porque “muchas de estas comunidades responden al problema de la energía desde el punto de vista de cómo les afecta el precio de la energía”. También, estas iniciativas tienen un factor en común, que es que los residentes son quienes absorben los efectos negativos del sistema eléctrico del presente. “En el proceso, estamos tratando de construir tejido social y un cuerpo colectivo comunitario que pueda manejar, desarrollar, estructurar, gestionar y administrar”, puntualizó el líder.

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