COVID-19: Beneficios y deficiencias de la terapia de plasma convaleciente

 

Por Giancarlo Vázquez López/CLARIDAD

gvazquez@claridadpuertorico.com

En 1934, un niño se infectó con sarampión en Pottstown, Pennsylvania.

El caso fue grave. C.Y. (nombre con el que se identificó estudiante) se recuperó, pero expuso a sus compañeros. El doctor de la escuela, J. Roswell Gallagher, usó el plasma de C.Y. y les administró pequeñas dosis a 62 estudiantes en riesgo, de los cuales solo 3 desarrollaron levemente sarampión.

Lo anterior fue el argumento hecho por el Dr. Arturo Casadevall en su artículo para The Wall Street Journal “How a Boy’s Blood Stopped an Outbreak”,publicado en febrero. El señalamiento de Casadevall surge ante la carrera de médicos, científicos y farmacéuticas para desarrollar análisis, medicamentos y vacunas, mientras que la terapia con el plasma de personas que se han recuperado de COVID-19 (tratamiento experimental) puede utilizarse en casos graves.

El plasma es lo que sostiene las células de la sangre. Contiene anticuerpos, proteínas que se pegan al virus y dan señal al cuerpo para removerlo, según explicó Radamés J.B. Cordero, científico en el departamento de Microbiología Molecular e Inmunología de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health. Fue por medio de Cordero que llegué al artículo del Dr. Casadevall, director del departamento. Lo llamé con motivo de dar seguimiento al experimento en el que dos muestras de melanina fueron enviadas al espacio, escrito que fue publicado a finales del 2019 en nuestro suplemento cultural EN ROJO. El experimento con la melanina no se ha completado, así que Cordero aprovechó para hablarme de algo más relevante en este momento.

El artículo citado y explicado brevemente no es uno de estilo estrictamente científico, algo que consideró Casadevall al momento de escribirlo para lograr que tuviera un mejor impacto. Por diez años, Casadevall ha sido mentor académico de Cordero, quien aclaró que hasta hace poco se interesó por la terapia de plasma convaleciente. Cordero, ha seguido el proceso, viendo cómo se ha desarrollado y compartiendo información.

CLARIDAD: ¿Qué es exactamente lo que han estado trabajando en cuanto al plasma?

RespuestaCuando los primeros casos en EU comenzaron, Arturo Casadevall, se dio cuenta de que en las noticias nadie estaba hablando del plasma. Él es experto en anticuerposinfectólogo. Escribió ese artículo, se lo envió a unos colegas y eso desató el interés y la colaboración entre docenas de instituciones en Estados Unidos que comenzaron a trabajar para desarrollar la terapia del plasma. En poco tiempo crearon un website, redactaron protocolos para que otros hospitales y universidades pudieran implementar la terapia. Se han publicado varios estudios que demuestran que el plasma es seguro. Todavía están trabajando en hacer estudios controlados para determinar qué tan eficaz es el tratamiento.

C: ¿Cuánto tiempo pasó desde que se publicara el artículo y se comenzara a tratar a personas con la terapia de plasma?

R: Alrededor de un mes. Tiempo récord. Algo que hay que tener en mente es que para esto primero hay que buscar la aprobación de la FDA. El FDA dio la aprobación y se comenzó a tratar a la gente. Hoy, miles de personas han recibido el tratamiento.

C: Esta terapia de plasma convaleciente no funciona igual en todos los pacientes.

REs por ese mismo problema que me interesé. Aun cuando no podemos predeterminar qué plasma es bueno o mejor, los resultados son prometedores. Su eficacia tiende a variar porque el plasma varía entre diferentes personas donantes.

C: ¿Es posible sintetizar o copiar los anticuerpos de un plasma que es bueno y replicarlo para utilizarlo en diferentes pacientes? ¿A dónde se dirigen tus próximas investigaciones sobre este asunto?

R: Para eso tenemos que saber qué cosas del plasma tenemos que copiar. Si es un anticuerpo o la combinación de 10 anticuerpos. Lo ideal sería saber de antemano la efectividad de una dosis de plasma antes de dárselo al paciente, y así mejoraríamos la eficiencia de la terapia.

C: El proceso consiste en identificar los mejores plasmas de pacientes que se han recuperado y ver en cuál de esos pacientes funciona, si funciona en otros pacientes infectados.

R: Una de las metas es entender cómo mejorar esta terapia del plasma. Y una manera de hacerlo es si logramos identificar cuáles son los mejores para utilizar.

C: ¿Este proceso puede tener repercusiones en la salud del paciente?

R: Lo que se ha visto es que es seguro.

C:¿Por qué enfocarse en trabajar en implementar la terapia de plasma y no en la vacuna?

R: La terapia de plasma existe ahora. Desde el día uno hay pacientes que se están recuperando, y ese plasma existe y se puede utilizar para proteger a otras personas. Específicamente, personas que están expuestas al virus, como enfermeros y médicos. Se les puede transferir la inmunidad de una persona que sobrivivió al COVID-19. Ahora, una vacuna necesita más estudios; primero hay que desarrollarla, asegurarse de que no hay efectos secundarios, de que no es tóxica, y esos estudios demoran. Es un proceso biológico que hay que esperar que se desarrolle. A veces, esas manifestaciones de toxicidad se desarrollan con el tiempo, meses. Además de eso, después tienes que producir la vacuna a grandes escalas. Es un proceso inherentemente difícil, complicado, aunque el resultado es ideal porque una vacuna suele proteger durante más tiempo. Con el plasma tienes un producto que existe ahora y se están haciendo los estudios pertinentes para determinar su eficacia.

 

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