COVID-19 “Los datos hay que contextualizarlos”

 

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Según la página en internet del Departamento de Salud (DS), para final de la tercera semana de julio, el total de casos acumulados de COVID-19 eran 123,775; de estos, 136,519 eran casos acumulados y 2,500 eran muertes.

Pero para el director ejecutivo de la de la Coalición de Salud Comunitaria (COSACO), Danilo Trinidad Pérez Rivera, lo que se está viendo en esa página del DS para nada es la realidad.  “Si yo te digo que hoy hubo 100 casos, ¿qué información te estoy dando?, muy poca, porque el dato en el vacío no es información. Los datos hay que contextualizarlos, los datos son solo datos”.

Pérez Rivera se refiere a las consecuencias del desmantelamiento del sistema de rastreo del COVID-19 a nivel central, del Departamento de Salud (DS). Aclaró  que los sistemas municipales de rastreo continúan e incluso hay municipios con sistemas ejemplares. No obstante, puntualizó que “lo que queda allá arriba, lo que hay, son contratos que se otorgaron, pero servicios que no se prestan”.

El desmantelamiento del sistema de rastreo a nivel central significa que las estadísticas que se muestran en el dashboard del DS sobre el curso de la pandemia no es la realidad. El equipo a nivel central lo que genera es una serie de estadísticas descriptivas que son generadas por los laboratorios clínicos. “Lo que hacen a nivel central es contar los palitos y ponerles las cruces. Ese trabajo lo hace realmente el laboratorio clínico, que está adcrito al bioportal y asegura la transferencia de los datos”. Esa es la información que luego el DS ofrece en comunicados de prensa.

El director ejecutivo de COSACO, que fue uno de los primeros en trabajar en el sistema de rastreo del DS, trajo a la atención que el dashboard tiene un poco más de 50 variables que no se almacenan de manera longitudinal y de las que no hay informe. Subrayó que el equipo de rastreo al cual pertenecía lo que hacía era acumular estas estadísticas para ir proyectando lo que son las tendencias, la trayectoria, que es lo que realmente informa el estatus de la pandemia.

Al recalcar que lo que se está viendo en esa página del DS no es real, puso por ejemplo el que Salud no ha comunicado que hay una baja en pruebas y se están haciendo menos de 3 mil pruebas diarias, cuando se pudieran estar haciendo 10 mil.

“O sea, hemos reducido a una décima parte las pruebas realizadas. Eso no se le ha transparentado al País. Eso, definitivo, es peligroso porque eso es bajar la guardia. Hemos apostado a una vacunación, y agradezco que el DS haya decidido por fin utilizar una estrategia de incentivos que invierta en las personas que se vacunen para poder dar este último trecho. Debieron haberlo hecho dese el principio. Sin embargo, ese no es el único frente al cual tenemos que apostar, tenemos que seguir apostando a las buenas prácticas de higiene y tenemos que seguir apostando a las pruebas de discernimiento porque, si no, estamos volando sin radar”.

Puntualizó que las pruebas realizadas son lo que permiten realmente caracterizar qué es lo que está pasando, ya que si no hay pruebas, no se detectan casos. La falta de pruebas ofrece una falsa impresión de que la epidemia está pasando y que se acabó. Pérez Rivera expresó que el mensaje que tiene la gente en este momento es que la pandemia se acabó, y eso es preocupante.

El químico cuestionó que más allá del beneficio de los palitos que Salud cuenta, cuál es el esfuerzo de vigilancia genómica que está haciendo el DS.

“Cuando el DS dice hemos detectado tal variante, realmente el DS la detectó o se dieron cuenta de que Fabiola Cruz López dijo en Twitter que vio en una base de datos que hay tal muestra, porque eso fue lo que ocurrió, y a mí me da bochorno decir que mi agencia se gobierna desde Twitter”.

Pérez Rivera desmintió que el DS esté realizando un trabajo de vigilancia genómica. Agregó que era bien preocupante que se tengan recursos internacionales invirtiendo en secuencial de los genes de las muestras que se colectan en Puerto Rico y que el DS no acepte que en efecto son personas externas que están invirtiendo en este esfuerzo, lo cual ofrece muchas oportunidades para la clase salubrista del país.

Especificó que la doctora Fabiola Cruz, quien montó y dirigió el programa de rastreo, primero en el municipio de Villalba y luego el del DS, ahora labora en la Universidad Central del Caribe en un proyecto de vigilancia genómica. La información que recogen es compartida con la Universidad de Yale, en Connecticut y luego se entra a la base de datos internacional GISAID.

Una consecuencia de la falta de rastreo es que puede incidir en la no identificación de las variantes del COVID y, más que la falta de rastreo, cuando el rastreo municipal tiene una muestra de una variante, no hay manera de secuenciarla porque no hay con quién en el DS. Pérez Rivera señaló que los equipos de rastreo municipales, que en su momento fueron 78, todos están entrenados. Ahora, quién consolida esos esfuerzos, quién los dirige y quién logra suplir una infraestructura donde no tan solo sea atender su municipio, sino defender  el frente de lo que es el archipiélago de Puerto Rico “eso es lo que falta en estos momentos”.

Si no hay pruebas, no se identifican las variantes

Respecto a la importancia de hacer las pruebas, el químico describió que la dinámica de transmisión del COVID es que siempre está mutando. Comparó que antes se hablaba del dengue 1, 2, 3. “Hay  que imaginarse eso, pero super acelerado porque el COVID tiene lo que le llaman un corrector que controla las mutaciones, pero también tiene lo que le llama temp switch, una recombinación. El COVID es bien activo y comparado con otros virus tiene una mutación rápida que si no se rastrea nos podemos perder. Pero,  además de que está mutando, ya el COVID viejo se murió. Ahora mismo, la cepa dominante es la cepa Alfa, la británica que llegó a Puerto Rico a eso de noviembre, y eso lo confirmamos, pero no llegó a un brote de dominar el contagio comunitario hasta abril. Ahí entonces pasa el famoso cambio”. Fue en abril que el secretario de salud, Carlos Mellado eliminó el sistema de rastreo del DS.

Prosiguió con que el tiempo ha pasado y el COVID  ancestral ya no existe en la transmisión comunitaria en la isla. Advirtió que la gran mayoría de las secuencias de COVID que salen  van a salir emparentadas con la cepa británica. Ahora, poco a poco, a la isla ha llegado una nueva cepa, la Delta, e incluso la Gama y Lambda. El director ejecutivo de COSACO indicó que la variante Delta ha recibido mucha atención porque surge en la India: “Llega a Inglaterra y se queda con el canto”. Las variantes Gama y Lambda son latinoamericanas. Dijo que a éstas les tienen terror en Brasil, Perú y Colombia. “Nuestros hermanos latinoamericanos ya nos han hablado de cómo está eso en la zona”.

Pérez Rivera expresó que dentro de la comunidad de científicos computacionales a la que pertenece tienen una pequeña apuesta “y yo soy bien contracorriente en decir que no me preocupa tanto Delta, me preocupa más Lambda y Gama”. A su juicio, occidente, en particular Estados Unidos, está ignorando lo que pasa en Latinoamérica.

“Puerto Rico no puede caer en esa postura y tiene que estar pendiente a esas variantes porque son de nuestro patio. Estados Unidos fue ejemplar en el peor manejo de la pandemia; pero Estados Unidos no aprende y tiene 27 estados ahora mismo en repunte porque no se han querido vacunar. Tenemos muchas  lecciones que aprender utilizando el mundo como espejo para poder hacer introspecciones”.

En esa línea, reparó en que las pandemias no acaban, eso no existe. Por ejemplo, el HIV sigue siendo un gran reto, se tienen temporadas de epidemia y el tratamiento sigue siendo caro.

Respecto al trabajo de COSACO destacó que quieren subrayar la importancia de estudiar y poner en contexto cultural la pandemia y que el pueblo entienda que la salud es responsabilidad de todos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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