Cuba suspende el depósito en efectivo de dólares para burlar el bloqueo

 

Corresponsal de CLARIDAD

 

La Habana, Cuba-Desde este lunes, 21 de enero, las instituciones financieras cubanas dejaron de aceptar el depósito en efectivo de dólares estadounidenses (USD) en sus cuentas, en concordancia con la reciente decisión del Banco Central de Cuba (BCC) de prohibir temporalmente ese tipo de transacciones.

La medida, según la alta institución financiera, es una respuesta a “los obstáculos que impone el bloqueo económico de Estados Unidos para que el sistema bancario nacional pueda depositar en el exterior el efectivo en dólares estadounidenses que se recauda en el país”. La nueva determinación no atañe a las operaciones realizadas vía transferencia ni aplicará a depósitos en efectivo de otras monedas convertibles que operan en la isla.

Al anunciar la medida en el programa televisivo Mesa Redonda, la presidenta del BCC, Marta Sabina Wilson González, se refirió a las dificultades que está enfrentando Cuba para hacer uso en el mercado internacional del dinero recaudado en esa divisa.

“Se ha llegado a una situación en la que para Cuba resulta cada vez más difícil encontrar instituciones bancarias o financieras internacionales dispuestas a recibir, convertir, tramitar o procesar el efectivo en moneda estadounidense como resultado de los efectos extraterritoriales del bloqueo y de las medidas adicionales adoptadas por los Estados Unidos en los últimos cuatro años, las que, hasta el día de hoy, mantienen plena vigencia”, sostuvo la funcionaria.

La normativa llega en momentos en que, sumado a la difícil situación económica que atraviesa la isla –debido en parte a la perdida del turismo por la pandemia–, el país había comenzado a ver el auge de un mercado informal de venta de dólares estadounidenses que llegó a disparar el valor de esa moneda en las calles en casi tres veces más que la tasa de cambio oficial (1 dólar x 24 pesos cubanos) establecida por el propio BCC. A esto se añade un aumento en la inflación en los últimos meses, generado por la escasez de ciertos productos en las tiendas del país.

En la población cubana no ha faltado quien ha especulado sobre las “verdaderas razones” tras la adopción de esta medida. Por su parte, las autoridades bancarias de la nación se apresuraron a aclarar que esta “no se trata de una medida antiinflacionaria ni para recaudar USD” y han asegurado que tendrá carácter temporal.

 “La duración de esta medida –añadió la presidenta del BCC– dependerá de la eliminación de las restricciones que impiden el normal funcionamiento de los procedimientos de exportación de la moneda estadounidense”.

 Lo cierto es que, por ahora, Cuba no está en condiciones de aceptar una mayor entrada de dólares en efectivo a sus entidades bancarias. Turistas y visitantes del extranjero tampoco estarán exentos y previo a su llegada deberán adquirir otro tipo de moneda que no sea el dólar para operar en el país.

 Una situación mucho más crítica

 En entrevista para CLARIDAD, el periodista cubano especializado en temas de Economía, Ariel Terrero, habló del alcance de la decisión del BCC y recordó que ya en el pasado las condiciones de bloqueo económico y financiero contra la isla habían obligado a una medida similar.

“Cuba ya lo aplicó una vez en el 2004 cuando estableció un gravamen del 10% a la entrada de dólares en efectivo. Ese gravamen fue muy polémico también, pero logró que una parte de las remesas en efectivo vinieran en otra moneda, y los turistas, si traían dinero en efectivo lo traían en otra moneda convertible que no fuera el dólar.”

Terrero advierte, sin embargo, que en esta ocasión la situación es “mucho más crítica” y subrayó que “el origen de todo el problema, no lo niega nadie que se respete”, es el bloqueo de los Estados Unidos.

Actualmente, Cuba posee “una cantidad desproporcionada de efectivo” con el que no puede contar para transacciones en el exterior, pues en el mercado global de hoy prácticamente ningún banco acepta dinero “cash” –y a los pocos que han osado hacerlo les ha caído el castigo de Washington.

Según el BCC, 24 bancos de terceros países cerraron sus operaciones con Cuba durante los cuatro años de la pasada administración de Donald Trump y 12 bancos extranjeros fueron penalizados con multas multimillo­narias por violar las regulaciones estadounidenses y negociar con la mayor de las Antillas.

Esto no es todo, a mediados del año pasado y con el propósito de cortar el flujo de remesas a la isla, el Departamento de Estado de EE.UU. incluyó a las empresas Fincimex y American International Services (AIS) –instituciones financieras designadas por el gobierno cubano para gestionar el envío de remesas– en su lista de entidades cubanas restringidas.

“Ese conjunto de medidas se combina con el efecto extraterritorial del bloqueo, agravado en los últimos años por las listas ilegítimas y difamatorias, tanto del Departamento de Estado, como del Departamento del Tesoro”, sentenció el director general de relaciones exteriores de Cuba para Estados Unidos, Carlos Fernández de Cossío, al referirse a la inclusión de su país en la lista del gobierno norteamericano de países patrocinadores del terrorismo.

 Nuestro pueblo y la comunidad internacional –añadió de Cossío– conocen que el propósito del bloqueo es causar daño a la economía cubana, asfixiarla. Con ese fin, procura deprimir los ingresos y el nivel de vida de la población”.

 Acostumbrarse a vivir en bloqueo

 Contrario a lo que han vaticinado algunos economistas y analistas en redes sociales, el periodista Terrero no piensa que la solución del BCC tenga un efecto antiinflacionario en la economía “porque –explicó– lo que determina la inflación que hay hoy es la situación crítica de la economía, el desabastecimiento del comercio minorista”.

“Estamos en una situación anómala, producto de la contracción de casi a cero del turismo, que era la principal exportación después de los servicios médicos. En una economía, se cae una de sus principales actividades económicas casi a cero y colapsa”, sostuvo el profesional de la comunicación.

Terrero tampoco sigue la línea de agoreros que apuntan a la restricción del depósito en efectivo de dólares estadounidenses para culpar al gobierno de los padecimientos de la población.

“Yo creo que se ha exagerado un poco el posible agravamiento de la situación por esta medida. Obviamente, crea algunas dificultades, como el que la gente tenga que estar asumiendo el costo del cambio de la moneda […] Yo no creo que vayan a disminuir mucho las remesas desde el exterior, porque la remesa es una motivación familiar que busca la gente para apoyo de la familia”.

En concreto, sobre la medida del BCC, Terrero insinúa que su carácter temporal pudiera extenderse más de lo esperado, teniendo en cuenta la poca voluntad de la administración Biden en retomar las relaciones con su país vecino.

“Cada vez se lee más que Cuba tiene que acostumbrarse a que va a vivir siempre con bloqueo y que cuando diseñamos políticas, programas, medidas, tenemos que hacerlas sabiendo y contando con que este es un país bloqueado.”

“¿Es real que vamos a ser siempre un país bloqueado? –se pregunta– Es un poco pesimista, pero no le falta alguna razón, porque puede cambiar un presidente en Estados Unidos pero evidentemente no basta con eso.”

Cabe recordar que con el acercamiento entre ambos países durante la era Obama se aliviaron muchas políticas, pero poco o nada en materia económica cambió del bloqueo.

“No basta con que llegue un presidente de buena voluntad y de buenas ínfulas que venga a acercarse a Cuba y a salir hasta en un programa humorístico cubano jugando dominó con los artistas cubanos. Con Obama se dieron una serie de pasos importantes para una normalización de relaciones, pero no se eliminaron las medidas de bloqueo en el tema financiero, recordó a este periódico.

Resta entonces la pregunta: ¿Podemos desarrollarnos en Cuba con bloqueo, sí o no? Ese es el desafío.

Ariel opina que sí y argumenta que “ya se están dando pasos importantes” en ese camino, “pero todavía se pueden hacer muchas cosas más si se hacen en un panorama económico favorable desde otro punto de vista que no es el de la pandemia.”

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