“Cuentas pendientes” según Ana T. Toro

 

CLARIDAD

En un programa televisivo donde participaba de invitada, y más tarde en las redes sociales, la periodista Ana Teresa Toro dijo que “el PIP – y otros movimientos de izquierda – le dio la espalda a las mujeres a los mujeres en los años ’70 y ‘80”. Añadió que las referidas organizaciones independentistas y de izquierda tienen “una historia con estos temas que se debe reconocer”. Adelantándose a posibles requerimientos sobre las fuentes que utiliza para sus conclusiones afirmó: “¿De dónde lo saco? De la propia historia y de entrevistas a feministas…”.

Siempre he tenido una buena opinión de la periodista Toro. De ahí que me sorprendiera su declaración en la televisión y aún más cuando en las redes sociales intentó explicar su afirmación inicial. La compañera María de Lourdes Santiago, hablando por el PIP, refutó de forma excelente al comentario aludido, pero es necesario aclarar el tema desde la perspectiva de las “otras organizaciones de izquierda” a las que se refirió la periodista, específicamente del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). Este partido quedó fundado precisamente al alborear la década del ’70, como una trasformación del Movimiento Pro Independencia (MPI), que operaba desde 1959.

¿Cuáles fueron los postulados del PSP en cuento a la mujer? ¿Acaso les dio la espalda?

En la su asamblea constitutiva – que ocupó tres días de intensas discusiones – se aprobó una Declaración General que, entre otras cosas recoge los “Once principios programáticos” que guiarían a la novel organización. Uno de esos principios dice: “El Partido garantizará la igualdad de la mujer para asumir tareas y responsabilidades… El papel de la mujer en la lucha, sus particulares problemas en la sociedad presente y futura, y los vicios de la relación hombre-mujer en nuestra cultura, deben ser objeto de constante y amplia discusión en seminarios de capacitación, así como de en los medios de difusión del Partido. … El Partido no debe conformarse con aclarar su posición sobre la mujer y ponerla en práctica a nivel interno. Tarea suya será irradiar su influencia hacia la completa liberación de la mujer en todos los sectores de la sociedad puertorriqueña, con plena comprensión de que ésta no podrá lograrse plenamente hasta tanto se destruya la estructura capitalista y se dé cauce a la sociedad socialista.”

Reunión para la constitución de la Federación de Mujeres Puertorriqueñas. Foto Archivo CLARIDAD

Tres años después, en 1974, se aprobó la nueva “tesis política” del PSP publicada con el título “La alternativa socialista”. El documento contiene una sección sobre “la situación de la mujer” que comienza destacando que representaban entonces el 52% de la población y el 35% de la fuerza trabajadora, y señalando éstas enfrentan los problemas comunes a todos los asalariados (bajos salarios, desempleo, etc.). Luego añade: “Pero, además de esa explotación, la mujer se enfrenta al discrimen por su sexo. Su salario, según los datos estadísticos de 1970, era un 17.4 por ciento menor que el salario semanal promedio de los hombres en las mismas industrias. Casi como norma general, las posiciones mejor pagadas y de mayor responsabilidad en la industria se les otorgan a los hombres. “

Además de ese análisis, la Tesis contiene las acciones específicas a desarrollarse para llevar a la práctica sus postulados en torno a la mujer. Estas incluyen “una intensa campaña de educación interna y externa encaminada a trasformar las ideas burguesas que mantienen subordinada a la mujer”; “campañas en torno a las reivindicaciones de las trabajadoras, tales como igual oportunidad de empleo, igual paga por igual trabajo, licencia por maternidad y otras semejantes”; “impulsar un programa científico de educación y orientación sexual… enfatizándose que defenderemos el derecho tanto de la mujer como del hombre a conocer y controlar la integridad de su cuerpo”; “repudiar el uso del cuerpo de la mujer como propaganda comercial, por considerar estas prácticas contrarias a la dignidad humana, en especial de la mujer”; “impulsar medidas concretas de concientización hacia un cambio en la mentalidad y en la práctica del trabajo doméstico, de tal modo que se reconozca su utilidad social y se compartan las tareas sin divisiones que obedezcan exclusivamente al sexo”.

Exhibición fotografica en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Archivo CLARIDAD

Para calibrar el carácter adelantado de estas propuestas hay que ubicarlas en el momento en que se hacen, no 50 años después.  Aparte de esas “organizaciones de izquierda”, NINGÚN otro partido o movimiento político de los años’70 se atrevía a impulsar esas reivindicaciones. De hecho, los otros partidos y movimientos no sólo no hicieron entonces planteamientos similares, sino que todavía no los hacen. Además, en aquellos años la Iglesia Católica seguía influenciando el debate isleño en torno a la mujer, imponiendo sus dogmas. Apenas una década antes había patrocinado un partido político para lanzarlo contra el gobierno de Muñoz Marín, entre otras cosas, por promover el control de la natalidad.

En ese ambiente, las “organizaciones de izquierda” fueron pioneras en el tema de los derechos de la mujer. Como se desprende de las citas anteriores, no sólo promovieron sus derechos como trabajadoras, sino también al interior de las propias organizaciones. Además, en aquel Puerto Rico que todavía criminalizaba el aborto, se atrevieron a defender el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo.

¿Cumplieron las organizaciones de izquierda con lo que postulaban? Para atender ese interrogante puede revisarse la colección de CLARIDAD de entonces, el único medio de prensa que cubre intensa y extensamente esas décadas de nuestra historia. Esa colección, que está disponible en formato digital, es una fuente indispensable para estudiar la historia de Puerto Rico, pero con mayor singularidad lo es para conocer sobre las organizaciones independentistas y de izquierda.

Si se examinan las ediciones de CLARIDAD – que entonces contaba con un cuerpo de redacción casi exclusivamente integrado por mujeres – se encontrarán centenares de artículos de opinión y reseñas de actividades relacionadas con la lucha de la mujer. A modo de ejemplo, podrá verse que el ahora generalizado Día de la Mujer, el 8 de marzo, lo comenzaron a celebrar en Puerto Rico esas “organizaciones de izquierda”, porque nació al calor del socialismo internacional, impulsado por la luchadora comunista Clara Zetkin en 1910.

¿Se cometieron errores? ¿No se hizo lo suficiente? ¿Hubo compañeras molestas o que se sintieron maltratadas en procesos internos de las organizaciones? Todo eso puede ser cierto, pero es una gran injusticia enfatizar en lo que dijo tal o cual persona, pasando por alto las grandes aportaciones de aquellos movimientos. Muchas de las luchas que ahora nos son comunes, como la que se da por el ambiente y el fortalecimiento de las comunidades, nacieron entonces. También aquellas organizaciones fueron pioneras adelantando e impulsando la lucha de la mujer.

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