Cuerpo del poema: mirada,luz,palabra

En ese saludo inicial, nos miramos todos: poeta, lectora, fotógrafo, reportera. Cerca estaba la pared, el fondo que había sido telón abierto para el quién soy de todos y todas los poetas retratados. Lo próximo fue conversar sobre Cuerpo del poema, un catálogo, registro, pieza de colección, acervo histórico, libro para el futuro que recién publica el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP).

Convocados por la poeta Irizelma Robles y el fotógrafo Adál Maldonado, más de una veintena de poetas puertorriqueños revelaron su yo en un autorretrato literario, se miraron introspectivamente para luego, dejarse mirar por otros ojos. La mirada de Adál acompaña los versos y es otra manera de quedar los y las poetas descubiertos y plasmados en papel. Aquella tarde de plática con EN ROJO, el estudio del fotógrafo fue más que eso, fue testigo de las múltiples miradas ancladas en el poemario que se estrena en las librerías del país.

“Los rostros y los cuerpos de los poetas se exponen a la luz. Esa exposición los deja al descubierto, a la intemperie del estudio fotográfico. Adál manipula la luz para crear la mejor imagen, pero no retrata la superficie, sino que indaga profundamente en la persona expuesta hasta llegar a los rasgos que delinean su identidad”, tal y como expresa Irizelma en la nota preliminar.

La idea de este junte de palabra y luz surgió a principios del año pasado cuando repentinamente, mientras el fotógrafo trabajaba con una serie de portraits de artistas de Puerto Rico, entró un mensaje de Áurea María Sotomayor a su correo electrónico. En el mensaje, la destacada poeta le cuestionaba a Adál cuándo haría una serie de retratos de poetas. Y es que el portrait ha sido pieza clave en la carrera artística de este utuadeño criado en Nueva York. Sus inicios en estos menesteres se remontan al 1975, cuando publicó su libro The Evidence of Things not Seens.

“Siempre – desde un inicio – se pensó el proyecto como una reunión de portrait y poemas de autobiografía literaria. Siempre pensamos que debía existir esa correspondencia entre foto y poema. Por eso se le dio la libertad a todos los poetas de la muestra para que ellos elaboraran su poema a su tiempo, a su ritmo, llevando en mente esa mirada interna, ese volcar hacia su ser”, contó Irizelma durante el encuentro con EN ROJO.

La correspondencia entre foto y poema no necesariamente se dan en todos las instancias del poemario, aseguró Irizelma, quien fungió como curadora de esta iniciativa. “No tienen que ir a la par porque son dos miradas distintas. De esa forma, los poemas pueden leerse en contraposición con la foto, alineados con la foto o en absoluto contraste…pero la mirada es lo que queríamos que persistiera”, comentó.

Para Adál, en este libro existen tres espacios propiciados por las distintas miradas: “la foto existe sola, el texto existe solo, entonces, cuando uno lee y mira, crea un tercer espacio en el que se crea una realidad nueva”. En ese sentido, Cuerpo del poema se puede definir como un documento histórico, una muestra en la que quedan registrados poetas puertorriqueños desde la generación del 1970 al presente. Para ambos gestores, eso es lo novedoso y es lo que hace importante este libro.

Respecto a ese segundo espacio que trabajó Adál desde la fotografía, Irizelma destacó que “no es pose lo que busca Adál, si no la expresión de un algo que define a esa persona”. La mirada de Adál prevaleció al momento de tomar la decisión final sobre la foto que quedaría atrapada en el poemario. He ahí el juicio del fotógrafo que crea poemas en cada captura.

Irizelma Robles se inspiró en la Antología de las sospechas – publicada en los ’70 – de Josérramón ‘Ché’ Meléndes para armar Cuerpo del poema. Según contó, en esa antología se encuentran “los grandes poetas del país, no los únicos, pero los grandes que a mi generación y a mí nos han enseñado tanto”. Además de algunos poetas de esa época, Irizelma incluyó en este poemario “nuevos sospechosos”, poetas de novísimas generaciones como Rubén Ramos y Xavier Valcárcel, “que tienen una poesía poderosa…Más que sospecha, [los y las poetas jóvenes incluidos] son la gran sorpresa de que hay una poesía que se gesta”.

Por otro lado, con esta muestra se propusieron acortar la distancia entre los escritores de la isla y los de la diáspora, “franquear los límites de la tradición literaria que nos han impuesto desde antaño, donde la hispanofilia ha descartado las expresiones culturales en inglés de nuestra identidad puertorriqueña”, como esboza la nota preliminar.

“La presencia de lo nuyorican y de los nuyoricans siempre fue importante para esta antología”, opinaron ambos gestores. Sobre su identidad, Adál narró que nació en Utuado, pero desde los 12 años de edad hasta el 2011 vivió en Nueva York, por lo que se siente nuyorican y tiene “una manera híbrida de mirar la vida”. “Esa hibridez la percibo dentro de mi obra porque hago mucho trabajo en el que fusiono diferentes medios. Para mí, eso es ser nuyorican, el que fusiona diferentes experiencias: la de ser puertorriqueño, aunque sea una memoria rota que viene desde los abuelos, y la de crecer allá en la diáspora”, continúo el fotógrafo, quien en octubre próximo expondrá dos muestras alusivas a sus 40 años de trayectoria: una en el Museo de Arte Contemporáneo de Santurce y otra, en Casa Blanca, justo al lado de la sede de la editorial del ICP en Viejo San Juan.

A juzgar por la curadora de la muestra, hay dos aspectos que se establecieron como requisitos para la confección de este libro: que todos los poetas crearan su autorretrato literario y, en términos de la fotografía, que los y las poetas residentes en la isla aparecieran en la foto con una pared blanca de fondo y los de la diáspora, se expusieran en “su ambiente” en Nueva York.

“Este libro de alguna manera es un homenaje a la generación del ’70”, sentenció Irizelma, quien también mencionó que un elemento unificador entre los poemas de este libro es que en ellos, los poetas se definieron a partir de su poética, de esa expresión de sí mismos.

Irizelma y Adál tuvieron siempre presente que no podían “explotar toda la riqueza que hay en la poesía puertorriqueña actual”, por eso este libro es solo una muestra. Sin embargo, no se trata de otra muestra más de portraits y poemas, si no que aquí se rescata la trayectoria de Adál, se homenajea a poetas puertorriqueños en la isla y la diáspora, y se les presta importancia a las diferentes formas de mirar.

“Este libro une las voces más disímiles de la poesía puertorriqueña en una entrega variada de poéticas, y recoge las palabras y los rostros de distintas generaciones desde el setenta hasta la fecha. Como se dijo antes, cada poema es una poética, como si atravesados por la luz, los poetas hubieran decidido expresar lo que cada uno concibe de la palabra escrita. Palabra y luz, Cuerpo del poema es un libro donde mirar es tan importante como leer”, concluye Irizelma en la nota preliminar.

Aunque aún no hay fecha definida, prontamente se realizará una presentación oficial del poemario. “Quisiéramos hacer una gran fiesta con todos los y las poetas, incluso con los nuyoricans”, acotó la curadora de esta edición, quien también celebra sus próximas dos publicaciones: El libro de los conjuros (Folium, 2017) y Alumbre (ICP, 2017).

Participantes

Rafael Acevedo Rodríguez

Néstor Barreto

Sheila Candelario

Ángel Darío Carrero

Mayda Colón

Nicole Cecilia Delgado

Vanessa Droz

Servando Echeandía Colón

Elizam Escobar

María Teresa “Mariposa” Fernández

Sylvia Figueroa

Hjalmar Flax

José Raúl “Gallego” González

Víctor Hernández Cruz

Cindy Jiménez-Vera

Tato Laviera

Yara Liciega

Noel Luna

Josérramón “Ché” Meléndes

Urayoán Noel

Luz Yvonne Ochart

Mara Pastor Willie Perdomo

Lilliana Ramos-Collado

Rubén Ramos

Guillermo Rebollo Gil

Etnairis Ribera

Irizelma Robles

Juan Carlos Rodríguez

Ángel Antonio Ruiz Laboy

Mayra Santos-Febres

Karen Sevilla

Yván Silén

Áurea María Sotomayor

Edwin Torres

Xavier Valcárcel

Esteban Valdés Arzate

Carlos Vázquez Cruz

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