Curación de la Madre Tierra y pandemia

Especial para En Rojo

Este año, el tema de la Agenda Latinoamericana-Mundial 2021 es la curación de la Madre Tierra. Este tema se expresó con el título: “Retorno o no retorno. Es tarde pero es nuestra hora”. Se llama «sin retorno» al punto en el cual el planeta Tierra ya no puede recuperar las condiciones mínimas de supervivencia. De hecho, en este ritmo, la destrucción ecológica podrá convertir la Tierra en un planeta desértico y sin vida

Desde millones de años, el Coronavirus existía latente en la naturaleza, sin dañar a nadie. Una vez destruido el ecosistema, se despierta y se multiplica desordenadamente, infligiendo esta tragedia a la humanidad.

Debemos abrir los ojos para ver la relación entre una cosa y otra. Más de dos tercios de los grandes bosques del mundo fueran destruidos. En la última década, la temperatura de los océanos aumentó en más de un grado. A cada año, son extintas de la Tierra más de 50.000 especies vivas. Cada día se liberan en el aire nuevos productos químicos que siguen causando muertes. En otras épocas geológicas, el cambio climático procedía de mutaciones atmosféricas. Ahora, es provocado por el sistema social y económico dominante, que convierte la tierra en mercancía. El problema no es tecnológico. Es cultural, social y político.

Cada año, la ONU consagra el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra. Por una feliz coincidencia, para las Iglesias cristianas, esta conmemoración se realiza siempre en tiempo de Pascua, cuando las comunidades celebran la resurrección de Cristo para ser testigos de que la vida vence a la muerte y el amor tendrá la última palabra en este mundo.

Hace cinco años, el papa Francisco publicó su carta sobre el cuidado de la Tierra, nuestra casa común (Laudato si). Allí, propuso una ecología integral que incluye el cuidado del ambiente, la búsqueda de la justicia social y una espiritualidad ecológica.

En todo el mundo, la humanidad está redescubriendo la relevancia de los cultos indígenas y afrodescendientes que profundizan la intimidad con Dios en relación con la tierra, el agua y los elementos del universo.

Incluso las religiones inspiradas en libros como la Biblia recorren un camino de contemplación del Misterio Divino, presente en la Tierra y en todos los seres vivos. En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo habló del Cristo resucitado como el Cristo cósmico. Todavía en la primera mitad del siglo XX, Theilhard de Chardin, paleontólogo y teólogo, afirmaba: «Hasta ahora, los cristianos buscaban Jesús en su forma humana y divina. Ahora, El se presenta a nosotros en su cuerpo cósmico que es la Tierra».

El autor es monje benedictino y ha escrito meas de 40 libros.

Artículo anteriorOrganización Mundial de la Salud: La pandemia está lejos de terminar
Artículo siguienteCrucigrama: Gertrudis Bocanegra