De lo que no voy a escribir

Lo que se espera de alguien que escribe una columna de opinión en estos tiempos (mayo de 2017) y en este lugar (Puerto Rico) es una lista de razones para apoyar o denostar grupos de acción directa.

Pues bien, esos grupos que son llamados vándalos, o genéricamente estudiantes y de manera un tanto naive, “black bloc” dramatizan el derecho a la protesta y a ocupar espacios públicos. Por otro lado, y en esto la cosa es un tanto delicada, ponen en discusión el monopolio de la violencia del estado. En general eso que la prensa corporativa llama violencia se concentra en daños a propiedad privada, entiéndase bancos, multinacionales, oficinas. No hay daños a personas.

Los aspectos negativos de estos grupos no los menciono porque ya están dichos y repetidos en la prensa que tiene relaciones comerciales con acreedores y bonistas. Sin embargo, ¿qué pasaría si trato de escribir otra cosa?

Digamos que lo más plausible es que escriba sobre decisiones judiciales a partir de procesos incoados por sujetos (estudiantes de Derecho) que tienen contratos de asesoría con el gobierno. De modo que el aspaviento tiene como resultado un mandamus que ordena a empleados, trabajadores y sirvientes de la Universdad de Puerto Rico (UPR) a reportarse a trabajar y dar por finalizada una huelga. Huelga que se decide poner en práctica a partir de una asamblea debidamente constituída. Decisión que podría redundar en violencia el 11 de mayo.

Quizás lo mejor sea una especie de genealogía de la pequeña oligarquía familiar que toma decisiones sobre la vida diaria del resto de los mortales de esta isla rodeada de conflictos de intereses por todas partes. Eso, junto a las afirmaciones de todos los poderes de la metrópoli reafirman el carácter antidemocrático del modo en el que se administra el país. Sin embargo, ¿eso no es algo que ya todos conocemos (a excepción de Hernández Colón y Héctor Ferrer)?

Dadas esas circunstancias, ¿no sería mejor comentar algo sobre la carrera presidencial en Francia? Algo sobre lo que pudo haber sido: el candidato de Izquierda, Melenchon, estuvo a 1.5% de votos de participar de la segunda vuelta en las elecciones francesas. Macron vs Melenchon hubiese sido interesante. Francia rechazó de manera contundente a Marine Trump, digo, Le Pen.

Pero resulta que no. Prefiero escribir sobre la resistencia a la dictadura que apenas se está organizando. Y para eso necesitaría más tiempo y más espacio.

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