Desafiando el imaginario: Simone

 

En Rojo

Quizá porque el casco de Río Piedras fue mi comunidad durante los años en que enseñé en la Universidad de Puerto Rico (tanto mi alma mater de B.A. y M.A.), el filme de la directora y guionista venezolana/newyorkina Betty Kaplan, basado en la novela ganadora en 2013 del prestigioso Premio Rómulo Gallegos,Simone de Eduardo Lalo, inmediatamente me sumerge en un espacio de hermosas casas y apartamentos venidos a menos, en detalles de los interiores de esos espacios, las aceras y calles listas para las tertulias, el encuentro accidentado o intencional de estudiantes, profesores, pensionados, pequeños comerciantes, pedidores de todo tipo y vecindarios donde la gente está pendiente de la calle. Y al centro de todo—como siempre lo fue y luchamos porque lo siga siendo—la Universidad de Puerto Rico. Este es el mundo pequeño y amplio también del profesor sin nombre propio (Esai Morales), protagonista del filme de Kaplan y la novela de Lalo.

Este hombre-profesor llena sus espacios mentales con auto interrogatorios sobre cómo transmite sus emociones. Se denomina principalmente como escritor y eso es precisamente lo que hace cada vez que se pregunta hacia qué rumbo va su vida. Solamente su presente está bajo análisis; ha borrado su pasado o sencillamente confundido de tal manera que no existe como una realidad en tiempo pasado. Por eso sus clases, intercambios con estudiantes, colegas y personal administrativo son lo que lo mantiene vivo en el sentido de tener un futuro, aunque eso solo implique saber lo que va a hacer el próximo día. Personas como Julia y su pequeño hijo entran a su vida, pero parecen no dejar huella, pues puede seguir sus días sin preguntar por ellos nuevamente. Sus actos públicos son solitarios, aunque siempre acompañados por alguna lectura y sus cuadernos de ideas o, lo que se convence ser, su próximo libro. ¿Y quién es Li Chao/Simone Weil (Kunjue Li)? ¿Una mujer misteriosa y por eso tan atractiva o una imagen creada por su estado emocional? Ella entra y sale de su vida rutinaria, desaparece de su propio entorno de amigas y familia escogida para luego aparecer contando historias extrañas, posibles o imaginadas.

El encuentro—basado en libros, citas memorables, librerías como La Mágica con un cameo de su dueño, Arnaldo González y lo que queda del Cine Paradise—y luego junte del Profesor y Li Chao comienza como un juego de búsqueda y definición de lo que puede ser una relación temporera ya que sólo se cuentan las cosas que complacen a la pareja, no se indaga en nada problemático. Pero una vez el Profesor se convence de que intimar significa entrega total, la relación que parecía tan libre comienza a resquebrajarse. Ella reaccionará como siempre parece haberlo hecho: escapar y buscar otro espacio más seguro. Esai Morales interpreta esa inseguridad emocional frente a su imagen de intelectual con los matices que lo hacen la figura vulnerable que no quiere revelar. No hay ninguna timidez con desplegar sus cuerpos desnudos solos o juntos y el resultado son escenas eróticas hermosamente fotografiadas por cinematógrafo Sonnel Velázquez (Broche de oro, Miente, La hija natural, La granja) como si fueran dibujos en secuencia desde ángulos muy creativos.

Aunque el uso de animación puede ser resultado de que el rodaje de Simone se vio interrumpido por el “lockdown” de Covid 19, esos dibujos animados que comienzan muy placenteros y aislados de su medio ambiente, se convierten en la pesadilla que el Profesor ha temido siempre: la ruptura sin explicación. La directora Kaplan tardó cuatro meses para poder continuar bajo restricciones supervisadas muy cuidadosamente tanto por el Depto. de Salud de aquí como por los representantes de los sindicatos de actores y del equipo de trabajo que agrupan a estos trabajadores de los medios (ver el detallado artículo de Jen Yamato en Los An de 25 agosto 2020).

Este año 2021 ha rescatado producciones de filmes puertorriqueños que pudieron haberse perdido en la agresiva invisibilidad del 2020 que borró tanto de nuestras vidas. Pero aquí estamos con Yerbabuena, El cuartito, La última gira y ahora Simone.

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