Día de la mujer en la lucha contra el COVID

Este lunes 8 de marzo y durante toda esta semana, el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha, promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), celebra los logros sociales, económicos, culturales y políticos, alcanzados por las mujeres en el mundo. Refuerza la lucha por el reconocimiento de su dignidad, igualdad de derechos y protagonismo en la construcción de un mundo de iguales.

Este año, la ONU ha elegido como tema para el 8 de marzo:

«Las mujeres en el liderazgo: lograr un futuro igualitario en un mundo de COVID-19«.

Este tema revela que, en todo el mundo, las mujeres han asumido la primera línea en la lucha contra la pandemia y la protección de la vida de las poblaciones. Han actuado como agentes de salud, cuidadoras y organizadoras comunitarias. En todos los continentes, son las mujeres quienes han ejercido el liderazgo más eficaz contra la Covid. Al mismo tiempo, siguen ocupándose de la mayor parte de las tareas domésticas, con enorme carga de exigencias. En todo el mundo, los mayores índices de desempleo y pobreza recaen sobre las mujeres.

La ONU ha destacado también que la mayoría de los países en los cuales la lucha contra la pandemia del COVID-19 ha tenido más éxito han sido países gobernados por mujeres. Nos referimos a Dinamarca, Etiopía, Finlandia, Alemania, Islandia, Nueva Zelanda y Eslovaquia. Estos países han sido reconocidos por la rapidez de la atención y la determinación con que sus gobiernos han protegido a su población. Sin embargo, de los 193 países miembros de la ONU sólo 20 están gobernados por mujeres.

Todos, hombres y mujeres, debemos valorar el Día Internacional de la Mujer para que se extienda a todos los días del año y sirva para integración de los géneros y el mundo se convierta en un espacio de comunión en el cual mujeres y hombres puedan vivir como iguales.

Para los que cultivan la espiritualidad, en cualquier tradición religiosa o fuera de las religiones, el Amor se manifiesta como energía fructífera de vida. Infelizmente en las grandes religiones monoteístas las imágenes más comunes de la divinidad aún son de un Dios masculino y hasta algunas veces patriarcal. Es necesario volver a un Dios misterio que se manifiesta en lo masculino y en lo femenino de nuestras vidas. Pueblos indígenas lo veneran como Pachamama, la Madre Tierra. Tradiciones afrodescendientes la contemplan como Madre de la vida. La tradición bíblica revela que el Espíritu se revela en el encanto de lo femenino en nuestras vidas. En la carta a los Gálatas, Pablo afirma: «Hombres y mujeres, todos somos uno en Cristo Jesús» (cf. Gal 3,28).

El autor es monje benedictino y ha escrito más de 40 libros.

Artículo anteriorLa lucha por una universidad democrática
Artículo siguientePoemas de Claudio Cru Núnez