Don Pedro Albizu Campos: “Tormentera nuestra»

Tras el paso por Puerto Rico de los vientos huracanados de Irma, la Plaza Monumento Pedro Albizu Campos de Salinas, bajo un sol radiante, fue sede el pasado sábado, 9 de septiembre de la conmemoración del 126 aniversario del natalicio de El Maestro.

Los colectivos Caminantes 33 en 33 por Oscar, Fundación Casa Albizu, Comité Plaza Monumento Pedro Albizu Campos de Salina y Oscar: árbol de la libertad organizaron esta celebración amparados en la fecha que reconoce el nacimiento de Albizu el 12 de septiembre de 1891. En la introducción de la ceremonia, se hizo la aclaración de que existe discrepancia respecto a la fecha de nacimiento del patriota, por lo que hay personas que conmemoran la fecha basándose en el  29 de junio 1893 y otras, en el 12 de septiembre de 1891. Aunque Albizu utilizó ambas fechas en documentos oficiales, la que celebran estos colectivos quedó evidenciada en el documento legal en el cual el padre del patriota lo reconoció como hijo.

La actividad, dedicada a la memoria de quien por un tiempo fuera el líder del sindicado de los enfermeros y enfermeras de Puerto Rico, Radamés Quiñones Aponte, contó con el mensaje principal del exprisionero político Oscar López Rivera. Del mismo modo, intervinieron con sus palabras los portavoces de los colectivos auspiciadores y el senador por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Juan Dalmau.

Aprovechando la historia política puertorriqueña y el reciente paso del huracán Irma, el gestor de la Fundación Casa Albizu, Edwin Rosario incluyó en su mensaje una analogía: en 1898, “se fueron dispersando ráfagas por la isla en comandos militares norteamericanos”. Según él, en Puerto Rico azota un huracán desde 1898.

Ante esa realidad política, “Don Pedro fue en el siglo pasado la tormentera nuestra. Fue esa figura que resistió todos los embates de la invasión norteamericana. Fue el escudo para este país. Don Pedro fue y es, porque todavía vive, el muro de contención, la tormentera que enfrentó a los norteamericanos, que pretendieron acabar con nuestro derecho a la libertad en Ponce en 1937, en la masacre de Río Piedras en 1935, en el asesinato a Elías Beauchamp en 1936 en San Juan. En todos y cada uno de esos atentados, Don Pedro ha sido nuestra tormentera de salvación”, dijo Rosario ante la concurrencia.

Además de las expresiones al micrófono, amenizaron la actividad una representación teatral de la canción Oubao-Moin, los versos de varios trovadores salinenses, y la siembra de dos árboles: un guayacán y un tamarindo, “hijo del árbol de tamarindo que sembró Don Pedro Albizu Campos en la Plaza de la Revolución de Lares en la década del 1930”.

La tarea de sembrar estuvo a cargo del colectivo Oscar: árbol de la libertad, conjunto de personas que desde enero 2017 comenzaron a sembrar un árbol – tarja incluida – en cada pueblo de la isla con el objetivo de recordar la campaña multisectorial por la excarcelación de López Rivera. Este compromiso, que de paso contribuye a “hacer patria”, ya se evidencia en los 17 árboles sembrados hasta el momento.

Precisamente, conmemorar el natalicio de Albizu también significa celebrar la vida y gesta patriótica de Oscar López porque “como decía Don Pedro, la Patria es valor y sacrificio, y tú has sido, Oscar, ejemplo de ello”, expresó la moderadora antes de cederle la palabra a Oscar.

López Rivera basó su mensaje en la explicación de dónde y por qué todavía vive Don Pedro Albizu Campos. Según dijo, El Maestro “vive en los corazones de todos y todas los que amamos la Patria. Vive en ciudades lejos de Puerto Rico, vive en una escuela alternativa en Chicago, vive en muchísimos lugares de la diáspora puertorriqueña en Estados Unidos”.

“Don Pedro vive porque sembró el amor por la Patria, porque nos dio el ejemplo de lo que es luchar cueste lo que cueste. Podemos apreciar la grandeza de Albizu porque fue un hombre con mucho valor, amor, desprendimiento del “yo” y pensamiento de futuro”, continuó Oscar.

Asimismo, el patriota recién excarcelado aseguró que el ejemplo de Don Pedro se evidenció cuando llevó el Partido Nacionalista a elecciones y enfatizó que el ejercicio eleccionario era instrumento del imperio y no uno que sirviera para el pueblo puertorriqueño: “dio un ejemplo al decirnos que no debemos participar de elecciones que son instrumentos del gobierno estadounidense”, acotó Oscar.

Por su parte y para concluir los discursos de la actividad, el senador Juan Dalmau resaltó que la pertinencia del El Maestro en estos momentos es su mensaje de valor. Ese mensaje, cimentado en la valentía de defender la independencia de Puerto Rico, debe continuar significando en la actualidad que “sin desvíos ni vacilaciones, cada cual desde el espacio que ocupa y de la manera más decidida, siempre actúe para defender el reclamo de independencia”.

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