Editorial:  CLARIDAD: 62 años y nuestra misión sigue junto a la lucha de nuestro pueblo  

 

En estos días, CLARIDAD cumple 62 años consecutivos como instrumento informativo de la lucha por la independencia y la justicia social en Puerto Rico, misión a la que se han dedicado incansablemente todas las generaciones que han laborado en el Periódico de la Nación Puertorriqueña a lo largo de estas seis décadas y dos años. Poco a poco, y en la misma medida en que hemos perseverado en nuestra labor, hemos ido ganando el apoyo y el acompañamiento de los sectores más alerta y comprometidos de nuestro pueblo, ese pueblo puertorriqueño que lucha por sus derechos, que se afirma en su identidad, que defiende lo suyo, que se levanta sobre las dificultades, que conoce y enfrenta a sus enemigos, y que avanza, entre triunfos y reveses, hacia su futuro definitivo como nación puertorriqueña, caribeña y latinoamericana.

CLARIDAD comenzó a publicarse en el 1959, en un momento en que la lucha independentista necesitaba crear sus propios medios de comunicación. Había necesidad de informar, educar, organizar y avivar a unas huestes patrióticas dispersas y fragmentadas tras el embate de la más feroz represión contra el Nacionalismo Puertorriqueño por parte de los gobiernos de Puerto Rico y Estados Unidos. El humilde boletín de nuestro origen muy pronto comenzó a crecer y a transformarse en el medio que cristalizó el apoyo no solo del independentismo, sino también de sectores más amplios de la sociedad puertorriqueña que empezaron a reconocer a CLARIDAD como la voz de un nuevo resurgir en la conciencia de nuestro pueblo.

Desde entonces y hasta hoy, ese ha sido nuestro norte. Que las páginas de nuestro periódico reflejen la verdadera realidad colonial y el despojo capitalista en que se desenvuelve nuestro pueblo, que se desvele en toda su crudeza lo que la historia oficial ha pretendido y aun pretende enmascarar tras las llamadas “ventajas” de nuestra relación de subordinación en todos los órdenes al gobierno y al gran capital de Estados Unidos de América.

Cuando CLARIDAD inició su publicación, Puerto Rico era un país aun extremadamente pobre. Los primeros 50 años del colonialismo estadounidense- primero, bajo el régimen militar y el acaparamiento de tierras y costas para bases militares de todo tipo,  y luego bajo el dominio latifundista de la caña, el tabaco y  el café- nos habían hundido en la miseria, y apenas iniciaba la década de los años 60 con el ensayo de la operación denominada oficialmente como “Manos a la Obra”. Así empezó la llamada “etapa de industrialización”, en forma de fábricas y talleres que transformaban materias primas traídas de Estados Unidos en productos acabados que se devolvían a la metrópolis para ser mercadeados allá. La travesía de mercancías desde y hacia Estados Unidos se hacía- como todavía se hace- en barcos de la marina mercante estadounidense, la más cara del mundo. De esa manera se creó una puerta giratoria de materias primas, mano de obra barata y mercancías, muy productiva para el ya pujante capitalismo estadounidense. Pero para el pueblo puertorriqueño, esto representó la primera gran oleada migratoria que separó a nuestras familias y dividió en dos a nuestra nación.

Hoy, 62 años después de la creación de CLARIDAD,  y tras la sucesión de muchos otros ensayos coloniales fallidos, Puerto Rico está tocando el fondo de una crisis sin precedentes, con el empobrecimiento creciente y la emigración de amplios sectores de su población. Reventó la burbuja del “progreso” artificial creado en el pasado, y la economía lleva estancada más de 15 años. Cunden el desempleo, el sub empleo y la dependencia de fondos para asistencia social provenientes de Estados Unidos. La tasa de participación laboral es de solo 37%.  A esto se le añade la quiebra fiscal del Gobierno y una deuda pública de $72 mil millones. Y como ingrediente adicional está la imposición por el Congreso de Estados Unidos de una ley especial de quiebras llamada PROMESA, y el nombramiento de una Junta de Control Fiscal a la que se le delegaron amplios poderes por encima del gobierno de Puerto Rico, y cuya receta para nuestro país ha culminado en una tormenta perfecta: medidas extremas de austeridad y la privatización de los bienes públicos.

Así llegamos al panorama de Puerto Rico en este momento, cuando hay una intensa crispación social que podría convertirse en un conflicto abierto. Esto ha sido provocado por la entrega de nuestro sistema eléctrico, a espaldas del país, al consorcio extranjero LUMA Energy, mediante un contrato de privatización del servicio de transmisión y distribución de electricidad que dejará desempleados a miles de trabajadores y trabajadoras que realizaron esa labor por décadas.

Por esta y todas las reivindicaciones que reclaman diversos sectores de nuestro pueblo en Puerto Rico y la diáspora, al cabo de 62 años de labor ininterrumpida en CLARIDAD reafirmamos la razón de ser de nuestra misión periodística: dar voz y  acompañar la lucha del pueblo puertorriqueño “hasta la victoria de la idea”.

 

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