Editorial: Desarrollo cooperativo: freno a la dependencia

 

Durante cada campaña electoral, los candidatos a puestos políticos por los partidos Popular y Nuevo Progresista se hacen competencia prometiendo iniciativas de desarrollo económico para Puerto Rico. Sin embargo, las estadísticas de empleo y desarrollo del país contradicen dichos mensajes. Ahora mismo, la tasa de participación laboral en Puerto Rico es de menos de 40%, lo que significa que solo trabajan 40 personas de cada 100 aptas para trabajar. Tras la aprobación de las más recientes leyes anti obreras, y la sucesión de desastres de los últimos años, estos números están en caída libre, disparándose nuevamente las cifras de la emigración y el desempleo.

Sí ha crecido en Puerto Rico, y de forma dramática, la dependencia de los fondos de “asistencia social” del gobierno federal, sobre todo por la pandemia del COVID-19 y la aprobación por el Congreso de Estados Unidos de los llamados “paquetes de ayuda de emergencia”. Con el gobierno de Puerto Rico en retraimiento por la quiebra, la corrupción y el colonialismo, y las prohibiciones de la Junta de Control Fiscal, el panorama económico y laboral se ha complicado, con un alza vertiginosa en el costo de vida y el estancamiento en los salarios. En el Puerto Rico de hoy es imposible satisfacer las necesidades humanas básicas con el salario mínimo estándar de $7.25 la hora, y por eso mucha gente emigra.

Por eso resulta tan insólita la acción de la Compañía de Fomento Industrial de Puerto Rico (PRIDCO, por sus siglas en inglés) de iniciar una causa de desahucio contra la Cooperativa Industrial Creación de la Montaña en Utuado. Esta cooperativa, que siempre cumplió sus obligaciones, ha pasado grandes dificultades para mantenerse a flote tras el paso del huracán María, y acumuló una deuda de $164,000 por el alquiler del edificio de PRIDCO que ocupan en dicho pueblo. Las trabajadoras reconocen la deuda, y solo reclaman una negociación de buena fe por parte de PRIDCO, para un plan de pagos sostenible que les permita seguir operando. Ese reclamo es tan sencillo y coherente que obligó a los oficiales de PRIDCO y el Departamento de Desarrollo Económico a dejar sin efecto las acciones de desahucio contra la cooperativa de Utuado y otros inquilinos, en busca de nuevas soluciones.

Según la Oficina del Contralor, PRIDCO tiene deudas por cobrar ascendientes a $37.7 millones, y entre los años 2015 a 2019 no llevó a cabo gestiones de cobro. Al 2021, la dependencia tiene 949 inquilinos en atraso de sus alquileres. Por otro lado, el inventario de propiedades de PRIDCO incluye 865 tierras vacías, 796 lotes con alguna estructura y 772 edificios que equivalen a 23 millones de pies cuadrados, con un precio de tasación de $624 millones. Recientemente recibió $93 millones de FEMA para reparaciones y mejoras de sus propiedades. Debía, entonces, ser su camino lógico negociar de buena fe, retener sus inquilinos y buscar el fortalecimiento del sector de los pequeños y medianos empresarios que constituyan una base económica sólida sobre la que Puerto Rico pueda construir.

Pero el capitalismo neoliberal tiene otros planes, y la acción de desahucio contra la Cooperativa Industrial Creación de la Montaña ilustra dicha gran contradicción. ¿Cómo va el País a incentivar el trabajo y el crecimiento económico propio, sin atender ni entender las condiciones particulares y los problemas de los pequeños y medianos negocios? ¿Cómo vamos a combatir el aumento en la dependencia, si se penaliza, estigmatiza y discrimina contra los pequeños emprendimientos?

Esto ilustra también la doble vara que se utiliza para evaluar desde el Gobierno las iniciativas empresariales, con un sesgo abrumador hacia los negocios grandes y los extranjeros. Solo hay que ver el trato privilegiado y los incentivos especiales para los inversores multimillonarios de la Ley 22- una ley que estimula la evasión de impuestos- frente a la indiferencia con que se trató a las trabajadoras de la costura de Utuado. La orden de desahucio contra estas no solo les amenazó su sustento, sino las señaló públicamente como morosas, acción que podría costarles oportunidades para nuevos contratos.

El cooperativismo es una opción económica y social que promueve que personas de pocos recursos económicos individuales, se unan y creen empresas que les ayuden a ganarse un salario justo, a la vez que brindan un servicio necesario para la sociedad. Este sistema se utiliza en cientos de países y ha sido una herramienta exitosa de desarrollo económico fundada en valores humanistas y de solidaridad. Las trabajadoras de la costura de Utuado son un ejemplo de ese gran principio universal, y por tanto, su gestión debe propagarse en Puerto Rico como contraparte a la dependencia que nos hunde.

 

 

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