Editorial Puerto Rico y Palestina: Fichas del juego político en Washington

Puerto Rico y Palestina –dos de los casos coloniales evidentes e irresueltos que quedan en el mundo– se han convertido, por distintas razones, en fichas del juego político entre Republicanos y Demócratas en Washington.

Puerto Rico, por razones obvias. Luego de décadas de indiferencia y desidia por las distintas administraciones en Estados Unidos hacia nosotros, la llegada de Donald Trump a la presidencia ha despertado un nuevo interés por Puerto Rico allá. De Trump, por asegurarse de cerrar la puerta de su administración y el Congreso a cualquier consideración de la estadidad para Puerto Rico, y denunciar lo que considera la endémica ineptitud y corrupción del gobierno criollo. Por su parte, los Demócratas ahora nos usan de bandera en sus enfrentamientos con su odiado Trump. De paso, intentan fortalecer su capital electoral y afectar a Trump hacia las elecciones de 2020. Por eso, los fondos de emergencia asignados a Puerto Rico tras el azote del huracán María se han convertido en la nueva “ficha del tranque” entre Demócratas y Republicanos en Washington. En el medio, Puerto Rico, empobrecido y crítico, y sometido a una nueva forma de dominación colonial con la Ley PROMESA y la Junta de Control Fiscal. 

En Palestina la situación es de espanto. Con la reciente reelección de un gobierno bajo el mando de Benjamín Netanyahu, la amenaza a la existencia misma de los territorios palestinos es inminente. Desde la elección de Trump, ha sido total la simbiosis entre las fuerzas de la derecha conservadora en Estados Unidos e Israel.

En Palestina la situación es de espanto. Con la reciente reelección de un gobierno bajo el mando de Benjamín Netanyahu, la amenaza a la existencia misma de los territorios palestinos es inminente. Desde la elección de Trump, ha sido total la simbiosis entre las fuerzas de la derecha conservadora en Estados Unidos e Israel. La iniciativa del gobierno estadounidense de respaldar el cambio de capital a Jerusalén, su respaldo a la continuidad de los asentamientos israelíes en Palestina, y las feroces medidas de represión y estrangulamiento económico sobre los palestinos, están llevando la situación al límite.

Esto ocurre no solo por coincidencia ideológica e interés geopolítico, sino también por cálculo electoral. Presionado para ampliar su base, Trump ha puesto en la mirilla el voto judío en Estados Unidos, poderoso e influyente sector en el que los Demócratas parecen estar perdiendo terreno. 

Mientras, colocados perversamente en medio de ese cínico y vicioso juego político, Puerto Rico y Palestina apuestan su futuro.

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