El CEl COVID 19 en el deporte y en las Olimpiadas

 

Por Javier Guaní Gorbea/Especial para CLARIDAD

En la historia moderna del deporte ha habido ocasiones donde los deportes principales se han paralizado por situaciones de dinero (huelgas) o ataques como lo del 11 de septiembre en las Torres Gemelas de Nueva York. En otras ocasiones, incluyendo en tiempo de guerra, algunos eventos deportivos como los partidos de  beisbol  han servido como un bálsamo para servir de distracción y brindar alegría a  los países en momentos sumamente difíciles de su historia.  Sin embargo nunca antes en la historia se había visto una paralización del deporte  al nivel global  como  la que ha provocado la pandemia COVID 19 o Coronavirus (actualmente están suspendidos todos los deportes principales, tanto a nivel local como internacional) causando un disloque que va desde  las ramas económicas hasta la salud mental y física  de los propios  atletas y la fanaticada . La pandemia, mucho mas allá de la cantidad de gente que ha muerto en tantos países,  ha dejado una cicatriz en todos y todas. Cabe mencionar que al momento más de  una docena de jugadores de la NBA han dado positivo al virus, así como un dirigente de la NFL y muchos otros  en  el fútbol y otras disciplinas. El virus   ha creado la única cosa que el deporte trata de evitar que es la incertidumbre de cómo y cuándo  ocurrirán las cosas. Los  atletas cuando tienen un itinerario hacen  su preparación  en base a eso pero en este momento su bienestar y el de su familia toman prioridad sobre cualquier otra consideración al igual que para el resto del mundo. El virus nos  ha mostrado la parte humana del deporte y su  mortalidad  nos da un recordatorio a todos que no perdamos de perspectiva que  se trata de una competencia deportiva  y que hay cosas mucho más importantes en la vida. Es impredecible saber cuándo volveremos a verlos brillar en canchas y estadios pero queda claro que esta pausa ha tenido un impacto en todos los aspectos de la vida cotidiana de todos y que ser atleta no te exime de ello.

No hay duda que hay que posponer los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos son sin duda el evento deportivo más significativo del mundo y en el que participan mas de 200 países. El Comité Olímpico Internacional (COI) trató por todos los medios de mantenerlos en pie en  la fecha del 24 de julio en la que están supuestas a comenzar. El COI sabe lo que los Juegos representan, no solo a nivel deportivo pero también en términos de identidad nacional para todos  los países. Sin embargo, antes múltiples peticiones de muchos de los participantes y comités olímpicos de diferentes países, finalmente y tras varias semanas de incertidumbre, el COI habló el pasado domingo. El Comité Olímpico Internacional dijo que anunciará en cuatro semanas una decisión final de cómo y cuándo se llevarán a cabo los Juegos de una manera que no se afecten los atletas ya clasificados pero que no ponga en peligro la salud de los competidores . No cabe duda que es  difícil pero me parece que  la decisión correcta  es que estos sean movidos  hasta julio del  2021. Entiendo que eso  sería lo más justo para todos los que ya están dentro  y los que están en busca de la clasificación (que es 43% de los participantes) pues no tendrías que apiñar los eventos clasificatorios que faltan. Si en cambio se moviera a octubre o noviembre de este año, como también se ha planteado pues el Coronavirus podría no haber terminado para esa fecha, se podrían apiñar todos los eventos.  Actualmente  sobre 150 países se encuentran en una situación comprometida por el virus  y eso no le permite a sus atletas entrenar al nivel adecuado para la magnitud de los Juegos  y podría generar la salida de muchos países por motivos de salubridad. No olvidemos que los atletas son la razón de ser de los Juegos Olímpicos y ellos merecen  poderse preparar como se debe para tener un evento de la mas alta calidad posible  una vez salgamos del virus.

 

Artículo anteriorEl desastre perfecto para el capitalismo del desastre
Artículo siguienteEn Memoria: A Rafael Cancel Miranda: Una luz en el horizonte.