El costo de estudiar en la UPR: realidades y retos de cara al 2021-22

 

Especial para CLARIDAD

LA UPR encara algunos de los retos más grandes en su historia de cara al año académico 2021-22.

El primer reto es el presupuesto y la situación fiscal de la UPR.

\Por primera vez desde que comenzaron las “medidas cautelares” de índole económica en el 2007, la UPR está considerando escenarios de presupuesto que presentan un riesgo significativo a la acreditación de sus 11 recintos y de múltiples programas académicos. Luego de 3 años en su posición, el presidente de la UPR es destituido por varios asuntos de acreditaciones y funcionamiento de la UPR y se admite que la profundidad de los recortes en el Plan Fiscal UPR aprobado y certificado por la Junta Colonial NO son manejables. Nunca lo fueron.

En el 2017 la partida del fondo general del ELA para la UPR era de 834 millones de dólares. Para el año fiscal 2021 se contempló una partida de solo 407 millones de dólares. Esto representa un recorte de 427 millones, equivalente al 51% de su presupuesto del fondo general. Se logró paliar el recorte de este año con una asignación no recurrente de 94 millones de dólares para un presupuesto de 501 millones de dólares que representa una reducción de casi un 40% del presupuesto del 2017.

 

La insuficiencia fiscal en la UPR afectará las acreditaciones de la UPR con la Middles States Commission of Higher Education (MSCHE) si no puede demostrar que cuenta con los recursos para cumplir con su misión. El Estándar VI de acreditación de MSCHE en sus criterios 3 y 4 establece:

 

“3. a financial planning and budgeting process that is aligned with the institution’s mission and goals, evidence-based, and clearly linked to the institution’s and units’ strategic plans/objectives;

 

  1. fiscal and human resources as well as the physical and technical infrastructure adequate to support its operations wherever and however programs are delivered;”

 

La situación actual con merma de profesores con plaza, los profesores contratados para 1 o 2 clases, la falta de mantenimiento a las facilidades, y un presupuesto y plan fiscal que nada tienen que ver con la misión y objetivos de la UPR si no con el cobro de deuda gubernamental en Puerto Rico, son algunas de las cosas a explicarse por parte de la gobernanza institucional de la UPR a la MSCHE en el futuro cercano.

La única forma real de reducir el presupuesto es reducir la nómina de la UPR. El Plan Fiscal UPR certificado mantiene un recorte de empleados por atrición y reducciones de nómina como medida de control de gastos. Las medidas de nuevos ingresos propuestas por la Junta Colonial y la administración actual de la UPR han fallado. Muy pocas se han cumplido, con la excepción del aumento en los Fondos de Investigación, donde los recintos graduados mantienen un nivel creciente, por ahora, a pesar de la situación fiscal y social del país. El hecho de que los números se puedan poner en una hoja de cálculos y “cuadren”, no los hace verdad ni una realidad fiscal.

Esto nos trae al segundo gran reto de la UPR.

En el año académico 2021-22, Ciencias Médicas, Utuado, Aguadilla, Bayamón, Carolina y Humacao deben someter informes y recibir visitas de para la evaluación de su autoestudio de acreditación a la MSCHE. Otros recintos tendrán que presentar su reporte de evaluación de mitad de término de acreditación. En particular el estado de las finanzas de cada recinto, y convencer a la MSCHE de que se cuentan con TODOS los recursos necesarios para llevar a cabo su misión educativa y social serán una parte vital de este proceso. A principios de 2019 se sometieron informes por recintos con proyecciones fiscales para los años comprendidos bajo el Plan Fiscal UPR. La inmensa mayoría de esas proyecciones no se han logrado. La realidad presupuestaria de la UPR sigue siendo precaria. Los planes médicos le deben al Recinto de Ciencias Médicas millones de dólares y el Gobierno de Puerto Rico le debe a la UPR una cantidad similar. Las reservas de efectivo se van drenando. Eso deberá ser explicado a la MSCHE y convencer a la Comisión de que mantenga la acreditación de los recintos en el 2024-25 cuando la mayoría tenga que re-acreditarse.

Es importante recordar que esta acreditación es lo que les permite a las universidades el acceso a una gran diversidad de fondos federales, y es requerida bajo el US Code of Federal Regulations y el Higher Education Opportunity Act. Esta función del Departamento de Educación Federal fue delegada por reglamento a organizaciones acreditadoras como la MSCHE. De hecho la amenaza e intimidación de la Junta Colonial al intimar que la UPR se debe ir al Título 3 de PROMESA sería una quiebra que bajo las reglas federales mencionadas arriba conllevaría la pérdida permanente de esos fondos.

A esto hay que añadir el tercer gran reto estructural de la UPR.

La reconstrucción de su planta física, que fue devastada por los huracanes Irma y María y algunas áreas afectadas por los terremotos del suroeste del 2020. Aunque lentamente, los proyectos de reconstrucción y reparación continúan y cada día se aprueban nuevos proyectos. La lentitud de los fondos de reconstrucción es igual en la UPR que en el resto del país, pero se continúan encaminando proyectos en espera de que se liberen los fondos para llevarlos a cabo.

Por último el reto de la batalla política por el alma de la UPR.

Muchos se preguntan, ¿dónde está la comunidad universitaria en todo esto? ¿Qué ha pasado con el movimiento estudiantil que no se le escucha?

Los políticos hace años que ven a la UPR como un problema político para el gobierno de turno. Un foco de poder social y potencial disidencia que le causa problemas al partido gobernante. Por lo tanto no se nombran administradores de capacidad probada, con criterio independiente, que colaboren con el gobierno, pero reten el ‘status quo’ y la politiquería cuando sea necesario. Se nombran acólitos que sepan llevar la línea del partido y no se salgan de las directrices prescritas por los políticos. La comunidad universitaria: los estudiantes y sus consejos generales – el movimiento estudiantil; los profesores y personal docente con sus asociaciones tanto profesionales como sindicales; y los compañeros no docentes y sus sindicatos y organizaciones bonafide – el movimiento sindical; los jubilados y los egresados de la UPR; se han convertido en la espina en el costado que les causa malestar a los partidos. De ahí los planes políticos de empequeñecer a la UPR y hablar ‘a lo loco’ de cerrar recintos. Se coarta la libertad de expresión. Se cerró el periódico Diálogo. Además se realizó carpeteo electrónico de periodistas y líderes estudiantiles por el gobierno estatal. Usando las leyes y el Plan Fiscal UPR se logró abrir brechas que dividen a la comunidad universitaria.

Los estudiantes hasta ahora han cargado en gran medida la cruz del Plan Fiscal UPR. En el 2018-19, según la administración de la UPR, luego del nuevo programa de becas a los estudiantes y cubrir su matrícula y sus gastos académicos a los estudiantes les sobraría unos $813 para vivir (el año). Meses más tarde anunciarían como un gran logro el establecer comedores sociales para los estudiantes que no podían tener tres comidas al día. Claramente algo no cuadra. La matrícula aumentó y el costo por crédito casi se ha triplicado y seguirá aumentando durante la duración del Plan Fiscal UPR hasta el 2026. Podemos ver en la tabla que sigue que la UPR ya no es la universidad con los menores costos de estudios en Puerto Rico. También vemos que los estudiantes necesitan unos 14,000 a 15,000 dólares para poder costear sus estudios luego de usar su beca Pell/beca UPR. Además se redujeron sustancialmente las exenciones de matrícula y las becas para estudiantes de honor, se eliminaron casi en su totalidad las becas de atletismo, de bandas, coros, tunas etc. Por eso hay la necesidad de comedores sociales en la UPR.

 

Costo Total de Estudios en Universidades en Puerto Rico Comparables a la UPR*

Universidad 2017-2018 2020-2021
Pontificia Universidad Católica Ponce $18,455 $19,450
Universidad Ana G Méndez-Cupey $20,320 $20,320
UPR Río Piedras $18,626 $20,778
UPR Mayagüez $17,865 $21,450
Inter San Germán $22,015 $23,579
Inter Metro $25,283 $26,769
Universidad Politécnica Hato Rey $29,798 $30,140

*datos del National Center For Education Statistics del Departamento de Educación Federal (https://nces.ed.gov)

Es importante notar que los aumentos de la UPR son debido al aumento de matrícula. En las otras universidades es mayormente en los costos relacionados a hospedaje y comida.

Así las cosas es posible un futuro sin la Banda del Colegio, sin las Tunas y los Coros de la UPR, sin la UPR en las Justas de la LAI, o que se dé la consideración comercial del deporte y las artes universitarias como lo son en los Estados Unidos y que algún día los empleados públicos mejor pagados del estado sean los entrenadores deportivos, como es allá.

Con la ley que prohíbe el pago de salarios a aquellos empleados públicos que no crucen líneas de piquetes en el caso de un paro, que fue hecha para acabar con la huelga estudiantil del 2017, la comunidad universitaria está dividida. Muchos empleados de la UPR no pueden sacrificar sus sueldos y beneficios y se ven obligados a no hacer paros, y a cruzar los piquetes de los paros estudiantiles o sindicales. Ahora se hacen acciones estudiantiles y sindicales alternativas muy creativas.

Los empleados no docentes vieron una reducción sustancial a sus beneficios marginales, incluyendo su plan médico, sus exenciones de matrícula, y una disminución significativa en la calidad de su ambiente de trabajo. Lo mismo sucede con el personal docente. Los profesores sin plaza y sin beneficios marginales ganan menos del salario mínimo y en algunos casos tienen que acogerse al desempleo durante los veranos. Aquellos que participan en el Sistema de Retiro lo ven en riesgo, por que la Junta Colonial ideológicamente no cree en los sistemas de beneficios definidos. Todo parece indicar que habrá recortes a las pensiones de la UPR y un cambio sustancial a al estructura y tipo del sistema de retiro.

Debemos dejar claro que contrario al mito que corre en los medios, las probatorias de la UPR en el 2011, 2017 y 2018 tienen muy poco que ver con las huelgas. Se dan por el incumplimiento con las normas federales de tener estados financieros a tiempo, la falta de cumplimiento con el estándar de acreditación que requiere los recursos para cumplir con la misión institucional, y la falta de cumplimiento con el estándar de gobernanza que requiere una gobernanza efectiva con participación real de todos los sectores. Sin embargo, muchos ideólogos por ahí acusan al movimiento estudiantil de ser los responsables de poner en riesgo la acreditación institucional.

A pesar de todo en la UPR seguimos trabajando, ayudando a los que sufren la devastación de los desastres naturales, con jóvenes egresados de la UPR en la vanguardia contra el COVID-19, haciendo investigación de todo tipo, fiscalizando a la administración y al gobierno, proponiendo soluciones a los problemas del país (aunque no se nos haga caso, pero nos hacemos escuchar), trabajando con muchas comunidades vulnerables, educando a todos los niveles, poniendo el nombre de Puerto Rico en alto con los resultados y demostraciones de nuestros logros académicos, científicos, artísticos, y sociales entre muchos otros, divididos pero con un norte común, en lucha, pero muchas veces sufriendo, cansados y agotados, agobiados y ansiosos, luchando por la supervivencia de nuestra universidad. Maltrechos pero de pie, luchando por la Patria, por que Todos Somos la UPR y la UPR es de Puerto Rico.

 El autor es catedrático de la escuela de medicina en la UPR.

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