El deporte, el robo de señales y Alex Cora

Por Rafael Acevedo / CLARIDAD

Alguna gente piensa que el deporte es puro entretenimiento. Ciertamente lo es, en un momento histórico en el que cualquier cosa, incluyendo una catástrofe, genera un espectáculo. Por mi parte pienso en el deporte como una actividad que debería estar en el centro del sistema educativo. Algo así como enseña el viejo adagio: mente sana en cuerpo sano.

Pero en nuestras sociedades, las capitalistas -y la nuestra, además colonial- las cosas no son así. Y para quienes amamos el deporte y queremos la construcción de una sociedad más justa, la cosa está bastante jodida. Pero uno no puede dejar de ser fanático del beisbol por cosas tan simples como aspirar a una sociedad sin clases.  Sin embargo, me parece absurdo que se traslade al juego la corrección política al uso y los juicios morales que son válidos en otros contextos. ¿qué sería del beisbol sin el robo?

Nada de lo que sorprenderse.El béisbol no sería el mismo si Lou Brock, Maury Wills, Ricky Henderson -o Félix Mantilla en nuestra liga invernal- no hubieran retado a los receptores tratando de robar una base. Hoy día uno de los mayores placeres del deporte es ver a Yadier Molina sentenciando a un corredor que comete la irresponsabilidad de salir a robarle a el receptor de San Luis -y Puerto Rico. En el béisbol se roba. Bases. Y también señales.

En el deporte de la bola y el bate se roban señales desde antes de la Guerra Hispanoamericana. Y desde que existen los binoculares, o las cámaras. Sin embargo, como ya sabrán, cuando los puertorriqueños comienzan a ser presencia importante entre los dirigentes del negocio de las Grandes Ligas -cuatro en el mismo año- explota una polémica y una investigación.

Un castigo desproporcionado

Me piden que escriba una nota sobre Cora, Beltrán, el robo de señales y el castigo a estas dos estrellas del deporte. No sé que más comentar. Resumo: las analogías sobre categorías morales en ámbitos que no son deportivos no prueban nada. Esto no es como Jula Keleher robando terreno a una escuela a cambio de un apartamento en Ciudadela. Esto no es como Víctor Fajardo con una caja fuerte llena de efectivo en su casa.Esto no es como esconder suministros en medio de un desastre para tener que ir a comprar a los grandes almacenes. 

Pero estamos claros. En los deportes que son negocios se reproducen las mismas inequidades que en el resto de la sociedad. En la NFL el entrenador de los Patriots fue multado por hacer algo similar al affair Cora. En el Mayor League Baseball y hasta en el softball que juego los domingos se roban señales, pero ahora se castiga de por vida a gente que perfecciona uno de los propósitos del juego: conocer la estrategia del otro equipo. Es un castigo desproporcionado. Además, no hay manera de saber el impacto real impacto del robo de señales en el performance de un pelotero. Cuando alguien te dice el lanzamiento que viene estarás pensando en por dónde vendrá. Y en el béisbol como en el amor, si lo piensas lo ves pasar por el medio del plato (del corazón, para no olvidar las analogías).

Y no, no es igual al uso de esteroides anabólicos que sí está probado tiene un impacto enorme en la producción. Del 98 al 2001 varios peloteros quebraron ampliamente el record de 61 de Roger Maris. Algunos a los 39 años, que en la vida peloteril es “viejo”. Ni en Houston ni en Boston la ofensiva estuvo por encima de lo normal. De hecho, fueron sus lanzadores los que formaban la columna vertebral de ambos equipos. Cierto que alguno tuvo temporadas como nunca -quizás Mookie Betts-, pero nada parecido a McGwire, Sosa o Bonds conectando jonrones -más de 70- a la bahía de San Francisco.

No sé si ustedes me entienden. El robo de bases y señales es parte del juego. El uso de la tecnología es similar a el uso que se le da hoy a la repetición en jugadas dudosas en la NFL, la NBA y la propia MLB. No digo más. Yo soy del #TeamCora. Alguno me dirá que es por nacionalismo. Uffff, no me tiren de la lengua que me van a oír. Playball!

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