«El gobierno lo que hecho es recurrir a excusas»

 

Por Cándida Cotto/CLARIDAD

ccotto@claridadpuertorico.com

El alza en casos positivos de personas infectadas por coronavirus y la escasez de los reactivos para poder realizar las pruebas moleculares colocan a Puerto Rico en la necesidad de retomar algunas de las medidas de restricciones del inicio de la pandemia.

A mediados de la tercera semana de julio los datos del Departamento de Salud indicaban que el número de casos confirmados en la isla era de 3,019; los casos probables 7,455; las muertes 172 y 254 hospitalizaciones. El alza provocó que Salud adoptara un nuevo protocolo en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, en Carolina, que les requiere a las personas que llegan a la isla llenar un formulario de viajero y tener una prueba negativa al virus de 72 horas antes. De no tener la prueba, la persona deberá guardar una cuarentena de 14 días. Actualmente, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), mantiene a Puerto Rico en el nivel 3 de “transmisión en curso generalizada”, por lo que recomienda no viajar a la isla de no ser necesario.

La doctora en neurobiología Mónica Feliú Mojer, del grupo de científicos Ciencia Puerto Rico (Ciencia PR), señaló que el número de contagiados en la isla subió bastante rápido en las últimas semanas. Esto contrasta con que Puerto Rico tuvo un momento en que en los casos positivos estaban en menos de .5%, es decir, menos de uno por ciento. Advirtió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que cuando el número de positivos pase de 5% se retomen medidas de restricción.

Feliú Mojer expresó que le preocupa muchísimo el aumento en la cantidad de hospitalizaciones dado a que Puerto Rico tiene un sistema de salud muy frágil y que aunque al principio de la epidemia se invirtió en conseguir respiradores y otros recursos para los hospitales es preocupante el que estén aumentando las hospitalizaciones.

También destacó la falta de reactivos que ya comienzan a sentir los laboratorios en la isla. Los reactivos son los ingredientes que se necesitan para hacer las pruebas y muchos de los equipos que utilizan los laboratorios, si son de determinada máquina, solo se pueden utilizar los reactivos e ingredientes de esa marca, no se puede usar uno genérico. “Eso es parte del reto que está sucediendo en Puerto Rico. Por ejemplo, una de las compañías que hace estos reactivos, la compañía Roche, la mayoría de los laboratorios utilizan esta marca. Ahora mismo no se sabe por qué no está supliendo suficiente de estos reactivos”.

Agregó que hay otras decenas de marcas de prueba que se pueden hacer y censuró que el Gobierno no haya invertido en crear esa capacidad en Puerto Rico. “El aumento en la capacidad de realizar pruebas ha sido básicamente un esfuerzo privado”. Este esfuerzo ha sido liderado por el Fideicomiso de Salud Pública, Ciencia PR, los laboratorios privados y por académicos. Al reiterar su denuncia de que el Gobierno ha tenido muy poco que ver con el esfuerzo por obtener pruebas, reparó en que el Gobierno podría jugar un rol en incentivar que se desarrollen esos reactivos en la isla, ya que se tiene la capacidad académica para hacer esas pruebas. Destacó que en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico hay un grupo de científicos que ha estado desarrollando un tipo de prueba serológica bastante confiable, muy certera, la cual se ha podido desarrollar en parte gracias a la inversión del Fideicomiso de Ciencia, “pero realmente el Gobierno, como tal, ha invertido muy poco. Aparte de $1.7 millones que se otorgaron para hacer investigaciones relacionadas al COVID en la UPR, no creo que el Gobierno haya hecho otras”.

Para la neurobióloga, el Gobierno tiene la responsabilidad de pensar fuera de la caja, examinar en esta situación cuál es la posición única que tiene y qué soluciones puede encontrar a este reto sin precedentes en nuestra historia. Sin embargo, observó que  como el que “estamos compitiendo con el resto del mundo, no hay reactivos” o si no, a compararse con otros, “aquí estamos mejor que otros estados o que tienen los mismos retos”.

Aun cuando dio crédito a que los meses de cuarentena sirvieron para controlar el virus, y se pasó a hacer pruebas moleculares diarias, ahora es que se está comenzando a implementar el sistema de rastreo de contacto municipal, que era algo que en marzo no se tenía, y se han estado llevando campañas de educación a nivel privado: “Creo que es fácil uno sentirse frustrado y desalentado porque la realidad es que la situación está empeorando, comparado con lo que estábamos hace uno o dos meses”, expresó.

Pese al aumento en contagios, la doctora Feliú Mojer rechazó la idea de regresar a un cierre total y destacó que hay que actuar de manera inteligente y fundamentada en datos de la ciencia para determinar qué sectores hay que volver a cerrar. “No creo que debemos volver a un cierre tan drástico. No es una dicotomía de abres o cierras. Se pueden hacer cierres estratégicos que evalúen datos económicos de salud y en qué lugares, en qué tipo de actividad es que estamos viendo que se están dando brotes. Vamos a tomar medidas para atajar esos brotes y esas áreas. No es necesario ni realista cerrar todo a largo plazo”.

Más aun, reparó en que se supone que mientras los y las puertorriqueños estuvieron quedándose en la casa sacrificándose durante la cuarentena, el Gobierno debió cumplir con su responsabilidad de establecer políticas públicas y estrategias de salud públicas para prepararse para este momento de la reapertura económica. “Eso que está sucediendo del repunte de casos era algo previsible. Se dijo si se abre de cantazo y si no miramos estratégicamente qué hay que cerrar, esto va a pasar. Esto no debería sorprender a nadie en particular en el Gobierno”.

Lejos una vacuna

A la interrogante de la posibilidad de una vacuna, la portavoz de Ciencia PR comentó que aunque el proceso ha avanzado y hay resultados alentadores, todavía es muy temprano para contar con una vacuna. La elaboración de una vacuna requiere una fase de estudio clínico masivo en el tiempo. Una vez se sabe que una vacuna es segura y es efectiva en anticuerpos hay que darle seguimiento a la persona para ver si esos anticuerpos duran. Explicó que una de las cosas que se han observado hasta ahora en personas que han enfermado del COVID-19 es que los anticuerpos no necesariamente significan que se tiene inmunidad y se esté protegido. Los anticuerpos en algunas enfermedades, según pasa el tiempo, disminuyen y, eventualmente, pierden esa posible protección. Así que todavía falta tiempo en términos de conocer la efectividad de la vacuna. Luego está la parte de la manufactura. Una vez se tenga una vacuna que sea segura y que funcione, entonces hay que ver cómo se fabrican millones para distribuirse.

Aunque tiene la esperanza de que se tenga una vacuna relativamente pronto, resaltó que la realidad es que vamos a tener que aprender a vivir con el virus de la misma forma que vivimos con otras enfermedades. El virus del COVID-19 es muy contagioso y aunque no es que le vaya a dar a todo el mundo, llega un momento en que un alto número de la población ha estado expuesta y es posible que entonces haya menos contagio.

Ahora, la pregunta estriba en si hay inmunidad en lo que se llama ‘inmunidad de rebaño’ e ‘inmunidad de grupo’. Esto es el que mucha gente se infecte y que eventualmente no se llegue a que a un 70 % de la población no le haya dado la enfermedad. Eso contribuye a que se enfermen menos personas porque se ha desarrollado una inmunidad de grupo. Si la mayoría de la gente es inmune, es menos probable que la mayoría de la gente se infecte. Pero observó que ahora mismo la evidencia científica disponible indica que esa inmunidad de grupo o inmunidad de rebaño para esta enfermedad no sucede.

Una cosa que es desconcertante. A uno le da miedo tener que vivir con un virus que tiene tantas repercusiones negativas y que es letal; pero algo que nos da esperanza es que las medidas que tenemos que tomar para poder convivir con el virus no son difíciles. Tenemos que utilizar la mascarilla combinada con el distanciamiento físico. Esto, con los hábitos de higiene de lavarse las manos y el uso de desinfectante”.

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