El milagro de la doctora Conte

Por Manuel de J. González

¿Qué tal si ponemos la doctora María Conte a dirigir el Departamento de Transportación y Obras Públicas, y luego le añadimos la Autoridad de Transporte Marítimo? También la podríamos poner como presidenta de la Junta de Planificación, la de Calidad Ambiental y el Departamento de Recursos Naturales, todas a la vez porque las agencias se parecen. Unos meses más tarde, cuando acabe allí, la podemos trasladar al Departamento de Educación y después al de Salud. Tras esas travesías, en Fortaleza pueden hacer una conferencia de prensa multitudinaria, con fiesta en el Jardín Hundido, para anunciar que ¡al fin! Puerto Rico tiene un gobierno que funciona gracias a que la Dra. Conte, además de diseccionar cadáveres, puede revivirlos.

Como sabe todo el País, ya que la gobernadora Wanda Vázquez lo proclamó llena de orgullo, la doctora María Conte, patóloga de profesión, acaba de oficiar un rotundo milagro en el Negociado de Ciencias Forenses (NCF). Desde antes de que nos azotara el huracán también llamado María esa dependencia gubernamental expedía un horrible mal olor. Durante tres años el hedor nos mareó y por allí pasaron tres o cuatro comisionados sin arreglar nada, más bien agravándolo. Entonces Vázquez nombró a Conte y ¡milagro! en cuestión de semanas todo cambió. Como yo no creo en operativos divinos me obligo a creer que todo el dolor causado a los familiares de los muertos por la inoperancia del NCF a lo largo de tres años, no era por falta de recursos ni porque se moría mucha gente, sino por un sencillo asunto de competencia. Sólo había que designar a alguien medianamente competente para que el panorama cambiara.

En el DTOP no se acumulan cadáveres, pero con toda probabilidad los producen debido al estado calamitoso de las carreteras y el desbarajuste con los semáforos. También tienen una cuota de responsabilidad en la pobre salud mental de los que tienen que vivir cada día el viacrucis del tránsito. Luego de octubre de 2017 la responsabilidad de los que dirigen ese Departamento se escudó en “los estragos del huracán”, pero el tiempo pasó y la excusa fue desapareciendo. Lo que queda expuesto ahora, como los muertos que se acumulaban en Ciencias Forenses, es la incompetencia de Carlos Contreras y todo el equipo que dirige tanto el DTOP como la Autoridad de Carreteras. Curiosamente, a pesar de esa pasmosa incompetencia y del estado de postración en que se encuentra ese vital sector del gobierno, el tema se debate muy poco en los medios noticiosos. Ya parece que, igual que como ocurre con los ciudadanos, la prensa se habituó a los boquetes en las vías de rodaje, la ausencia de señales y los semáforos dañados, para no hablar de la maleza que crece en lo que una vez fueron espacios verdes. Ese olvido, producto de la resignación, tal vez evita que se busque con urgencia alguna doctora Conte para la trasportación.

Y hablando de trasportación, no podemos olvidarnos de la marítima. Allí la incompetencia no se refleja en boquetes ni en semáforos apagados ni en maleza, sino en el abandono criminal al que se somete a viequenses y culebrenses. Igual que en ciencias Forenses, por la Autoridad de Transporte Marítimo han pasado en tres años unos cuantos directores o directoras, como la actual Mara Pérez, sin que se asome alguna solución. Allí los cadáveres no son humanos, sino embarcaciones. Cada mes muere alguna, que se designa a chatarra mientras se dispensan millones de dólares a contratistas que resultan ser tan incompetentes como los directores. Si en algún lugar hace falta un milagro como el que produjo Conte, es en la ATM porque si un gobierno es incapaz de hacer funcionar la transportación hacia dos pequeñas islas, jamás puede pretender dirigir un país.

De la transportación podemos movernos a la planificación o, mejor dicho, a la ausencia de ella, porque todo indica que las personas que nombró Ricardo Rosselló a la Junta que se supone la dirija se han dedicado a desmantelarla. A días de llegar, en la primera sentada eliminaron siete reservas naturales creadas el año anterior abriendo playas, bosques y humedales a la codicia desarrollista. También tiraron a la basura un plan de uso de terrenos muy útil y necesario que había sido elaborado durante años de trabajo. Últimamente, buscando dejar su huella destructiva mejor ubicada, andan promoviendo un mapa que establece nuevos usos elaborado a la medida de los empresarios que andan detrás del dinero fácil. A la heredera de Rosselló, Wanda Vázquez, se le han hecho múltiples pedidos para que detenga la venta tipo viernes negro que promueve la Junta de Planificación, pero no se da por enterada. Ojalá sea que aún no encuentra a una doctora Conte para mandarla a oficiar milagros a Planificación.

La lista de las entidades públicas que necesitan un milagro que las haga competentes es bien larga y estoy llegando al final del artículo. Falta hablar del Departamento de Educación que está en sindicatura de los federales y cada día maltrata a cientos de miles de maestros y estudiantes. El cuadro que se develó durante una reciente vista pública citada por la Junta de Control Fiscal fue realmente patético. Otra vez, no es porque falte dinero en el presupuesto. Igual que en el NCF lo que falta es gente con algo de capacidad y menos dispuesta a la corrupción.

Resulta difícil encontrar una agencia pública que no clame por un milagro que la haga medianamente eficiente. Ese es el legado de Ricardo Rosselló quien se fue y, como los difuntos que merodeaban por Ciencias Forenses antes del milagro de la doctora Conte, nos dejó un grupo de herederos y herederas fabricados a su imagen y semejanza.

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