El momento en que vivimos: Hipótesis y retos

Pasado ya el evento plebiscitario que ocupó la atención en días recientes, quiero compartir unas observaciones que entiendo deben tomarse en consideración para trazar una hoja de ruta hacia la verdadera descolonización.

Les planteo las siguientes hipótesis en torno al momento político en que vivimos. No entro en lo económico porque esa reflexión merece una consideración de muchos detalles en un escrito dedicado a ello:

1. El apoyo a la estadidad está en una fase decreciente;

2. En Estados Unidos (EE UU) no hay ánimo político de alentar, y mucho menos, conceder, la estadidad;

3. La movida del Secretario de Justicia de EEUU al:
• desmentir a Rosselló en cuanto a la ciudadanía de EEUU como únicamente accesible bajo la estadidad;
• favorecer la inclusión del estatus territorial actual;
• pedir la posposición del plebiscito; son todas señales de que EEUU no quiere atender una petición de estadidad y quiere mantener la colonia por consentimiento que es el ELA

4. EEUU reaccionó a la conformación de una alianza soberanista incluyendo al ELA para detener y dividir el movimiento que se estaba formando.

5. Los puertorriqueños en su gran mayoría han perdido la confianza en la forma de organización política tradicional.

6. Hay un sector, mayormente sexagenario y subiendo, que clama con nostalgia porque surja “un líder” (nunca lo ponen en femenino) que los inspire, y por lo tanto una organización vertical centralizada en una persona con poder.

7. A la misma vez, las generaciones jóvenes entre 20 y 40 años no aceptan ese mismo tipo de “verticalismo político” y exigen organizaciones flexibles, horizontales y ampliamente democráticas

8. En la calle hay un gran sector desesperanzado, decepcionado e indiferente a todo lo que tenga que ver con el estatus y la política en general, de difícil movilización

9. En la calle también se palpa un crecimiento en el interés de otros sectores de conocer y educarse sobre las alternativas soberanistas. Esto se ha demostrado en las actividades patrocinadas por el Junte Soberanista y sus organizaciones.

10. La Libre Asociación es la opción de estatus con más crecimiento en el pueblo.

11. La opción de independencia, aunque estancada en las últimas décadas está demostrando crecimiento en los sectores jóvenes de estudiantes, en los pequeños empresarios, artesanos, agricultores, pero no así en el sector de clase trabajadora asalariada. (Los jóvenes me pueden corregir si mi percepción es errónea)

12. El Junte Soberanista ha demostrado que existe hambre y necesidad de formar un movimiento amplio de pueblo que favorece la soberanía, aunque pueda haber diferencias marcadas en la visión de un Puerto Rico soberano que va desde un proyecto independentista socialista radical hasta una libre asociación neoliberal.

Ante el complejo panorama político que he tratado de resumir, y pueden añadir otros elementos que no haya tocado, ante el clamor de amplios sectores de que se forme una gran alianza de pueblo capaz de llevarnos a obtener la soberanía para Puerto Rico, necesitamos que todos y todas quitemos el foco de las diferencias, enfoquemos en lo que nos une, que no es poco, como enumero a continuación, sin pretender que sea una lista exhaustiva:

• La soberanía

• La lucha contra la Junta de Control Fiscal

• Los derechos humanos en su dimensión más amplia (individuales, colectivos, sociales, sindicales, religiosos, económicos, de género, de orientación sexual, culturales, salud, educación)

• Un proyecto de desarrollo económico sostenible que incluya: protección del comercio y empresarismo local frente a las multinacionales; derogación de las leyes de cabotaje; atención a la seguridad alimentaria a través del impulso de los desarrollos agrícolas; desarrollo del turismo; desarrollo de la industria de pesca, desarrollo de industrias innovadoras como son la robótica, las fuentes alternas de energía, las comunicaciones virtuales y de redes.

• La protección del medio ambiente incluyendo, bosques, ríos, mares, costas

Estoy segura que cada lector puede seguir añadiendo puntos sobre los cuales existe un gran consenso nacional.

¿Qué procede entonces? Sentarnos a dialogar sobre la convocatoria de una asamblea soberanista o anticolonialista para:

• Identificar la forma en que nos organizamos;

• desarrollar una agresiva campaña de educación sobre lo que significaría para Puerto Rico ser soberano y por qué es la única y verdadera opción para impulsar un desarrollo económico sostenible y salir de la crisis económica en que nos encontramos;

• identificar un proceso hacia la descolonización como lo sería una Asamblea Constitucional de Estatus depositaria de nuestra soberanía.

Podemos lograr esa gran hazaña de organizarnos como pueblo y conquistar nuestra soberanía si partimos de una agenda amplia e incluyente donde prevalezca en el trato la confianza de unos a otros, la generosidad y el amor patrio.

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