Mirada al País: El Movimiento Victoria Ciudadana: para el récord

 

Especial para CLARIDAD

¿Será el Movimiento Victoria Ciudadana un movimiento neoliberal, como han planteado algunas voces? ¿Será un movimiento que plantea que «el status no está en issue», reproduciendo el discurso del Partido Popular en 1940 y años posteriores? En vísperas de las elecciones, quisiera abordar estas críticas, aunque sea para dejar el récord claro entre los lectores de Claridad.

¿Será el MVC un movimiento neoliberal? Para responder a esta pregunta conviene recordar los aspectos fundamentales de las políticas neoliberales. Entre esos elementos están: la privatización de agencias públicas, que incluye distintas modalidades como venta de empresas públicas, subcontratación, escuelas chárter, contratos de administración (como el contrato de LUMA), sistema de vales o váuchers, entre otros; ataques a los derechos y conquistas laborales, que limitan los derechos de los trabajadores en el empleo y precarizan el empleo (como la ley 4 de 2017, conocida como la «reforma laboral»); políticas contributivas regresivas, como los impuestos al consumo, que caen con más fuerza sobre las personas con bajos ingresos o sin ingresos; ataques a las organizaciones sindicales, con el objetivo de destruirlas o maniatarlas y debilitarlas, cuando no sea posible destruirlas; políticas de reducción del gasto público y de austeridad, a menudo con el objetivo de pagar la deuda pública (como la ley 7 de 2009, la ley 66 de 2014, la reducción del presupuesto y aumentos de matrícula de la UPR, las políticas de austeridad promovidas por la Junta de Control Fiscal desde 2016, por ejemplo).

¿Cómo compara esta política neoliberal con la Agenda Urgente, documento de fundación del MVC y con el Programa de gobierno? Una consulta de ambos documentos, así como otras expresiones públicas del MVC y de sus candidatos y candidatas, permite comprobar que el MVC rechaza la política de privatización, plantea la creación de un seguro de salud universal (para empezar a revertir los efectos de la privatización del sistema salud), se opone al modelo de las escuelas chárter, plantea anular el contrato de LUMA, rechaza y propone revocar la llamada reforma laboral, favorece revisar la legislación laboral (como la ley 45) para ampliar los derechos de los trabajadores y promover la organización sindical de todos los trabajadores y trabajadoras, favorece una reforma contributiva progresiva para que «pague más el que más tiene», plantea la necesidad de auditar la deuda y anular la mayor parte de la misma, propone enfrentar la Junta de Control Fiscal, eliminando el financiamiento de ese organismo por el pueblo de Puerto Rico, favorece aumentar el salario mínimo en Puerto Rico, entre otras medidas. Como puede verse, estas posiciones no solo son distintas a las políticas neoliberales, son lo opuesto. Si algo define al MVC es precisamente su rechazo de las políticas neoliberales.

Algunos señalamientos sobre el supuesto neoliberalismo del MVC se fundamentan en planteamientos de que su candidata a la gobernación en 2016 expresó su disposición a consolidar recintos de la UPR y a privatizar ciertos servicios y que antes de esa fecha la empresa de la que era parte tenía contratos con el Departamento de Educación. Estas son preguntas y dudas legítimas. Estuvieron entre los temas que se discutieron en el proceso de fundación del MVC y de preparación de su documento de fundación, la Agenda Urgente. De mantenerse aquellas posiciones, ciertamente, muchos de nosotros y nosotras no podríamos participar en el movimiento que se estaba formando. ¿Cuál fue el resultado de la discusión? Ya lo hemos indicado, la adopción de posiciones claramente contrarias al neoliberalismo: el MVC está comprometido con la defensa de los once recintos de la UPR, defiende restaurar la fórmula del financiamiento de la UPR, apoya el proyecto de reforma universitaria elaborado por la comunidad universitaria, se opone a la privatización de los servicios esenciales (incluyendo energía eléctrica, que está planteada en el momento actual). La candidata a la gobernación ha criticado y denunciado el tipo de programa por contrato en que participó en el pasado, que, si bien eran legales, no dejaban de tener un efecto negativo sobre el sistema público. Los ataques que hoy recibe de los sectores que controlan la política del país, no se deben a que tenga contratos (cuando los tenía no la atacaban), se deben a que, no solo no los tiene, sino que los denuncia, y a que el MVC plantea eliminarlos. Los documentos, por su puesto, son papeles y muchos candidatos los ignoran. ¿Qué posiciones han defendido los candidatos y candidatas del MVC, incluyendo la candidata a la gobernación, durante la campaña? Precisamente las posiciones que acabamos de resumir. Hace pocos días durante el último debate, por ejemplo, un periodista preguntó a la candidata a la gobernación si favorecería trasladar el proceso de reclutamiento del personal de gobierno a una empresa privada, como forma de combatir la corrupción. La candidata no solo rechazó esta nueva modalidad de privatización, sino que explicó además que no puede olvidarse que el sector privado es parte de la corrupción que se quiere combatir. No está de más recordar que Alexandra Lúgaro no está corriendo sola: está acompañada por un grupo amplio de candidatos y candidatas que son veteranos y veteranas de la lucha contra las políticas neoliberales y patronales. Describir este movimiento como neoliberal no tiene fundamento.

Se ha dicho, por otro lado, que el MVC plantea que «el status no está en issue» o que el MVC no tiene posición ante el status. Esto es igualmente inexacto. Desde su nacimiento, el MVC ha planteado: que Puerto Rico se encuentra en una situación de subordinación colonial; que es necesario superar esa situación colonial; que para eso el pueblo de Puerto Rico debe tomar acción y tomar las iniciativas que sean necesarias; que la manera de hacerlo es convocar una asamblea constitucional de status. Y señala que esto pueden hacerlo tanto independentistas como estadistas y defensores de la libre asociación. Si algo caracteriza al MVC es precisamente el planteamiento de que el status sí está en issue, de que resolverlo es una tarea urgente.

El MVC ciertamente no es un movimiento independentista ni socialista. Yo soy, como se sabe, independentista y socialista. ¿Por qué apoyo y soy candidato del MVC? Me parece que el MVC permite agrupar a un amplio sector de nuestro pueblo que está rompiendo en el PNP y el PPD, que permite agruparlo bajo posiciones contrarias al neoliberalismo y favorables al pueblo trabajador y al ambiente, posiciones de desafío a la Junta de Control Fiscal, un movimiento que, sin que escondamos ni renunciemos a nuestras ideas, nos permite trabajar con ese pueblo que aún no las comparte plenamente. El MVC no es sustituto de otras formas de lucha. Por eso, la organización sindical, de las mujeres, estudiantil, etc., sigue siendo tarea prioritaria y promoverla sería prioridad de un gobierno y de los funcionarios electos del MVC. Nuestra consigna sigue siendo «en la urna y en la calle». El 3 de noviembre le toca a las urnas.

 

 

Artículo anteriorMirada al País: La Tribulación de la Confianza en Tiempos de Pandemia y de Política
Artículo siguienteIndignación contra Pedro Pierluisi por querer derogar la Ley de Educación Especial