El PSP a través de una década

JUAN MARI BRAS

Por Vilma Ramos,Especial para Claridad

El 28 de noviembre se celebra el Décimo Aniversario del Partido Socialista Puertorriqueño, antes Movimiento Pro Independencia. Recopilar en forma sintetizada, si se puede, los eventos que impactaron la vida del puertorriqueño, que fueron al menos influenciados significativamente por el PSP, no es tarea fácil.

En cambio si fue fácil compartir por espacio de dos horas con el secretario general del PSP, Juan Mari Brás, que es la persona que mejor puede evaluar al Partido en esta década pasada y también hablar de la próxima, por ser su máximo dirigente y uno de los principales de la lucha por la liberación nacional de Puerto Rico.

El dirigente Socialista destaca los siguientes eventos como los que más impactaron en el país, donde el PSP tuvo una participación activa e influyente:

  •  La lucha contra la explotación de las minas de cobre;
  •  La marcha contra la Conferencia de los Gobernadores yanquis en Puerto Rico;
  •  La campaña contra el superpuerto;
  •  Las luchas obreras y el nuevo sindicalismo;
  •  La discusión del caso colonial de Puerto Rico en la ONU;
  •  La campaña por la liberación de los presos Nacionalistas;
  •  La labor desde la legislatura colonial mediante un representante Socialista;
  •  El surgimiento de CLARIDAD diario; portavoz de la Independencia y el Socialismo;
  •  La celebración de las dos Conferencias Internacionales en Solidaridad con la Independencia de Puerto Rico;
  •  La lucha contra la Marina yanqui en Culebra y Vieques;
  •  La divulgación masiva de la alternativa socialista en la campaña electoral del 1976;
  •  Las actividades de reafirmación nacional en torno a los Juegos Panamericanos;
  •  El respaldo masivo a las candidaturas socialistas de Juan Mari Brás y Carlos Gallisá durante la campaña electoral del 1980 y
  •  La campaña por la unidad de la Izquierda.

Comenzamos nuestra entrevista con Juan Mari Brás preguntándole cuáles de estos eventos destacaría como los más significativos.

Juan Mari Brás: “Si se fuera a hacer una evaluación del cumplimiento de metas a base de la realización de unos objetivos, podríamos destacar aquellos que están en la lista que tuvieron esa realización plena como fue la campaña contra el superpuerto que indudablemente no se estableció. Te imaginas el desastre que sería tener esos superpuertos de hondo calado con toda la parafernalia para ahora convertirlos en elefantes blancos como las petroquímicas.

“Pues eso se logró, como se logró la realización de las dos Conferencias Internacionales y se ha logrado el avance, incluso más allá de lo planificado en el caso de Puerto Rico en la ONU. Se logró la libertad de los presos Nacionalistas, en la que se envolvieron eventualmente los sectores más amplios de Puerto Rico y que fue campaña motorizada por este Partido desde los tiempos del  MPI  pero acentuada desde 1973, ya fundado el PSP.

“Sin embargo, no es el único criterio que debe prevalecer al evaluar el cumplimiento de metas porque digamos, metas como la campaña de unidad, que ciertamente, no se ha logrado una unidad orgánica del independentismo en Puerto Rico, pero se ha sembrado suficientemente la idea para que prevalezca en este instante una inquietud unitaria que siente las bases para lograrse a mediano plazo. Esa inquietud se manifiesta no sólo en las expresiones sino en las actuaciones de diferentes líderes y grupos dentro del independentismo en Puerto Rico y a pesar de que el principal agrupamiento independentista, desde el punto de vista cuantitativo, que es el PIP, se manifiesta, formalmente contrario a la idea de la Unidad, en el seno de ese Partido, sin embargo, ha surgido un espíritu unitario que obtuvo concreción en este momento en la participación de sectores pipiolos en las actividades unitarias que promueven los expresos nacionalistas.

“Pero más que todo eso se puede señalar como ha avanzado el convencimiento de que la unidad es necesaria, de que sin la unidad el independentismo no está en condiciones de avanzar hacia sus objetivos fundamentales.

“ Y lo mismo puede indicarse en relación a puntos tales como el movimiento sindical. Si bien es cierto que el movimiento sindical está en un momento de dispersión y debilidad porque se ha reducido la tasa de sindicalización, se ha dispersado más aún la acción de los sindicatos y se ha reducido, por tanto, el poder de regateo frente a los patronos, también es cierto que se está cobrando conciencia de estas debilidades y de la urgencia que hay de coordinar el esfuerzo de los diferentes sindicatos y uniones, de presentar un frente común a la ofensiva patronal, que nosotros  hemos sostenido siempre como principio cardinal. Como cuestión de hecho, entre los cuatro pilares básicos de la estrategia que plantea la tesis del Partido, uno de ellos es la unidad sindical de los trabajadores.”

¿Estos eventos reflejan la visión que en aquel entonces la dirección del MPI tenía sobre la necesidad del cambio, de MPI a PSP?

JMB: “El conjunto refleja lo que es a mi juicio el logro principal, que es insertar el socialismo como una alternativa en el espectro político puertorriqueño, cosa que indudablemente se ha logrado, ya que la gente en este país reconoce en términos generales que nosotros formamos parte de ese espectro político.”

¿Y ese, socialismo “insertado” se tenía que lograr mediante la transformación a Partido?

JMB: “Eso fue coyuntural, pero si no lo hubiéramos hecho entonces, perdíamos espacio político el MPI, porque el PIP ya había invadido el espacio del MPI, el PIP de entonces. Bajo el PIP se volcó todo el pueblo independentista en 1972. El PIP que venía renovándose desde el ’68, obtuvo su impulso mayor en el ’70 con la elección de Rubén Berríos a la presidencia y la creación de una nueva dirección, que recogió elementos progresistas, que por diferentes circunstancias, estuvieron en el MPI y se fueron, como César Andreu Iglesias y Norman Prieti, entre otros. El PIP estaba, más o menos, cumpliendo el espacio que en la década de los sesenta había tenido el MPI. Nosotros teníamos que movernos a la izquierda para crear un nuevo espacio político en este país, que es la creación de un partido marxista-leninista.”

¿Destacaría errores o críticas que junto a los eventos positivos que enumeramos anteriormente se puedan traducir en adelantos para el futuro?

JMB: “Lo más negativo ha sido la dificultad en definir con toda claridad un proyecto socialista ajustado a las necesidades y posibilidades de Puerto Rico.”

¿Por qué ha sido tan difícil?

JMB: “En primer lugar, la apabullante campaña anticomunista que se da en todos los medios de penetración y comunicación ideológica. Ese es el problema principal. No podemos perder perspectiva de eso. No son nuestros errores, sino la deformación de opinión pública que crea el sistema. Pero conociendo eso, nosotros debimos ser más creativos en ajustar nuestras miras a una transición ideológica mediante la cual el pueblo pueda absorber una dosis que resulta sumamente fuerte, que es la ideología marxista. Tendíamos o hemos tendido en diferentes ocasiones a asumir posiciones seguidistas y transmitir etiquetas y la visión esquemática del comunismo. Esa visión es lo que conforma lo que ahora se llama estalinismo, pero que no se reduce a eso, porque depende de cual sea la moda. En un momento, puede ser la revolución cubana, en otro puede ser el eurocomunismo, en otro momento puede ser la vía electoral, la Unidad Popular de Chile, etc.

“Cada acontecimiento que ocurre, cada fenómeno que se da más cerca, más lejos, va abriendo expectativas de que por esa vía es que se puede romper el cerco. Nosotros lo que tenemos que hacer es crear nuestra propia vía, cogiendo de la Revolución Cubana, lo que sea asimilable, de la Bolchevique lo que sea asimilable, del eurocomunismo, de la chilena, de los Sandinistas de Nicaragua, de todo eso, pero pasándolo por un filtro, que es la comprensión de la realidad puertorriqueña y transformándola con nuestra propia creatividad en una doctrina del socialismo puertorriqueño. Eso es lo que es difícil.”

¿Cuándo usted dice “nosotros”, se refiere al PSP  o lo ubica como problema de la izquierda, con sus crisis internas como, por ejemplo, el problema de la unidad?

JMB: “Ahora hablamos de la  izquierda.  La izquierda puertorriqueña fue creación nuestra. Aquí no había izquierda. La izquierda surgió del MPI, pero hoy hay una izquierda dispersa, hay catorce microgrupos y un contingente de gente no-afiliada. Estamos hablando de todo eso.

“Ya aquí se está reproduciendo el espectro de la izquierda mundial. Aquí hay trotkistas, foquistas, todo lo que hay por todos lados tiene su reproducción equivalente aquí en Puerto Rico.”

¿Refleja esto que muchos “vieron” los ejemplos externos como alternativas nuestras, adoptándolos?

JMB: “Claro, y se quedan ahí estancados.”

¿En términos del PSP, de su desarrollo interno, qué pasa con esa capacidad creativa?

JMB: “La militancia nuestra es muy desigual en formación, en educación  política, en comprensión, porque con la excepción de una pequeña minoría, la mayor parte de nuestra militancia tiene una vida activa en nuestra Partido de dos o tres años. El “turn-over” de que hablaba César Andreu de que la gente, al cabo de dos o tres años, se agota.

“Entra, hombre o mujer, y se consagra al trabajo del Partido y se “funde” en poco tiempo. Se margina normalmente, busca un diferendo ideológico para racionalizar su mantiene un elemento de continuidad sustancial, que para uno que va cambiando de año en año.”

Usted y otros compañeros militantes se dedican 24 horas a la lucha. ¿Está conciente de que otros militantes no están en situaciones similares, que son trabajadores con otras condiciones objetivas?

JMB: “Ese es el problema principal, que nosotros organizamos este Partido con una base esencialmente estudiantil y de desempleados, que dio margen a una especie de coraza de funcionarios que fue el centro principal de la actividad partidaria. 

“Aquí en el 1976 llegó a haber más o menos 300 funcionarios en todas las áreas del Partido. Cuando eso se desmanteló, entonces llegamos a la conclusión política de que había que proletarizar al Partido en el sentido de convertirlo en un Partido de gente que trabaje, que se meta en el tapón por la mañana, que tenga su trabajo en el oficio, profesión, lo que sea y que le de sus horas extras al Partido. El acoplamiento de funcionar desde esa perspectiva ha sido lento. Hoy es así en el sentido de que casi todos los organismos del Partido, de dirección y de base, están compuestos por gente que trabaja, pero todavía no se ha podido acoplar el ritmo de vida de la militancia para mantener una actividad partidaria mínimamente eficiente dentro de esas limitaciones.

“Eso no se logra si no es ampliando la base, porque dos trabajando 24 horas no pueden ser sustituidos por diez que sólo pueden trabajar dos horas. Todavía no estas compensando. Tienes que meter más gente para compensar la actividad anterior.”

Antes la gente decía que no entraba al Partido porque había que fajarse demasiado y no había tiempo para compartir otras actividades. ¿Por qué no ha crecido la organización se ha mejorado en ese sentido?

JMB: “Porque la gente no cree que ha habido una reducción en la actividad. Nosotros no hemos proyectado eso. No hemos proyectado cambio en actitud suficientemente. Todavía es un misterio entrar al Partido. ¿Por dónde entro? La mayor parte no sabe como se ingresa aquí y todavía es muy difícil. Aparte de que no hay  masas ávidas de entrar, por razones obvias. Independientemente de los ajustes que hagamos, ser militante socialista en la principal colonia de Estados Unidos, es un reto muy grande; es un desafíos descomunal que no todo el mundo está preparado para enfrentar, pero así son los procesos.”

¿La gente en los demás partidos, populares y penepés, se sienten que están organizados políticamente?

JMB: “Yo creo que el PNP ha creado un espíritu de cuerpo con una base que le sirve de coraza, activistas. Ese es el problema, que el fascismo está insertado en nuestro país. No ya en la base de los votos que saca el PNP, que no son fascistas, sino de esa militancia penepeísta, esos terroristas que tienen a cargo la organización, Freddie Valentín, Misla Aldarondo, ese Gonzalo de Jesús, que dice que se debe hacer “carne al pincho” con los estudiantes. Eso refleja una actitud militante de derecha, fascista, que se está organizando aceleradamente en este país.”

HACIA LA RUTA DEL SOCIALISMO

¿Qué han sido para usted estos diez años en su visión y función como dirigente?

JMB: “Para mí han significado los diez años más traumáticos de mi vida en varios aspectos. Han sido un cambio acelerado de visión de mundo. Enfrentarse a los retos de haber fundado el primer partido revolucionario a escala nacional en este país, indudablemente, eso no lo perdona el imperialismo.”

¿Entiendo a lo que se refiere, pero yo quería tocar el peso político que está teniendo el Partido en la opinión pública, el cambio que se percibe en la gente, en la calle, esas pautas que van abriendo? ¿Cómo brega usted con todo eso?

JMB: “Se va transformando uno. Es la dialéctica del liderato. Los líderes influyen a las masas y las masas influyen a los líderes y el líder que quiera estar inmune a las influencias de las masas de su época y de su unidad, no tiene sentido.”

¿Pero reconoce usted el rol que cada vez más tiene como dirigente máximo de la izquierda dentro de la colonia más importante del imperio yanqui? ¿Ese rol internacional que parte de ese pueblo no reconoce todavía, pero que el enemigo sí?

JMB: “Desgraciadamente el rol del liderato siempre se exagera por los pueblos. Yo no creo que esto se va a resolver por la proyección de uno o varios líderes. Es de verdad insertar orgánicamente en el seno de la clase obrera la ideología socialista y que surjan una red de cuadros, militantes, miembros del PSP y de otras organizaciones que hagan irreversible esta realidad. Si eso se logra, se logró hacer irreversible la ruta hacia el socialismo. Si no se logra, los líderes de ahora pueden diluirse como ha pasado con tantos otros.”

¿Usted usó anteriormente la palabra de moda y en la calle de lo que se habla es que somos colonia? ¿Cómo definiría usted los rasgos fundamentales del puertorriqueño fuera de esquemas encajonados económicamente?

JMB: “La característica negativa peor del colonizado en el caso nuestro es su sentido de impotencia, “que no puedo”. Eso pesa como un lastre tremendo sobre cada puertorriqueño en alguna medida. Los puertorriqueños todos están concientes que este es un país distinto a los Estados Unidos. Los más pitiyanquis están concientes de eso. Aquí la gente es puertorriqueña.

“La identidad puertorriqueña de la gente no es intelectiva sino intuitiva. La gente es puertorriqueña porque sí, no tiene que hacerse largas explicaciones sobre eso. Cuando se van para Estados Unidos, dicen “voy para Estados Unidos”. Ese es otro país, allá. Hablan de los americanos. Esa es otra gente.

“Luego, la identidad nunca ha sido erodada masivamente. El problema es ese, ese sentido de impotencia y el que no podemos ser libres, porque nos morimos de hambre, no podemos hacer esto porque somos débiles. Y eso se manifiesta en la vida de la gente y en las posiciones que se asumen en la vida colectiva”

¿Considera la militancia del PSP está equipada para desmembrar toda esa realidad del puertorriqueño y transformarla en un trabajo organizado?

JMB: “Preparados estamos para intentarlo. Lo que tenemos es que superar deficiencias, reconocer mejor los problemas que hay que superar en la comunicación, en la tarea de incorporar en forma diversa los diferentes medios, recursos. Combatir ese sentido de impotencia. Pero eso no se combate con argumentos, discursos, artículos y razonamientos. Se combate en la práctica, demostrando la posibilidad que tiene Puerto Rico como pueblo y cada puertorriqueño como ser humano de enfrentarse a situaciones y de resolver problemas. Cuando los pescadores de Vieques interrumpen a la Marina en unas yolitas, les hace paralizar unos ejercicios navales por unas horas, unos días, la gente aprende con eso a ver que no hay abismo de poderío que no se puede superar y eso es más elocuente que mil discursos y quinientos artículos. Eso descoloniza más. Cuando los Macheteros tumban a la Guardia Nacional en un  operativo nítido, eso descoloniza a los que son y no son, que leen en el periódico que una gente —que como dijo Romero Barceló— ‘lo que tienen son machetes’—, ¿cómo pudieron haber tumbad eso?”

“Esa es la manera más directa de combatir lo que a nuestro juicio es lo peor que ha dejado el coloniaje aquí, esa sensación de la indefensión, de debilidad cuyo ideólogo mayor fue Muñoz Marín.”

¿Cómo parte del proceso de educación, de ubicar al pueblo en ese proceso histórico, se entiende la necesidad de desmistificar esa imagen gloriosa que el pueblo tiene de Muñoz Marín?

JMB: “Más que acelerar el intento de desmistificar a Muñoz es transformar la mentalidad a la gente para que no sea víctima de ese complejo que llevó a Muñoz a ser lo que fue.”

¿Se monta Muñoz sobre ese sentido de impotencia y miedo?

JMB: “Muñoz es una víctima. Muñoz decía que este país estaba destinado por la fatalidad, a ser mendigo y que no tenía más remedio; que según dependimos del situado mexicano en los primeros años de la colonización, ahora era de la ayuda americana y que ese es nuestro destino inevitable.

“De ahí es que parte toda la teoría del ELA, de los cuatro pilares aquellos de la unión, del mercado común, de la moneda común, ciudadanía común, defensa común y de ahí es que parte la infame campaña contra la independencia que Muñoz hizo en el 1948, que fue la siembra más fructífera del anexionismo que se ha hecho en Puerto Rico.

“Muñoz le metió miedo a la gente de este país con la independencia. Llevaban diapositivas a los mítines sobre los haitianos hambrientos y se las enseñaban a la gente. Yo me acuerdo. Y le decían “esa es la independencia; el hambre y la miseria”. Muñoz le cogió tanto miedo a que el PIP pudiera prender como una fuerza en el 1948, que decidió meter todo su poder, su capacidad persuasiva contra la independencia. Fue tan torpe, que para combatir a un enemigo táctico en unas elecciones, sentó las bases de la propia destrucción de su ideología autonomista. Eso no es más que sentido común. Si a la gente le meten miedo con la independencia, se tiene que acercar más a los americanos y ¿cómo es que se acercan más a los americanos?, pues haciéndoles estadistas. Y lo que era un movimiento exiguamente minoritario, se ha convertido en un movimiento fuerte, que no es mayoritario el anexionismo, pero es mucho más fuerte de lo que era antes.”

Usted hablaba sobre el problema de la comunicación, el coloniaje, la falta de creatividad…. ¿cómo ve que se pueda romper con el llamado “consenso de las masas” sobre la presencia yanqui aquí?

JMB: “Se han hecho unos avances en esa dirección. Por ejemplo, nosotros hemos logrado romper el cerco que se nos excluyera de los  medios de comunicación, al empujar el reconocimiento del Partido por las masas, en los periódicos, canales de televisión y radio. Han tenido que reconocer esa realidad y en alguna medida participamos de todos esos foros de los programas de servicio público.

“Eso es una gota de agua en un océano todavía. Pero, se va abriendo brecha. Uno de los instrumentos más poderosos en el proceso de mantener la hegemonía es el sistema de instrucción pública. Los vehículos más directos de transmisión de esa ideología son los maestros. ¿Cuántos maestros socialistas e independentistas hay en Puerto Rico? Hay millares, incluso están organizados en un sindicato progresista, que es la Federación de Maestros, que agrupa a más de 13,000, que representa más de la mitad de los maestros. Pero todavía no se tiene conciencia de la relación que hay entre la defensa de sus intereses como maestros y la defensa de la posición independentista y por lo tanto, ese sindicato no puede ser instrumento para desarrollar una contraofensiva a nivel del salón de clase contra la ofensiva ideológica que nos sigue bombardeando el sistema de día a día, de semana en semana.

“Uno se pone a pensar restrospectivamente, cada uno de nosotros, los que hemos llegado a ser independentistas y socialistas, la inmensa mayoría tuvimos un maestro que en alguna etapa de nuestras vidas nos aguijoneó nuestra conciencia, un maestro de historia o de español. Ese ha sido una especie de legado que se ha transmitido de generación en generación por acción y combustión espontánea. Nunca ha habido una acción colectiva del esfuerzo de los maestros para transmitir la ideología independentista. ¿Y si se hiciera? ¿Por qué no se puede hacer?

“Por ahí se le puede quebrar buena parte de la hegemonía al imperio. La escuela no puede sostenerse con maestros americanos. Eso lo probaron las primeras décadas del siglo y tuvieron que renunciar a eso. Tuvieron que usar los de aquí para maestros. Y así cada aspecto de esa hegemonía está fundado en la utilización de los propios puertorriqueños; los medios de comunicación, la televisión, la radio, las agencias de publicidad, es talento puertorriqueño que se canaliza y a veces talento independentista y socialista.”

Los diez años terminan con los comienzos de una nueva crisis económica. Después de las elecciones en Puerto Rico y los recortes de Reagan, ese es el tema en la calle. ¿Qué se plantea el puertorriqueño para salir de la crisis? ¿Qué se plantea el Partido? ¿Qué se plantea usted?

JMB: “Yo creo que una crisis económica, no necesariamente conlleva una crisis política. Eso depende del grado de conciencia que se tome en las masas para transformar esa crisis en una de índole político, en donde se buscan las soluciones. Pero queda el elemento material básico para desarrollar una estrategia de liberación. El hecho que se profundice la crisis económica, cada vez se van cerrando las soluciones parciales, de reforma, de programa, se va abriendo la posibilidad de una transformación completa. Pero eso necesita un vehículo y una acción concertada y organizada y ese es el punto débil, del socialismo y el independentismo.”

Cuando quiten los cupones en este país, ¿hacia dónde va a mirar la gente?

JMB: “Hacer la independencia y reclamar por vía de indemnización a los Estados Unidos por todo lo que nos deben. Nosotros por ejemplo, estamos viendo el inicio del desmantelamiento de la industria petrolera y petroquímica en Puerto Rico. Hemos dicho en nuestras tesis, que eran industrias estratégicas, que tienen una inversión de miles de millones de dólares. Eso no tiene más solución que la independencia. Eso le pueden seguir dando vueltas a la noria y van a cerrar aquí y van a desmantelar allá, porque el problema es que Estados Unidos no tiene acceso al petróleo barato en el mundo, que fue la base sobre la cual se instaló la industria petroquímica aquí. Eso se le acabó a Estados Unidos, se acabó. Los países productores de petróleo decidieron que ya bastaba de comprar maquinaria cara producida por los americanos y venderle petróleo barato. Nosotros le compramos más de $1,000 millones de petróleo a Venezuela al precio que Venezuela le d a los americanos y le compramos petróleo a Arabia Saudita, Libia, y Argelia. En la república, podemos salvar la industria petrolera porque Venezuela, Libia, y Argelia e Iraq, estarían dispuestos a concertar tratados comerciales con Puerto Rico para darnos el descuento que le dan a otros países en desarrollo, el recio que no le dan a los americanos. Eso la gente no lo ve, pero cuando se cierren las petroleras, sí,, pues no hay cosa más convincente que la realidad. La realidad lleva a que se abran las perspectivas de alternativas que resuelvan y cuando quiten los cupones la gente pensará con mayor seriedad el concepto de indemnización que plantean los independentistas.”

¿Qué va a hacer Estados Unidos para mantener la situación en Puerto Rico?

JMB: “Ellos van a pasar parte de su industria de guerra a Puerto Rico. El problema aquí tampoco resolverá con la emigración a Estados Unidos porque el desempleo allí está creciendo y el puertorriqueño es la primera víctima del desempleo de Estados Unidos. Antes era relativamente fácil para un puertorriqueño que quedaba desempleado aquí trasladarse a Nueva York, Chicago, Boston y el pariente lo llevaba a una agencia de empleos y en una semana conseguía empleo. Ahora no, la alternativa de la emigración también se va cerrando.”

EL REAGRUPAMIENTO DEL SOCIALISMO

Hablemos un poco sobre la actividad de celebración del Décimo Aniversario.

JMB: “La idea nuestra es que eso sea embocadura de un diálogo al interior del socialismo, del PSP con las otras fuerzas socialistas organizadas y no-organizadas, que conduzca a lo que podríamos llamar al reagrupamiento del socialismo. Es buscar un nivel de consenso nuevo que reagrupe en lo posible a las fuerzas positivas que están en disposición de buscar esos consensos y que el Partido esté a su vez en disposición de abrirse a eso, con miras a su congreso del año que viene, de transformarse para convertirse en instrumento de ese reagrupamiento de los socialistas.”

Para las elecciones se llamó la “alianza PPD-PSP” por unas convergencias tácticas positivas. Ahora estamos en las de bregar con la izquierda, ¿cómo se compagina esto, implica unos pasos a seguir?

JMB: “Se interrelaciona esa actividad en distintas escalas. Son tres escalas de unidad socialistas, independentistas, puertorriqueñistas, que tienen que darse simultáneamente y sólo en la medida que se logre van a motorizar a escala superior. Un socialismo disperso no puede influir decisivamente en el movimiento independentista y un independentismo disperso no puede influir decisivamente en el movimiento general de afirmación puertorriqueña. Por eso, nosotros insistimos en la unidad de los socialistas y en la unidad de los socialistas y en la unidad de los independentistas. Uno de los problemas de la izquierda en Puerto Rico es que es demasiado joven. Tiene que pasar muchos traumas todavía, aprender mucho. Tenemos esperanzas de que esta actividad sea el inicio de un diálogo fecundo.”

Usted ha cambiado en su relación con los militares y en su proyección nacional, ¿a qué se debe?

JMB: “Ha sido el producto del resultado saludable de asimilar críticas, eso es lo más difícil que hay como revolucionario. Uno siempre habla de crítica, autocrítica, todo el mundo está dispuesto a teorizar sobre eso, pero todavía no he encontrado un solo caso, incluyéndome a mí, desde luego, donde desde primera instancia se acepten planteamientos de críticas. Uno tiene los mecanismos de autodefensa de la personalidad, que inmediatamente racionaliza unos argumentos para rechazar la crítica. Sin embargo, eso es como una gota sobre el cántaro. Va cayendo tanto que va haciendo hueco. Entonces, si un día uno va a hacer una crítica, ese mecanismo funciona y uno reacciona violentamente, sobre todo, si uno tiene un carácter irrascible determinado genéticamente como es mi caso. Pero eso va repitiéndose, mentalemtne las defensas que crea un mecanismo sicológico, se va debilitando. El proceso de autocrítica es lo más trabajoso que hay y angustioso en la mayor parte de los casos. La gente verdaderamente resiste la autocrítica porque eso va vinculado a todo lo que tiene que ver con el ego. Después de todo, el ego es lo que le da aliento a la vida. Toda la problemática filosófica de la muerte, por ejemplo, ¿por qué hay tanto vehemencia con eso?, si lo que se disuelve es el ego. Lo demás sigue, uno se integra a otros niveles. Pero, porqué esa vehemencia con que le  hombre ha tratado el problema de la muerte, que ha dado curso a tantas religiones y filosofías. Por qué no hay nada a lo que los seres humanos se aferren más que al ego. El que diga que no tiene ego está falsificando la realidad. Eso hace que el proceso de autocrítica sea tan difícil. Pero se da y sobre todo cuando es justa una crítica que se haga. Eventualmente se asimila a menos que el individuo sea tan insensible que la pase por alto. Todo el mundo tiene la capacidad de superarse, pero ésta tenemos que desarrollarla muy trabajosamente, en lucha interna con uno mismo.”

¿Cómo usted combina su intensa vida política con su vida privada? Me refiero a ratos de esparcimiento, vida familiar, etc.

JMB: “Trato de mantenerlo. Es esencial para el equilibrio de la personalidad que mantenga a uno en niveles productivos. Incluso como necesidad política, hay que resguardar una cierta expansión de la vida individual. Siempre he tratado de mantener eso. No se puede mantener la rutina ordinaria de la vida familiar, sobre todo, cuando como  en mi caso pertenezco a dos familias muy extensas  y muy cerradas al mismo tiempo. Parte de lo que he tenido que hacer como resultado de la lucha es separarme de la rutina de esas familias.  Pasan los años y no veo a mis tíos, primos, que antes no era así cuando no estaba envuelto en la intensidad de la lucha presente.

“Por lo menos, con la familia inmediata y en el círculo de amistades constantes llevo una vida personal lo más equilibrada posible, pero eso no es fácil.”

Hablemos sobre su actitud antes la juventud actual, sus valores y cómo los visualiza políticamente.

JMB: “Ha habido unos cambios radicales en las concepciones básicas sociológicas del puertorriqueño, que son bien difíciles de asimilar para los que nos formamos en otra época, pero sólo en la medida en que se tenga una apertura para comprender y asimilar en parte, es que se puede hacer la transición para vivir en esta sociedad como está.

“Yo no creo que todo ha sido positivo, hay signos preocupantes. Hay una erosión de ciertos valores que si se dejan desarrollar en la forma en que se están dando, podrían determinar incluso un colapso de Puerto Rico como pueblo. Eso es una de las cosas más inquietantes sobre el futuro de Puerto Rico, que tiene su origen en el colonialismo.

“Pero hay que distinguir entre lo que es positivo a la larga, de una transmutación de valores y de instituciones y lo que es de verdad deterioro. Hay que puntualizar la diferencia. Uno no puede asumir una posición conservadora, reaccionaria, pero  tampoco caer en la glorificación del desmantelamiento de todos los valores. Porque eso puede llevar a un cinismo colectivo y a una brutalización del espíritu general de las masas, que sería desastroso. Los hijos míos no se han criado como yo me crié y a mí me resulta extraño en muchos aspectos, el comportamiento de ellos, pero tengo que cruzar el puente yo y no pretender que ellos lo crucen, para poder entender su sensibilidad, sus valorizaciones, sus principios.”

¿Con qué elementos brega usted para mantenerse vinculado, percibiendo la realidad y el sentir de este pueblo, a pesar de su condición de líder político y no de ciudadano común?

JMB: “Trato de mantener una cierta normalidad de funcionamiento. Nunca he renunciado a ejercer la profesión de abogado. Siempre he llevado casos dependiendo de a intensidad del trabajo político. Eso es una manera de comunicarse; en las cortes, en los problemas de la profesión, no con la intensidad de cuando era abogado de asistencia legal que veía 200 casos en un mes y bregaba con miles de gente.

“Por otro lado, yo tengo una especie de muestra personal hecha a lo largo de años para tratar de percibir el pálpito del pueblo. No pretendo que sea una muestra científica. Tengo círculos de gente, amigos míos, unos viejos, otros jóvenes, familiares, vecinos, gente que no tiene nada que ver con el Partido. Les oigo. Algunos son populares, pipiolos, religiosos, etc. Es muy importante aprender a oír y sacarle provecho.”

En un artículo reciente de Monseñor Antulio Parrilla sobre usted, se destacaba su capacidad para escuchar, que es la base para cualquier diálogo. ¿Existe algún paralelismo entre eso y el espíritu que guiará la actividad de aniversario del PSP?

JMB: “Es un esfuerzo nuestro para promover que todos los que dentro del socialismo tienen cosas que opinar y decir, nosotros escucharlos y ellos tienen que escucharnos a nosotros. Que no sea un diálogo de sordos. Eso es lo que generalmente ocurre en los llamados debates ideológicos. Que cuando uno está escuchando al otro, uno no está escuchándolo, con el espíritu de aquilatar o ponderar ecuánimemente lo que está diciendo el individuo, sino que ya tú estás buscando como es que le vas a contestar y pasas por alto muchas cosas que dice porque lo que no está dentro de lo que tú quieres caricaturizar de lo que la personaestá diciendo, lo eliminas enseguida en la cabeza. Ni siquiera lo registras.”

Como dijera al principio, fue fácil hablar con Juan de tantas cosas ocurridas en 10 años. Lo mejor de todo sería si esas dos horas de charla y ahora escritas cumplieron su propósito de recoger en forma sencilla diez años de lucha del Partido Socialista Puertorriqueño, tarea no tan fácil realizada con el esfuerzo conciente de muchos militantes y afiliados de esa colectividad.

También habla este artículo sobre los próximos diez años enmarcándolos en la actividad que conmemora el Décimo Aniversario, el Encuentro Nacional sobre el Socialismo en Puerto Rico, que se llevará a cabo los días 19, 20, 21 y 22 de noviembre en el Colegio de Abogados, donde los paneles organizados nos ayudarán a crear las condiciones para la arrancada de los próximos diez años. ¡Asiste!

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