Elizam Escobar, alguien diferente

Elizam Escobar, foto Angeles Rodríguez

 

Especial para CLARIDAD

En momentos en que gente querida parte a otro plano, ocurren cosas diversas. Se escribe sobre ellos cuando de algún modo fueron figuras públicas. Se reflexiona sobre su obra, que en el caso de un artista, pensador, filosofo, maestro, bohemio y luchador revolucionario, como lo fue Elizam Escobar, produce abundante material para enfocarlo de diversos modos. No soy quien para analizar el arte de Elizam que me parece creativo, surrealista, con un manejo de las imágenes y de los colores sugestivo y retante.

Cómo hablar entonces de algo que va más allá del amor que se impone como un requisito a cada revolucionario. Me refiero a vivir la vida con el dolor de cuestionarlo todo. De evitar la comodidad, de aceptar el canon establecido, incluso en la lucha por el cambio social, la justicia y la autodeterminación de los pueblos. Asumiendo la posición de que: fijaré postura frente a cada circunstancia y en cada momento histórico, sin un modelo predeterminado. Al que lo hace o la que así actúa en la lucha por la libertad y la justicia social, le ponen etiquetas para no enfrentarlos. Les llaman anarquistas, diferentes, bipolares, esquizofrénicos, iconoclastas e incluso psicóticos, alegando o imputándoles, que están fuera de la realidad. La lucha revolucionaria es muy compleja. Varía de país a país, de momento histórico y cambio de circunstancia, a otros momentos y exigencias materiales, políticas, sociológicas y espirituales. Estar pendiente al cambio de momento histórico y reconocerlo, para adaptar la táctica (a corto plazo) y la estrategia ( a largo plazo), conlleva la mirada escrutadora y vigilante del líder, para asegurar que hace lo que cada momento exige, de manera pragmática y creativa.

Hacerlo, sin renunciar a los principios básicos, que tienen  que ver con lo axiológico, los valores fundamentales de respeto a la verdad, de compasión hacia el vencido, de temeridad al momento de arriesgar hasta la seguridad propia y la de seres queridos, es característica de la escuela del nacionalismo Albizuista y de los revolucionarios(as) que han sido…Por eso, el reformismo es la opción de los que no dan la talla de los revolucionarios. Creo que Elizam, antes de ir a la cárcel por su lucha en defensa de la autodeterminación y la descolonización de Puerto Rico, ya era, metodológicamente hablando, como lo que he descrito. Lo fue también en la cárcel, creando su propia circunstancia y adaptándose para no claudicar, ni renunciar principios. Lo siguió siendo al salir de la cárcel y declarar que respetaba, en las circunstancias de la lucha contra la Marina en Vieques, el método de la desobediencia civil .

Su vida toda fue una lección de amor y de creación, no solo artística, sino como he dicho, de la constancia del revolucionario, hacer lo que hay que hacer en cada momento para salvar la Patria de perecer. Todo eso con la tesitura de una voz suave, sin estridencias. Con algo de ironía crítica, solo para cuestionar la eficacia y el alcance de lo que se hacía. La mejor manera de enseñar es hacer, acompañar el ruido de las palabras con el silencio de los actos valerosos, que significan la entrega total a lo que se defiende como valor y principio. Así vivió y murió Elizam; su vida fue su mejor obra artística…

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