En el limbo la acreditación de la Universidad

La acreditación de la UPR corre peligro. La Middle State le está cuestionando al recinto de Río Piedras de la UPR su capacidad de recaudar fondos recurrentes, si puede sostener sus programas académicos y el resto de los servicios a estudiantes. Existe un problema aún mayor: la lentitud para entregar estados financieros auditados.

La universidad tenía hasta el 30 de septiembre para entregar los estados financieros auditados del 2016-17. En los últimos días de la presidencia interina de Darrell Hillman la Universidad le notificó al gobierno federal que no se iba a poder cumplir con la entrega de esos documentos para la fecha pautada. Por esa razón se pedía un extensión para el 30 de diciembre a lo que el gobierno federal respondió de manera positiva.

Ahora la fecha límite para que la Universidad de Puerto Rico (UPR) entregue los estados financieros 2017-18 es el 30 de marzo de 2019. Si la Universidad no lograra cumplir en esa fecha podría perder la acreditación. Esto es así porque la probatoria a la que fue sometida la UPR se cumple en 2019.

¿Qué problemas enfrentaría la UPR de perder la acreditación y cómo esto afectaría la accesibilidad y los fondos federales?

“Sabemos ya que con la duplicación del costo de la matricula y la reducción de exenciones hay una menor capacidad por parte de las clases menos privilegiadas de nuestro país para obtener una educación superior de calidad”, dijo el presidente del consejo de estudiantes, Gabriel Negrón.

Con la pérdida de la acreditación de la Middle States –explicó el estudiante de economía– la situación de acceso, que ya es difícil para muchos estudiantes, se agudizaría porque sin acreditación la UPR no cualificaría para recibir fondos FAFSA.

El estudiante que apenas lograba estudiar –con el costo de matrícula duplicado, la reducción de exenciones y la pérdida de acreditación– se encontraría menos capaz y quizás no podría estudiar de no tener los medios para pagar la educación ya que no tendría acceso a ayudas federales.

Habrá quienes puedan argumentar “bueno no hay beca pero el estudiante puede solicitar préstamos estudiantiles”

Pero los préstamos estudiantiles también son fondos federales a los cuales, de la universidad perder la acreditación, los estudiantes tampoco tendrían acceso y se verían obligados a costear la educación de su bolsillo.

“Eso sin mencionar que un bachillerato sin acreditación pierde valor dentro del mercado laboral y a la hora de solicitar escuelas graduadas”, añadió el joven estudiante.

En este aspecto, la pérdida de acreditación afectaría tanto a estudiantes que no se han graduado como a aquellos que ya se graduaron, pues en los primeros, el bachillerato no tendría valor para efectos de solicitar empleos o escuelas graduadas que consideran la acreditación como algo fundamental en el reclutamiento.

“En el caso de un estudiante que se haya graduado antes de la pérdida de la acreditación se supone que ese bachillerato tenga valor pero la realidad del asunto es que en la práctica ¿qué puede pensar un reclutador de un candidato que viene de una universidad que recientemente fue desacreditada?”, cuestionó Negrón.

Por otra parte el presidente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), en Río Piedras, Jimmy Seale, describió el asunto de la acreditación como una cosa “bien, bien, bien politizada”

“Son señalamientos viejísimos, cada vez que viene la Middle State y preguntan a la comunidad universitaria, se señala la politización y el asunto de la gobernanza va por ahí”, dijo Seale.

“Si miramos los estándares, lo que es la gobernanza y las finanzas estamos jodidos. Hay amplias bases para decir que esta universidad ni se gobierna, ni se sostiene. Si nos aplican eso como es, nos quitan la acreditación fácil”, añadió.

Mientras, la Junta que desmantela la UPR “pretende abrogarse su dirección y control mediante la apertura de una oficina que le costará $20 millones a la propia universidad”, dijo el presidente de la APPU, Javier Córdova, en la edición del 11 al 17 octubre de 2018, Claridad.

Servicios básicos a la comunidad como la vivienda también se verían afectados. A pesar de que Torre Norte está cerrada, el programa de vivienda de la UPR podría recibir fondos federales que, de perderse la acreditación, dejarían de recibirse.

Por otro lado, las investigaciones no podrían costearse porque las entidades que las subvencionan no reparten fondos a instituciones no acreditadas. Los profesores y estudiantes investigadores sufrirían las consecuencias.

Ciencias Médicas, Mayagüez y Aguadilla

En la práctica, la crítica de la Middle State sobre la capacidad de la UPR de recaudar fondos recurrentes es general. Mayagüez y Ciencias Medicas y Río Piedras son recintos que históricamente han tenido problemas y atrasos en entregas.

Sin embargo, Ciencias Médicas, Mayagüez y Aguadilla no están en probatoria. Según explicó Negrón, estos recintos reciben una mayor cantidad de fondos federales dado a su enfoque a ciertos programas.

Por ejemplo, Mayagüez tiene programas enfocados en ciencias, matemáticas e ingeniería, que poseen mayores calificaciones para recibir fondos federales y obtener financiamiento de otras organizaciones. A la hora de evaluar a los recintos individualmente, la Middle State puede concluir que estos recintos pueden justificar el mantenimiento de sus programas académicos, investigaciones, servicios estudiantiles, porque no dependen del fondo que se recauda por concepto de la fórmula del gobierno.

Por otra parte, Seale, señaló que la Junta de Control Fiscal esta totalmente comprometida con los preceptos neoliberales. Para el neoliberalismo –dijo– una universidad pública con matrícula baja es un anatema, eso no puede existir porque ellos creen que la educación es una cosa privada porque es un grado que tú vas a conseguir y tú lo debes pagar.

“Olvídate de que la universidad por el país… en el neoliberalismo no existen países. Que Puerto Rico necesite una universidad nacional para el desarrollo… ¡trroop! (hace una trompetilla) no les importa”.

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