En Memoria: Rafael Ruiz, íntimo

 Por  Juan E. Hernández Cruz /Especial para CLARIDAD

En un hotel de Madrid, entre la Puerta del Sol y la Gran Vía, murió Rafael Ruiz Garofalo, Rafi como le llamábamos sus amigos.  Un empleado gerencial contesta mi llamada hace unos días y me informa que el hotel está cerrado, pero ante mi insistencia de que se trata de un huésped fijo, me pregunta el nombre y contesta secamente: ʺdon Rafael murió hace dos semanas de un ataque cardiacoʺ.

Quedo sobrecogido con la noticia y paso el resto de la tarde angustiado, pensando en la última conversación telefónica que tuvimos y los planes futuros que trazamos.

Me había llamado en la noche, hace unos meses, para quejarse de su hija Camila, quien estaba viajando por China y debido al cambio de horario le era imposible localizarla. Le cambio el tema para que se calmara y entonces la conversación gira alrededor de varios temas.  Primero, la alegría de continuar con su participación en el programa de política internacional con Radio Universidad y el estar preparando una cápsula sobre Putin y su opinión de que este era el líder internacional más hábil en los momentos actuales.

Me informa, en segunda instancia que está organizando, o que está preocupado con su colección  de arte y me pregunta mi opinión sobre algunas obras que tenía y que yo conozco, de Cuevas, de Matta, de Hernández Cruz y de Homar. Quedamos en que prepararía una lista para que yo opinara el valor artístico de estas e indagara con alguien experto de algún museo o galería local.  Ignoro el propósito, ¿o sería tal vez un presagio?

Llegamos entonces al tema recurrente entre nosotros, la conveniencia de que su obra fotográfica (él era más que un aficionado a la fotografía, era un artista) fuera conocida y la urgencia de publicar un libro que yo debía prologar y comentar sobre la diáspora puertorriqueña en Nueva York. Rafael tenía  miles de fotos inéditas, entre ellas de Raúl Juliá (su antiguo vecino y amigo) y otras de valor histórico como la del asesino convicto Agrón, ʺel  hombre de la capaʺ de las cuales reseñé algo en Claridad  hace unos años, bajo el título ʺSalvador Agrón, Rafael Ruiz y la noticiaʺ.

Siempre le estimulé a que hiciera una lista de sus fotos, sobre todo, de la etapa de Nueva York en que se manifestaba ese relato testimonial reflejado en las caras y en los cuerpos de esos transeúntes anónimos de las calles de El Barrio.  En sus fotos se recogía magistralmente la esencia del drama de ese exilio doloroso y cruel de nuestra emigración.

El otro proyecto del que siempre hablábamos era el de sus columnas de política internacional publicadas en Claridada lo largo de los años.  Había que contextualizarlos y organizarlos por temas y regiones ya que su valor es incalculable para historiadores y estudiosos. ¡Y me habló de Rusia y de Putin y sobre estos también son los últimos mensajes que aún puedo leer en mi computadora!

Rafael Ruiz nació en Santurce en 1937.  Hijo de don Rafael Ruiz Soler y doña Ana María Garofalo.  Padre también de Camila Ruiz.

Estudió en la escuela militar Valley Force Academy y en la Universidad de Georgetown en Washington, donde hizo una maestría y cursos doctorales en política internacional.  Profesionalmente se dedicó a la enseñanza en Washington, Nueva York y Puerto Rico.  En Nueva York enseñó en John Jay Community College y en Puerto Rico, en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

Fue un independentista cabal desde que le conocí en la década de 1960, asiduo lector del legendario semanario uruguayo Marcha; inconforme con la realidad neoliberal que le tocó vivir y feroz enemigo del capitalismo salvaje.

Al despedirlo hoy evoco un funeral vikingo y la oración fúnebre que recoge la última despedida; ʺnavegando entre las llamas en tu barco, rumbo hacia la eternidadʺ… hacia Helga Fell (la montaña sagrada) donde reina la paz.

Rafi fue incinerado en Madrid y sus cenizas esperan que se aplaque la pandemia del coronavirus y se reanuden los vuelos aéreos para ser trasladados a Virginia donde vive su hija.

Descansa en paz, amigo, y hasta pronto.

 

La Junta Directiva y el Colectivo de trabajo de CLARIDAD  le envían un fuerte abrazo a la familia de Rafi Ruiz. Rafi por años fue nuestro redactor de asuntos internacionales y consecuente amigo de CLARIDAD. A  su hija Camila  y a toda su familia les deseamos mucha fortaleza en estos momentos tan triste. Hasta siempre compañero.

 

 

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