Encontrado en las redes: El Colapso

Me parece que el colapso del radiotelescopio de Arecibo no es un evento que debamos mirar con tristeza pues refleja perfectamente, como tantos otros ejemplos, nuestro problema colonial (SÍ, OTRA VEZ LA COLONIA). La colonia y el tema colonial no es un comodín, es un sistema opresor que no debemos obviar en la discusión pública.

¿Por qué menciono lo anterior? Por lo siguiente: La National Science Foundation (NSF) desde hace años recortó recurrentemente los fondos del radiotelescopio de Arecibo porque ya no tenían interés en el. China construyó uno de 500 metros (o sea, más grande que el de Arecibo)… además, utilizaban otros telescopios sin ningún problema. Con lo cual, en últimas instancia, el radiotelescopio de Arecibo no le pertenece ni tan siquiera al pueblo de Puerto Rico.

¿Dónde entra el asunto colonial aquí? Respuesta sencilla: como a la NSF ya no le interesaba el proyecto, lo echó a perder. Sin embargo, ¿quién paga la consecuencia ambiental de contaminación que produjo y produciráel colapso del radiotelescopio de Arecibo? ¿La NSF? ¡OBVIAMENTE NO! ¡La consecuencia ambiental está y estará en las costillas del pueblo puertorriqueño! Mientras tanto, la NFS se deslinda del problema y seguirácon sus proyectos en otras latitudes, a las que con el tiempo, les pasarán exactamente lo mismo que al radiotelescopio de Arecibo.

P.S. No olvidemos que el radiotelescopio de Arecibo está ubicado en la zona del karso norteño.

Daniel G. Pérez Torres/Estudiante graduado de Sociología. Senador Académico. Productor de radio y televisión.

Antes del paso del huracán María pude ir al radiotelescopio de Arecibo. Hablé con su director. Con varios astrónomos, como el doctor Edgard Rivera. En sus voces y gestos se repetía una y otra vez la maravilla abierta de aquello que siempre está por descubrirse. Planetas extra solares, cuerpos celestes, líneas de defensa en la detección de asteroides, conocimiento en construcción. Pasé horas boquiabierto. Salí con esa siempre necesariasensación de saber que somos más insignificantes de lo que sospechamos. Hoy se cierra otro capítulo en esta larga saga del abandono. Y recuerdo un verso de Max Aub: «Soy un turista al revés. Vengo a ver lo que ya no existe».

Christian Ibarra/Escritor. Periodista.

Como son las cosas, a pesar de haber ido en varias ocasiones al Observatorio de Arecibo, nunca me tomé una foto allá. La estructura siempre me daba seguridad de permanencia y cercanía — sobrevivió la Guerra fría, los usos de espionaje, sucesivos gobiernos, cambios de consorcios, huracanes. No había escrito nada hasta ahora sobre el Observatorio. Francamente, como arecibeño, bastante difícil se me hace pensar en la no-presencia del telescopio. Otras personas conocieron primero del Observatorio por James Bond, algunas ahora se entusiasman porque vuelve y circula la historia de Arecibo y la portada de Joy Division aunque nunca se dieron la vuelta por la estructura, pero para míes una presencia como el cetí, que vuelve y entra al pueblo con cada ciclo de luna. Todavía no han calado sus múltiples derrumbes.

Jorge Lefevre Tavárez/Crítico cultural. Hostosiano. Arecibeño.

Somos la novela puertorriqueña del deterioro. Todo colapsa, en vivo y en directo ante nuestros ojos sin que hagamos nada. El final de una Era es este derrumbe del Telescopio de Arecibo. Somos capaces de soñar en grande los puertorriqueños. Y somos capaces de abandonar en grande. Dejadez en grande. Todo colapsa.

Ver a Ada Monzón enterarse frente a las cámaras, su desespero, su frustración de mujer dedicada a la ciencia que se queda vulnerable y devastada ante todes nosotres es una cosa muy dura de tragar.

Así inicia nuestro primer día de diciembre 2020.

Yolanda Arroyo Pizarro/Escritora.Directora en tedra de Mujeres Negras Ancestrales de Puerto Rico

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