Entrevista a Ricardo Santos: Los trabajadores de la AEE sentían orgullo del trabajo que realizaban

Por Giancarlo Vázquez López/CLARIDAD

gvazquez@claridadpuertorico.com

La sustitución del personal de carrera por personal de compañías privadas no es tema nuevo en de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Este esquema neoliberal se comenzó a aplicar principalmente en las centrales generatrices y, con los años, se ha ido “regando” por toda la corporación pública.

Hoy, la AEE inicia abiertamente una campaña para sustituir a todo el personal, utilizando hasta cierto punto el eufemismo de una corporación público-privada. Según Ricardo Santos, expresidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), se trata “más bien de subcontratar y ceder la administración y el desarrollo de los trabajos públicos al sector privado”.

Santos recordó que, antes, el proceso era más lento y la compañía no se planteaba abiertamente la sustitución de todo el personal. Actualmente, la AEE proyecta la entrega de todo el trabajo de los celadores de línea a compañías privadas que administren el área de transmisión y distribución.

“Eso era insospechado. Lo que ellos están planteando es lo mismo que hicieron con Acueductos, y fracasó”, dijo.

En el caso de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), explicó Santos, dejaron a los empleados de la corporación y subcontrataron a la gerencia. Eso fracasó y posteriormente empezaron con el área operacional. Actualmente la AAA tiene varios oficios que están subcontratados en áreas operacionales. Por ejemplo, la lectura de contadores y algunas operaciones de reparación de tuberías. “Como pasó con la AEE”, comparó.

Luego de años de reflexión y experiencia en las centrales generatrices, Santos recuerda que los trabajadores sentían orgullo por el trabajo que realizaban. Los supervisores eran altamente cualificados y buscaban la forma de “sacar” cada proyecto. Pero al pasar el tiempo, se fueron desvalorizando las posiciones gerenciales, utilizando criterios políticos y no de conocimiento para nombrar estos puestos.

“Ese era el orgullo. Por más grande que se presentara el desafío del trabajo a realizar, el orgullo era uno poder resolverlo. Pero ¿qué pasa? Comenzaron a sustituir a los supervisores de oficio por políticos que, en términos prácticos y en la mayoría de los casos, no tenían pleno conocimiento ni dominio del trabajo. En la primera etapa funcionaban dependiendo del trabajo que realizaban los trabajadores, pero en la medida que fue pasando el tiempo, empezaron a aplicar el modelo de darle al subcontratista el trabajo que les correspondía a los trabajadores de la corporación pública. Entonces, fueron perdiendo ese orgullo y empezaron a fomentar una cultura de dejarle el trabajo difícil al de afuera. En la medida que se fue fomentando esa cultura, los supervisores se fueron desprendiendo del trabajo.

Lo que primero se afectaba era la fuente de aprendizaje y experiencia con los distintos trabajos que se realizaban porque esa experiencia se la dabas al de afuera; el que venía y hacía el trabajo, no enseñaba cómo hacerlo y se iba. En algunos casos hasta lo hacían mal y la gente lo reparaba”. Con el pasar de los años los pocos trabajadores que tenían experiencia y conocimiento se fueron jubilando. En algunos casos se fueron a trabajar con compañías privadas.

Algunas de las áreas que se vieron afectadas por la aplicación del modelo neoliberal en las plantas de producción de la AEE fueron soldadura, albañilería y mecánica, dio como ejemplo Santos. “Ahora está ocurriendo en el área de los celadores y las oficinas, pero donde primero se da esa situación a gran escala es en las plantas, cuando prácticamente despoblaron al personal de carrera las plantas. […] Prácticamente ese mismo esquema se regó por toda la Autoridad hasta el nivel que llegamos hoy…”, manifestó el líder sindical.

Celadores de línea

El celador de línea es el que interviene con toda la transmisión y distribución de la energía eléctrica: los postes, cables, subestaciones.

“Los celadores de línea son un ejemplo vivo de lo que hemos estado hablando, porque prácticamente le robaron todos sus derechos del convenio. A cada celador le restaron sobre $17 mil anuales a su salario. Primero le bajaron el pago del tiempo extra. Entonces se le pagaba por convenio doble el tiempo extra y ahora se paga tiempo y medio; se le pagaba un bono de navidad de 8.5%, sin límites, y ahora lo que le dan son $600, es decir, que de un promedio de $3 mil, ahora le pagan $600; se le pagaba un bono por riesgo como de $1,500, también lo eliminaron; con la Ley 66 eliminaron la licencia de accidente del trabajo, que eso sí es canallesco, porque si sufrían un accidente del trabajo se mantenían recibiendo el salario hasta 2 años y un tercero a 80%;

Santos señaló que con estas acciones muchos celadores se han ido, ante las ofertas de trabajo en EE. UU. hechas por compañías privadas. De 1,200 trabajadores que eran, apenas quedan 435 en toda la isla.

“Esto lo que supone es que ahora tienen que hacer el triple de trabajo porque el trabajo sigue siendo el mismo. Encima de eso no, han cambiado la flota de vehículos, no compran herramientas. O sea, que todas las condiciones de trabajo como tal han empeorado gravemente. Y para colmo se da la situación de María. Entonces ellos traen empleados de afuera y esos empleados vienen cobrando el doble o el triple de lo que cobran los empleados de la Autoridad”.

Al cierre de esta edición la UTIER firmó un acuerdo con la Autoridad de Energía Eléctrica, que incluye un aumento en salario a los celadores y el restablecimiento de la licencia de accidentes.

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