Eran ellos, memorias de un patriota encarcelado*

Tengo el gusto de reseñar aquí hoy, a modo de invitación a su lectura, el libro Eran Ellos, Memorias de un Patriota Encarcelado de don Heriberto Marín Torres. Esta cuarta edición a cargo de la Editorial Patria y editado magistralmente por el compañero Pablo M. Ortiz, integra nuevos escritos y fotos que constituyen complementos referenciales para expandir la comprensión histórica y política que recoge este fundamental libro. Mi reconocimiento y agradecimiento a Pablo por su labor y dedicación a esta edición y sus múltiples aportaciones al quehacer patriótico. Este trabajo recoge una parte de nuestra historia que los gobiernos y sus instituciones coloniales se han empeñado en esconder.

Tuve el privilegio de conocer a don Heriberto hace muchísimos años por medio de su hijo, Heriberto Marín Centeno, para mí, Tito. Era la época en que don Heriberto militaba y dirigía lo que en aquel entonces era el precinto 104 de San Juan, comité que visité en múltiples ocasiones como miembro de la Juventud del PIP. Fue a través de Tito, que tuve en mis manos aquella segunda edición de Eran Ellos y que leí por primera vez en 1984 cuando recién comenzaba mi participación en el Partido. Para un joven independentista, leer y conocer la historia de un patriota, de un nacionalista, sus años en la cárcel, no sólo fue una lección histórica sino también una lección de aprendizaje moral y patriótico. Fue, de igual forma, un preámbulo para, años después, comprender y trabajar intensamente con todo lo relacionado a la persecución política en Puerto Rico.

Ahora, años después, lo releí con el mismo entusiasmo y deseo de aquella época, por lo denunciado en los testimonios, pero sobre todo con admiración por quienes nos han marcado la ruta. Desde la perspectiva que dan mis diversas y nuevas responsabilidades en el Partido Independentista Puertorriqueño, les refiero este libro que demarca una época, pero que es de absoluta relevancia hoy.

Esta edición resulta ser una especie de museo de vida y homenaje a la lucha por la independencia de Puerto Rico. Digo museo porque los buenos museos sirven para presentarle al visitante una historia, una obra, un pasado con vigencia en el presente. Visitar Eran Ellos nos sirve no sólo para comprender la revolución del 50, los procesos judiciales, los años en la cárcel, los personajes de la época y la cruel historia de la represión y la persecución sino que también no sirve de inspiración y hasta de bálsamo en lo intrincado de nuestra condición colonial hoy.

La fotografía de la portada, unos brazos extendidos que sobresalen de las rejas carcelarias -los del autor, de los nacionalistas e independentistas- nos invita y reta a leer las memorias del patriota encarcelado. Eran Ellos es también las memorias del jayuyano, del hijo, del amigo, del hombre enamorado, del escritor, del independentista. El prólogo de Rubén Berríos, con su maestría de siempre, nos lleva por el recorrido de la vida de Don Heriberto en un profundo escrito de datos, historia y homenajes. Las notas del editor Pablo Ortiz citan al primer lector del manuscrito, el escritor Emilio Díaz Valcárcel, describen con certeza literaria y sobre todo humana las características de Don Heriberto al escribir: “Y todo descrito con la limpieza de espíritu, sin amarguras, con fe en nuestro pueblo.”

Se nos presentan, primero, los homenajes al libro y al autor: el reconocimiento en el año 1979 por la fenecida historiadora y patriota Miñi Seijo, el llanto del Lcdo. Ayoroa junto a don Heriberto y la angustia sublime de Aurelio Roque al leer Eran Ellos. Se suma un corto pero enternecedor poema de don Heriberto, preámbulos de esta edición a los treintaiún ensayos que componen el libro.

Son treintaiuna memorias de la historia oficialmente escondida pero patrióticamente rescatada en cada uno de estos relatos. Llanto, dureza, injusticia, terror, tortura y represión que se entrelazan con ejemplos de luchas llenas de constancia, perseverancia y optimismo. De esperanza. Durante la lectura, uno va formando imágenes, retratos de los eventos y de los héroes y heroínas que emanan de las narraciones. Es también lectura desde una nueva perspectiva, la del tiempo que algunos llaman madurez. Cuando leí la memoria sobre la muerte de la hija de Goyito, como lo llama Don Heriberto, mi acercamiento luego de ser padre fue mucho más íntimo, más cercano. También lo es -por mi investigación de tantos años sobre el tema de la persecución política- ver en Eran Ellos los precisos y duros relatos de capítulos de nuestra historia que requieren ser ampliamente reconocidos y divulgados.

En una formidable integración y relación, se incluyen veintinueve fotos históricas de escenas gráficas -previas y posteriores- de la Revolución Nacionalista que dan a conocer a los protagonistas de esta historia. Entre ellas, varias fichas precursoras de las carpetas de la División de Inteligencia de la Policía con fotos de lo que fue la división de seguridad interna creada y promovida por el gobierno del Partido Popular. Incluye esta edición, además, históricas fotos de la tortura al maestro, don Pedro Albizu Campos.

Amplían estas memorias lo que el autor denomina como apuntes. Se trata de diez argumentos para la liberación en que se desnudan la represión del gobierno del Partido Popular, el carácter colonial del ELA, el presidio como tortura y en los que nos recuerdan a los héroes y heroínas de la patria. Señala, entre otras, el régimen de terror, el espionaje federal a través de una misionera espía, el abandono de la responsabilidad rehabilitadora del sistema penitenciario, la servilidad del PPD, la legislatura, la mutilación de los derechos humanos y la solidaridad de los pueblos latinoamericanos.

El libro continúa con Apéndices en que Don Heriberto rinde particulares homenajes. Pero en un acto de “malicia editorial“ algunos apéndices también homenajean al autor de libro. Las palabras de Antonio Rosa a Don Heriberto son una forma sucinta de describir con precisión absoluta esta publicación: “Este libro de recuerdos testimoniales no es un reclamo de misericordia ni odio o venganza. Se trata sencillamente de exponer el espíritu inmancillable del Patriota.” Incorpora el editor también aquí un artículo de la periodista Ana María Cabañas en la revista Puerto Rico Ilustrado en homenaje a lo que ella describe como 12 discípulos de un ideal, siendo don Heriberto uno de ellos.

A manera de epílogo, Rafa Marín, hijo de Don Heriberto y Doña Cándida, escribe un conmovedor e inspirador testimonio familiar de vida, amor y entrega. Cierra el libro un artículo de la Vice Presidenta del PIP, María de Lourdes Santiago, sobre la destrucción del presidio Oso Blanco, precedido por un recorrido gráfico de fotos de don Heriberto visitando la clausurada institución donde sufrió nueve años de cárcel. María de Lourdes nos alerta del significado histórico de su destrucción y para la lucha por la independencia. Al derribarlo intentan esconder parte de la historia de la independencia de nuestro país. Podrán derribarlo, pero no podrán derribar ni esconder que desde el presidio se torturó y se reprimió al independentismo. Que fue centro de tortura experimental del ejército de EUA. Que el preso común fue doblemente castigado. Que entre sus rejas cumplieron condena un grupo de personas con los más altos valores patrióticos y revolucionarios. Pero aquí está este libro y su autor como testimonio.

Los invito a leer Eran Ellos, 4ta. edición, en homenaje a su autor, a aprender de sus memorias y apuntes y a estudiar las fotos y los apéndices que lo acompañan. Pero sobre todo, a leerlo para motivarnos pues aún queda camino por recorrer y triunfar haciendo frente a la Junta y al colonialismo que la crea. Estoy seguro de que, siguiendo la ruta y el ejemplo de Eran Ellos, veremos la Independencia de Puerto Rico, la justicia social y el nuevo amanecer de nuestra patria liberada.

* Fragmento de la presentación de este libro en Ponce, Puerto Rico, el sábado, 3 de noviembre de 2018.

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