Esconder la mentira y el crimen contra la humanidad

 

Por María Cristina/En Rojo

 

Desde el colapso de las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos se ha dedicado a crear una realidad que le permita atacar a otros países, convencer a otras naciones de esa versión fabricada para conseguir su apoyo, violar todos los acuerdos internacionales de soberanía, ignorar y burlarse de lo acordado en cuanto a trato de prisioneros y esconderle la verdad de sus acciones al pueblo americano. Incluyo en este escrito varios de los filmes que han denunciado prácticas específicas del este gobierno de mentir, esconder o distorsionar la verdad de los hechos.

 

The [Torture] Report(Scott Z. Burns 2019)

Basado en hechos reales, esos que se esconden en los diferentes niveles de seguridad nacional, es la historia de la evolución y conclusión (archivar y esconder) del informe sobre la autorización e implementación que dio la administración de George W. Bush (para que comparen con Trump) de interrogar con métodos de tortura de todo tipo (EIT: Enhanced Interrogation Techniques) a personas sospechosas de tener información sobre Al Qaeda. El informe al que se refiere el título comenzó su investigación en 2009, ya bajo la presidencia de Obama, y sus 6,700 páginas se entregaron a la senadora de mayor jerarquía del Partido Demócrata, Diane Feinstein, casi cinco años después para entonces comenzar la batalla entre el poder legislativo y ejecutivo de hacerlo público. Al final lo único que se pudo lograr fue un resumen saneado de 525 páginas en 2014. El informe original sigue siendo “clasificado” y no se ha podido dar a la luz pública. Ya sabemos lo que le pasa en los Estados Unidos a lxs valientes que circulan este tipo de información: Chelsea Manning, Edward Snowden, Reality Winner, hostigados, encarcelados o perseguidos.

Adam Driver, como Daniel J. Jones, interpreta al asistente/investigador a quien se le asigna esta tarea y toma su trabajo con la seriedad que amerita a pesar de encontrarse con negaciones, falsedades y mentiras de parte de sus entrevistados como el director, investigadores y jefes de unidades de la CIA, los oficiales a cargo de los interrogatorios en los ‘black sites’ (lugares a través del Medio Oriente donde E.U. tiene sus bases), psicólogos que diseñaron el programa de interrogatorio bajo la base que la tortura es el mejor método para obtener información porque lo más importante es salvar vidas, según repetían continuamente a sus superiores. Además de estas posiciones herméticas de funcionarios gubernamentales, Jones tuvo que afrontar la destrucción de materiales comprometedores como las grabaciones de esos interrogatorios.

Zero Dark Thirty(Kathryn Bigelow 2012)

El título es el código para 12:30 AM, cuando muere Osama Bin Laden y su montaje, historia de investigación, manejo de los issues más controvertibles bajo discusión hoy en día es una denuncia de una etapa vergonzante del país que se supone sea el más democrático del mundo.¿Es la tortura un método efectivo para conseguir la información necesaria que prevenga actos terroristas? Las definiciones son muy problemáticas: ¿qué se considera tortura (sin tomar en consideración las resoluciones firmadas por los países adscritos a la Organización de las Naciones Unidas que claramente especifican que “nadie será sometido a tortura ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes: https://www2.ohchr.org/spanish/law/cat.htm)? ¿Quiénes son los terroristas? La directora y el guionista obligan a los espectadores a mirar—una forma de participar—a lo que hombres (y mujeres) que representan al gobierno de los Estados Unidos hacen para extraer información. La crueldad de un ser humano hacia otro que ha sido definido por ellos mismos como inferior y animal peligroso incluye no solamente las agresiones físicas y amenazas de todo tipo sino las humillaciones para degradarlo a un ser sin valor que puede ser encerrado, privado de alimento y líquido, obligado a orinarse y defecarse encima y quedar así por días y semanas, a ser sometido a frío y calor intenso, a luces y música que anulen sus sentidos y que se le desnude y se arrastre como un perro como revela el documental de Rory Kennedy, Ghosts of Abu Ghraib(2007). Como Michael Moore nos señala, esto es más que suficiente para que entendamos la inhumanidad y despotismo de los que infligen la tortura y nos pongamos del lado de los torturados.

Es a través de Maya, el centro de esta historia de investigación (y no de tortura), que conocemos a los colegas torturadores que llegan a un punto donde no sienten y ven todo como su deber, que se siguen las varias pistas para descubrir las células de Al Qaeda, que vemos los “bunkers” que se construyen para establecer los centros de información de la C.I.A. en Pakistán, Afganistán, Kuwait y otros países del Medio Oriente. Maya está en la sala de información donde escuchan el mensaje del nuevo Presidente que proclama que la tortura (“enhanced interrogation methods”) sancionada por Bush/Cheney/Rumsfeld ha llegado a su fin. Es Maya la que se impacienta con la alta administración que tarda meses en tomar acción después de tener toda la información—obtenida a través de investigación y espionaje y no de tortura—del “bunker” y sus habitantes en Abbottabad, Pakistán.

Kingdom(Peter Berg 2007)

Director: Peter Berg; guionista: Michael Mathew Carnahan; director de fotografía: Mauro Fiore; elenco: Jamie Foxx, Chris Cooper, Jennifer Garner, Jason Bateman, Ashraf Barhom

Aunque los cortos anticipaban una película de acción, este filme mira directamente a las turbias relaciones entre el gobierno estadounidense y el Medio Oriente y de paso presenta una trama de investigación de evidencia para señalar y capturar al culpable. Arabia Saudita, el país aliado de los E.U., es un lugar segregado para permitir que los americanos puedan seguir con sus costumbres y modo de vida mientras el resto de la población se adhiere a un estricto código religioso y a un sistema gubernamental totalitario, oligarca y feudal. El poder que ejercen las familias dueñas del país es dramáticamente presentado: una orden del sheik se obedece ciegamente porque se sabe que el no hacerlo significa su destitución, encarcelación o muerte.

Todo comienza con una masacre en un área restringida y separada en Arabia Saudita y protegida por guardias armados. Un equipo especial de la C.I.A.– con lazos afectivos con uno de los asesinados– consigue que los autoricen a desplazarse a este país por cuatro días y ayudar en la investigación que iniciaron los efectivos policíacos de este país. Tres hombres y una mujer, cada uno especialista en una de las fases investigativas, tienen que ceñirse a unos métodos de trabajo y una jerarquía de poder que prácticamente los inmoviliza. Por estar tanto tiempo juntos– primero abiertamente hostiles y luego unidos por su conocimiento y destrezas– el equipo americano desarrolla unos lazos de amistad (aunque siempre tensas por sus diferencias culturales) con el coronel Faris y su ayudante. Son estos los que logran que por espacio de unos días se descubra la madeja de creencias, mentiras y falsas pistas que rodearon la masacre.

Las situaciones que surgen, los malentendidos, el comportamiento punitivo y competitivo de los altos oficiales, el recelo hacia los extranjeros y el resentimiento hacia los que consideran enemigos de su cultura, religión y gente crean una historia de misterio y suspenso. Pero el hilo que entreteje todo es el paralelo que se presenta entre los occidentales que creen ser los dueños del mundo con el derecho de apropiarse los recursos naturales, las tierras y cualquier otra cosa que los enriquezca, y los que se sienten llamados a defender a su profeta, sus creencias y quiénes son con cualquier arma a su alcance. Los cuerpos armados servirán de instrumento de justicia para servir mejor a Alá.

Rendition(Gavin Hood 2007)

“Rendition” o entrega es un término definido por la American Civil Liberties Union/ACLU como “un programa del gobierno de los Estados Unidos que permite el secuestro con el propósito de interrogar a la víctima en otros países donde no tendría las protecciones garantizadas por la Constitución de los E.U”. Como todo buen filme político, Renditionpresenta lo cotidiano como pedazos para armar dentro de un contexto sociopolítico y deja que el público haga las conexiones. Sigue lo presentado en documentales como Fahrenheit 9/11(2004) de Michael Moore,Uncovered: The War on Iraq(2004) e Iraq for Sale: The War Profiteers(2006) de Robert Greenwald y del 2007 No End in Sightde Charles Ferguson, Ghosts of Abu Ghraibde Rory Kennedy y Taxi to the Dark Sidede Alex Gibney, ganador del Oscar y del Festival de Tribeca en la categoría de documental largometraje.

Rendition nos recuerda a Syriana(Stephen Gaghan 2005) al presentar perspectivas paralelas de un mismo asunto. De esa manera el público tiene un cuadro global en vez del individual y personal que predomina en el cine comercial de los E.U. Y comoSyrianalos juegos de poder entre los E.U. y el Medio Oriente afectan a los más vulnerables que no parecen tener otra manera para reaccionar que ofrecer sus cuerpos para detener la violencia institucionalizada. Y también como Syrianay Paradise Now(Hany Abu-Assad 2005), este filme humaniza a esos que el Occidente e Israel insisten en darles el nombre genérico de terroristas y reducirlos así a locos, fanáticos y asesinos.

Tres historias– ninguna más importante que la otra– se entrecruzan en una geografía común con enlaces a Washington D.C. Mientras un hombre (Omar Metwally) formalmente trajeado en Sudáfrica le informa a su esposa (Reese Witherspoon) de los detalles de su vuelo de regreso a los E.U., un oficial de la C.I.A. (Jake Gyllenhaal)se desprende de un momento íntimo con su compañera de trabajo para atender un asunto oficial y una joven monta en la motocicleta de otro joven mientras comparten su cercanía. Como sucede en la primera escena de The Kingdom, en pocos minutos una explosión en medio de una población de civiles destruye toda posibilidad de diálogo y reconciliación. La reacción es todo lo contrario: detener a un sospechoso por el mero hecho de que viaja en un vuelo de Sudáfrica con entrada a los E.U. y poner en marcha el sistema de tortura física y mental fuera de los Estados Unidos, pero siguiendo sus órdenes y bajo su supervisión.

Lo cotidiano para un profesional– en este caso un ingeniero químico– es asistir y participar en conferencias alrededor del mundo en su área de especialización y regresar a su hogar y familia al finalizar este viaje. Lo cotidiano para un agente de inteligencia asignado a un país extranjero es tratar de crear un tipo de normalidad en su vida privada– como mantener un apartamento con las comodidades necesarias para descansar– que puede incluir contactos sexuales con personas de confianza, establecer relaciones cordiales con el equipo de trabajo y las personas de liderazgo en el país. Lo cotidiano para el jefe de una unidad de vigilancia (Igal Naor), detención e interrogación es ser un proveedor, cuidar de la seguridad de sus hijas y esposa y hacer bien su trabajo. Lo cotidiano para una adolescente (Zineb Oukach)– no importa su cultura– es asistir a una escuela o universidad para adquirir conocimiento y sobre todo socializar con otros jóvenes.

¿Qué pasa cuando lo cotidiano se interrumpe? De pronto ese esposo y padre que su familia espera en el aeropuerto no llega y nadie puede decirle su paradero; el agente de inteligencia pierde a un compañero de trabajo en una explosión y se ve involucrado en un interrogatorio basado en la tortura mental y física; el padre desconoce el paradero de esa hija que molesta con sus prohibiciones dejó su casa para vivir con un familiar. Y ahí está Washington, D.C. donde no importa el sufrimiento de unas personas y las mentiras que se sostienen para defender a la nación de otro ataque terrorista: el Senador liberal (Alan Arkin) que defiende sus principios hasta cierto punto, su ayudante (Peter Sarsgaard), y muy posiblemente futuro senador, que encubre su decepción y pone a un lado su serio compromiso con la verdad para tan sólo ofrecer el nombre de otra persona que alivie su conciencia. Ahí está la encargada de una de las secciones de seguridad (Meryl Streep) con la posición oficialista de que Estados Unidos no secuestra, ni tortura, ni viola los derechos humanos. Mientras tanto somos testigos de todo lo contrario.

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