Eugenio Ballou, Lector de vanguardia

1. La ANTOLOGÍA DEL OLVIDO de Eugenio Ballou des-oculta parte de la obra titánica y microscópica del Instituto Filológico Dadá, fundado virtualmente por él y varios colaboradores (entre quienes me cuento) hace poco más de una década, y cuyos procedimientos de lectura se habían desarrollado hasta ahora en el estricto clandestinaje. En 2007, una frase de Osip Mandelstam había espoleado la malicia de los fundadores del Instituto: “Uno escucha a menudo que tal cosa es buena pero pertenece al pasado, pero el pasado aún no ha nacido, no ha existido en verdad todavía.” En su ensayo clásico sobre las jitanjáforas, Alfonso Reyes advertía: “Muchas peligrosas novedades se descubren en los viejos libros.” Tristan Tzara aportaba un lema inmejorablemente lúcido: “Me gusta la obra antigua por su novedad.” La noción de la mirada retroactiva que expone Nietzsche en La gaya ciencia nos recordaba que “es posible que el pasado siga, esencialmente, sin descubrir”. Giorgio Agamben acabó de cimentar la convicción del naciente Instituto Filológico Dadá de que la vanguardia, cuyos esfuerzos por lo regular se vinculan casi de modo exclusivo con el fervor del presente y el futuro, así como con un rechazo visceral de lo pretérito, fue en gran medida todo lo contrario: un intento por establecer una relación vital con aquellos elementos del pasado que pasaron injustamente inadvertidos. Para Agamben, las vanguardias literarias de la primera mitad del siglo XX fueron sobre todo una forma soterrada pero contundente de filología, un esfuerzo radical por restablecer una relación vital y productiva con el pasado. ¿Qué habría sido de la poesía del último siglo, nos preguntamos, sin el descubrimiento y la recuperación surrealista de las obras capitales de Rimbaud y Lautréamont? Históricamente se ha esperado que la filología garantice la autenticidad y continuidad de la tradición cultural, pero quienes más activamente contribuyeron a dicha continuidad no servil durante el siglo XX y XXI han sido los artistas de vanguardia, que son primero que nada lectores. Eugenio Ballou ha sido durante una década nuestro mejor lector de vanguardia.

2. El carácter conceptual del Instituto Filológico Dadá no aminora la contundencia de los artefactos concretos que ha producido. Eugenio Ballou y la editorial Fragmento Imán fueron sustanciando en la primera década del siglo XXI una práctica editorial entre cuyos logros destaca la rigurosa antología de Francisco Matos Paoli, titulada PO/ÉTICA, y editada por Susana Matos Freire en 2010. Dicho volumen descubría a un nuevo Matos Paoli, cuya prolífica escritura dificultaba una mirada de conjunto que nos condujera al corazón de su poética. Bajo el cuidado de Ballou y otros colaboradores de Fragmento Imán Editores, la escritura de Matos Paoli emergía como una de las aventuras vitales de la literatura puertorriqueña contemporánea, no como mero monumento de un pasado ya cumplido. Se posibilitaba una mirada fresca, una recepción no predeterminada en exceso por una tradición política y cultural saturada de dogmatismo. Ese logro pertenece a la recordada Susana Matos Freire, pero también a su visionario editor, Eugenio Ballou.

3. En 2013, la naciente editorial Folium publicó LITORAL: RESEÑA DE UNA VIDA INÚTIL, de Luis Palés Matos. Dicha publicación constituyó un paso importante en el fomento de lo que he llamado “lectura de vanguardia”: aparecía como novedad editorial una novela escrita más de medio siglo antes, que nunca había sido publicada de manera autónoma, y que resultaba prácticamente desconocida. Junto con la publicación en 2008 de FIEL FUGADA, mi edición antológica de la poesía de Palés, la aparición de LITORAL le proponía al lector actual una manera innovadora y no-traumática de acercarse a textos clásicos parcial o totalmente olvidados hasta entonces. La práctica filológica que supuso la elaboración de ambos libros, así como el riguroso trabajo editorial que produjo su divulgación, fortalecieron nuestra convicción de la necesidad de promover procedimientos vanguardistas de lectura que se atrevan a arrancar de su contexto textos olvidados que arrojan nueva luz sobre el presente.

4. En el 2014, Eugenio Ballou y Lena Burgos-Lafuente dieron otra muestra de los procedimientos de lectura de vanguardia con la edición de la correspondencia entre la gran poeta puertorriqueña Julia de Burgos y su hermana, titulada CARTAS A CONSUELO. Se trató de la mayor contribución editorial en el año del centenario de la gran poeta puertorriqueña. Tanto LITORAL como las CARTAS A CONSUELO son una intervención mayor en el horizonte filológico puertorriqueño, haciendo accesibles dos relatos autobiográficos que obligan a considerar la producción de dos de nuestros mayores poetas desde ópticas insospechadas. La posibilidad, por ejemplo, de conocer de cerca las precarias prácticas materiales que subyacen las producciones poéticas de Burgos y Palés exigen una renovación en las maneras que concebimos la posición de cada uno de ellos en el canon literario insular, así como de lo que aportan a la comprensión del momento presente.

5. También del 2014 es la antología de traducciones de epigramas griegos antiguos titulada LA ESCUELA PAGANA, concebida por mí, bajo el cuidado editorial de Eugenio Ballou y Folium. Dicho ejercicio de helenismo conjetural o adivinatorio buscaba acercar al lector puertorriqueño a una serie de textos poéticos cuya antigüedad y extrañeza no disminuye su interés. Al trabajar en dicho libro, apostábamos al discernimiento cuidadoso de lo actual en lo pretérito. Evocando a T. S. Eliot, habría que decir que “La tradición no puede heredarse: sólo habrá de conquistarla quien la procure mediante trabajo esforzado. Implica, en primer lugar, un sentido histórico. Dicho sentido histórico conlleva una percepción no sólo del carácter pretérito del pasado, sino sobre todo de su actualidad.”

6. En el 2016, Eugenio Ballou reeditaba el célebre poemario HOMENAJE AL OMBLIGO, publicado por Ángela María Dávila y José María Lima en 1966. En este caso, el acierto de la lectura de vanguardia de Eugenio Ballou consistió en percatarse de que HOMENAJE AL OMBLIGO es uno de nuestros libros más radicalmente contemporáneos, tanto en 1966 como en 2016. En tiempos de renovada crisis del capitalismo tardío, tanto Lima como Dávila posibilitan el diálogo entre los imperativos éticos y estéticos de un artista, sobre la noción de compromiso en literatura, negándose tajantemente a producir una poesía dogmática o panfletaria, resistiéndose a convertir el gesto literario en uno puramente instrumental o en una mercancía perecedera. Decía Walter Benjamin en sus Tesis sobre la Historia: “En toda época ha de intentarse arrancar la tradición al respectivo conformismo que está a punto de subyugarla. El don de encender en el pasado la chispa de la esperanza sólo es inherente al historiador que está penetrado de lo siguiente: tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer.” Para nuestra fortuna, al ser reeditado cincuenta años después de su primera aparición, HOMENAJE AL OMBLIGO quedaba rehabilitado para una nueva lectura, reactivado por la urgencia de nuestro contexto. Se trata de un libro mucho más vivo que la mayoría de las novedades que puedan encontrarse en nuestras escasas librerías.

7. El trasfondo de la aparición de esta enorme y rica ANTOLOGÍA DEL OLVIDO, publicada por Eugenio Ballou y Folium este mismo año, supuso una larga práctica editorial ajustada a los preceptos del Instituto Filológico Dadá, cuya inexistencia no empequeñece su valiosa aportación. Que los viejos libros escondan peligrosas novedades, y que el gusto por la obra antigua radique en su novedad, queda elocuentemente demostrado en las cuatrocientas páginas la ANTOLOGÍA DEL OLVIDO, donde Ballou airea sus procedimientos de lectura de vanguardia, llevando a cabo una serie de fabulosos montajes textuales en los que reluce, con especial brillo, una genealogía conjetural de varias de nuestras contradicciones fundantes. El propio Ballou nos dice en sus “Palabras preliminares” que se propuso “dirigir la mirada principalmente hacia aquello que la historia había pasado por alto, a lo pequeño, lo raro, lo marginal, lo perecedero; y con esos materiales, construir una imagen múltiple del periodo estudiado. […] El reto del arte combinatorio del montaje –añade Ballou– es impartirle al Archivo un dinamismo lúdico que lo libere del peso muerto en que lo han hundido la tradición y el olvido. Su principal meta es lograr construir, con materiales heterogéneos y mayormente desconocidos, nuevas formas de hablarle al presente.” Es imposible enunciar de forma más clara lo que he llamado una lectura de vanguardia, como la entendió Walter Benjamin: arrebatarle la tradición al conformismo que siempre busca subyugarla, encender la chispa de la esperanza en lo pretérito, y constatar su sorpresiva actualidad. Las nueve secciones que constituyen el libro de Ballou son producto, no de un lector-anticuario que sujeta su mirada a las clasificaciones consagradas por el hábito o el cansancio, sino de un lector de vanguardia, cuya mirada desviada invita a excursiones inéditas por territorios que dábamos por archiconocidos. La ANTOLOGÍA DEL OLVIDO, la mayor obra visible de un conjetural Instituto Filológico Dadá cuya existencia radica en las convicciones y procedimientos de lectura vanguardista de Eugenio Ballou y otros conjurados, ensambla varias series alucinantes de personajes, voces y tonos, así como temas, géneros y formas. El meditado montaje de estos perfiles, relatos, anécdotas, crónicas, caricaturas, anuncios, imágenes, diatribas, opiniones, descripciones, versos, recetas y pequeños tratados configura una vivísima enciclopedia de los muertos.

8. El libro de Eugenio Ballou constituye una detallada radiografía de un pasado –Puerto Rico entre 1900 y 1959– que atraviesa portentosamente nuestro presente. Obviando el caudal de riqueza material e imaginativa que suponen muchos de los textos ensamblados en este libro, la Antología del olvido reúne piezas imprescindibles para la elaboración de una genealogía necesaria de nuestra precariedad material y espiritual, de nuestras derrotas, cuya recuperación y lectura las vuelve capaces de aportarnos más de una iluminación. Decía Hannah Arendt que aún en los tiempos más oscuros debemos defender nuestra aspiración a un poco de claridad, y la ANTOLOGÍA DEL OLVIDO de Eugenio Ballou logra justo eso: aportarnos herramientas que encienden la chispa de la esperanza en objetos pretéritos y descartados, develando su insospechada actualidad. Eso es lo que hace un lector de vanguardia.

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