Excepcionales: The Irishman y The Good Liar

Por María Cristina/En Rojo

Durante los cuatro días que pasé en Puerto Rico tuve la suerte de poder ver ocho buenos filmes, algunos—como The Irishman y The Good Liar—excepcionales. Sabemos por experiencia que los mejores filmes—según sus directores y productores—se estrenan en el mes de noviembre para así tener una audiencia ya cansada de los “pret-a-porter” de verano y Halloween, que es precisamente donde las compañías productoras sacan sus ganancias. Diciembre será un mes para cine de ocasión y, por supuesto megaproducciones para el público festivo navideño.

The Irishman: I Heard You Paint Houses/El irlandés

(director: Martin Scorsese; guionista: Steven Zaillian; autor:Charles Brandt; cinematógrafo: Rodrigo Prieto; elenco: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Anna Paquin, Bobby Cannavale, Harvey Keitel, Jake Hoffman, Ray Romano, Stephen Graham, Louis Cancelmi, Domenick Lombardozzi, Stephanie Kurtzuba, Kate Arrington, Welker White, Lucy Gallina, Jennifer Mudge)

Este filme ha tenido mucha publicidad por ser el proyecto más reciente de Martin Scorsese después del enigmático The Silence (2016), ser una de las inversiones más costosas de NetFlix (159 millones) y avivar la controversia entre el gigante de streaming y las cadenas de salas de cine. Pero ¿de qué otra manera iba Scorsese a conseguir el financiamiento de un filme de 3 ½ horas? Para más detalles del “making of the film” y de su carrera, el número del mes de noviembre de Sight & Sound tiene una de las entrevistas más completas y extensas de este director. Aunque esta vez, Scorsese escoge enfocar en cómo el irlandés-americano, Frank Sheeran, se vuelve parte de la mafia italiana, el mundo social, económico y político es el mismo del mal llamado “bajo mundo” de sus filmes anteriores (Goodfellas Casino, The Departed) que enfocaban no en los “godfathers” sino en los que hacen la limpieza de sus crímenes.

Sheeran es el narrador asignado que ahora que está casi olvidado o marginado por sus hijas, o aislado porque ya todos sus amigos han muerto asesinados, encarcelados u hospitalizados por enfermedades que le cambian su personalidad, nos cuenta cómo logró ser el hombre de confianza de dos influyentes líderes: Russell Bufalino y Jimmy Hoffa. La historia comienza con lo que parece ser una salida placentera entre dos amigos y sus esposas que emprenden un largo viaje en auto para asistir a la boda del sobrino de uno de ellos. En el camino es necesario hacer varias paradas, llamadas, conversaciones privadas y llevar a cabo una importante limpieza criminal. Sheeran comienza aquí porque de ese momento en adelante su vida tomó un giro que borró el pasado que ahora de viejo y en silla de ruedas quiere recordar para asegurarnos que siempre fue un amigo fiel. Por eso su memoria se desplaza a la época cuando era chofer de transporte y cómo su amistad con Russell cambió todo: trabajo, vivienda, esposa y conexiones influyentes que incluye, ante todo, su relación con el presidente de la Unión de Tronquistas (Teamsters).

Lo poderoso de todas las actuaciones en este filme es que su larga duración nos permite familiarizarnos con cada personaje a través del lente distorsionado de Sheeran, desde los mafiosos de poca monta o los matones profesionales hasta un Hoffa maniático e histérico que no concibe dejar de ser el único presidente de la unión que creó. De Niro, Pesci, Pacino en los papeles principales junto a un reparto primario con Cannavale y Graham (ambos destacados en la excelente serie “Boardwalk Empire”) crean un mundo del que nos sentimos parte, aunque nos asombre y rechacemos la normalidad de sus actos. En cuanto a los roles femeninos: pintados en la pared.    

The Good Liar/El buen mentiroso

(director: Bill Condon; guionista: Jeffrey Hatcher; autor: Nicholas Searle; cinematógrafo: Tobias Schliessler; elenco: Helen Mirren, Ian McKellen, Russell Tovey, Jim Carter, Mark Lewis Jones, Lucian Msamati, Johannes Haukur Jóhannesson, Tunji Kasim)

El atractivo principal de este filme es contar con dos protagonistas que transforman cualquier historia que cuenten. Helen Mirren así lo ha hecho en Eye in the Sky, The Tempest, The Queen y en la excelente comedia de agentes retirados de las agencias de inteligencia, Red y Red 2. Ian McKellen, por su parte, ha sido dirigido por Bill Condon en dos filmes anteriores: Gods and Monsters y Mr. Holmes. Si a todo este talento se le añade a Jim Carter—el muy querido mayordomo tanto de la serie como del filme Downton Abbey—tenemos la garantía de excelentes interpretaciones no importa la historia. Pero lo que parecía un juego de dos engañadores se vuelve una mirada a las historias todavía por descubrir de las familias que sufrieron la violencia sostenida de la guerra y la posguerra europea de 1939 a 1945.

Enseguida que conocemos a Roy Courtnay, vemos a un viejo que se las sabe todas: busca en las redes a viudas mayores con dinero, las estudia para que el primer encuentro sea un camino fácil para establecer una relación afectiva. Pero eso no es suficiente para Roy. También vemos cómo se hace pasar por inversionista y engañar a personas con poco o mucho dinero a invertir en acciones inexistentes. Tiene tantas máscaras que casi admiramos cómo puede sostener tantos engaños a la misma vez. Por otro lado, siempre tenemos la sospecha de que Betty McLeish, profesora jubilada de la Universidad de Oxford, no puede ser tan ingenua como para creerle las historias de Roy, confiar totalmente en él y abrirle las puertas de su casa sabiendo tan poco de él. Así que esperamos el momento en que el engañador pruebe su propia medicina.

No será hasta que los dos vayan de viaje a descubrir lugares conocidos asociados con la guerra que poco a poco seguimos la pista de dos personas que tienen historias que en nada compaginan con sus presentes. Nos dan las piezas, pero no sabemos dónde colocarlas hasta que vemos todo el cuadro a través de pedazos de memoria que en parte simulan los espacios vacíos y artificialmente rellenados que ambos habitan. El engaño puede ser una dulce venganza como un buen negocio e inversión que forje un futuro por forjar.

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