Filmes hermosos encontrados por accidente: documental

 

CLARIDAD

Una de las ventajas de estar enclaustrados es que el cine—en sus múltiples expresiones, estilos y plataformas—es parte del diario sobrevivir en estos tiempos tan raros que ya se han convertido en normalidad. Así que el ver tanto cine (series, standups, documentales, largometrajes de ficción) nos convierte en “casi” expertos porque podemos comparar, recordar y ver nuevamente alguna historia que se quedó en nuestra memoria. Así que, aunque Manuel Martínez Maldonado en 80 Grados y yo aquí en CLARIDAD escribimos religiosamente sobre cine, personas como Egidio Colón Archilla nos sorprende con su selección (y la de Armindo Núñez) de cine de ahora y de mucho antes en su espacio de FaceBook y, lo mismo sucede con Daniel Nina en el Post Antillano, quien hace poco escribió sus impresiones sobre un filme de Nigeria, la cúspide del cine amateur. Nos leemos mutuamente y así conversamos sobre lo que nos apasiona. En esta columna incluyo otras hermosas sorpresas en el género del documental, todos de 2020.

 

The Sit In: Harry Belafonte hosts the Tonight Show (Yoruba Richen por Peacock)

Por una semana en febrero 1968, Johnny Carson cedió su espacio nocturno del “Tonight Show” (NBC) al cantante de fama mundial y conocido actor hasta ese momento de Carmen Jones, Island in the Sun, Odds Against Tomorrow, Harry Belafonte. El resultado fue transformar este espacio jocoso, satírico y a veces cínico en un junte de personalidades que apoyaban los movimientos más progresistas de ese inquietante 1968. Carson consiguió de sus productores que no hubiera restricciones en cuanto a invitados y formato. Por ejemplo, Belafonte no tenía un monólogo inicial, sino que ofrecía una canción, interpretada en su estilo muy, muy especial, como apertura al programa. Y al comienzo de este año que resultaría tan tormentoso y trágico, parecía que reinaba una nueva esperanza. Esto lo vemos en el increíble listado de invitados que conversaron con Belafonte durante estos cinco días. Es sorprendente y maravilloso que durante cada una de estas noches se congregaran cantantes, cantaautores, actores, comediantes, atletas, poetas y que 15 de estos 25 invitados fueran “people of color”. Vale la pena nombrarlos para enfatizar la importancia de estas figuras y su relevancia en la historia del siglo XX: Martin Luther King y Bobby Kennedy (quienes serían asesinados en la primavera y el verano del ’68), los comediantes y actores comprometidos Nipsey Russell, Tom & Dick Smothers, Lena Horne, Zero Mostel, Paul Newman, Sidney Poitier, Bill Cosby, el baloncelista Will Chamberlain, los cantantes Aretha Franklin, Dionne Warwick, Petula Clark, Buffy Sainte-Marie, Robert Goulet, la poeta Marianne Moore.

La gran ironía y la gran contribución de este documental es que estos programas no se preservaron en el archivo de NBC porque era la costumbre grabar encima para economizar materiales, pero Yoruba Richen pudo conseguir fragmentos de los programas al encontrar otras personas que por pasatiempo habían copiado algunos de ellos. Así que la labor titánica de la directora fue montar esos pedazos y todo lo escrito por la prensa mediática dentro de un excelente guion que también incluye entrevistas con estudiosos y entrevistados de ese programa. La administración del canal sí recibió quejas de que no se estaba presentando “la otra opinión” sobre el movimiento de los derechos civiles y la guerra de Vietnam, a lo que Belafonte contestó: “I don’t think that’s necessary. The other sides to both issues are only too well represented in every media and in reality …. We have been living with ‘the other side’ every day.” El archive de vida de Harry Belafonte está desde febrero 2020 en el Schomburg Center for Research in Black Culture de la Biblioteca de Nueva York.

A Secret Love (Chris Bolan por Netflix)

Este documental cuenta la historia de amor de dos mujeres, provenientes de la provincia canadiense de Saskatchewan, que se vinieron a conocer en 1947 y que vivieron juntas por 65 años compartiendo un amor prohibido, pero a la vez indirectamente aceptado por la familia de una de ellas. Terry Donahue, parte de los equipos originarios de mujeres peloteras de los Estados Unidos—All American Girls Professional Baseball League (1943-1954)—encontró su propia voz, identidad e independencia a través de jugar un deporte que la mayoría de fanáticos creía que no incluía a mujeres y donde la burla y el rechazo reinaba. Pero ella y sus compañeras probaron a través de los años que eran merecedoras de la admiración de sus fanáticos que crecía gracias a auspiciadores y un juego de calidad. Esta experiencia la recoge formidablemente Penny Marshall en A League of Their Own (1992) en la cual Donahue sirvió de consultora. Es en este ambiente festivo y competitivo que Terry conoce a Pat Henschel, también atleta y seguidora del juego de pelota femenino. El documental comienza en un momento crítico: después de vivir en su casa en Chicago por 21 años, sus edades casi no le permiten cuidar de ese espacio y la familia de Pat prefiere (y luego decide) que es mejor estar en un centro de “assisted living” cerca de su familia. Es la sobrina de Terry, Diana, la que narra el dilema en que se encuentra ya que sabe que ya no pueden vivir solas, pero a la vez las separa del lugar que consideraron su hogar y comunidad por tantos años.

A través de entrevistas individuales y colectivas, de álbumes de fotos y recortes de periódico, recorridos por la casa y el vecindario y recuerdos muy precisos de ambas mujeres, el director, Chris Bolan (hijo de Diana y sobrino-nieto de Terry) nos presenta un documental “en vivo” a través de siete años de filmación, estableciendo una relación a través de la cual reconstruye el pasado desde múltiples miradas. Por eso Pat y Terry se convierten en familia para lxs espectadorxs. Es un hermoso poema de amor que, aunque una vez fue secreto, con el tiempo se normalizó y extendió a su encuadre más cercano.

Silvio Rodríguez: mi primera tarea (Catherine Murphy por twitch.tv/hothouseglobal)

La campaña de alfabetización ha sido uno de los grandes logros de la Revolución Cubana y aquellos que participaron, como Silvio Rodríguez, todavía recuerdan esa experiencia, que a muchos como a él mismo, le cambió la vida. A los 14 años encontró su sendero, su lugar en una revolución que cambiaba al mundo. A ese llamado del gobierno revolucionario, tan temprano como 1961, a los estudiantes de secundaria para dar un año de estudios para ser parte de la brigada de alfabetización que recorrería los campos a través de Cuba, respondieron más de 100,000 jóvenes. Como nos recuerda algunos de los documentales cubanos que recogieron esta experiencia para la posteridad y la vivencia de Silvio: “fue una batalla épica, armados con libros, lápices y cuadernos” para enfrentarse a la ignorancia de una población mantenida al margen por tantos años.

Silvio, el trovador de la Nueva Canción, puede ser el enganche del documental, pero lo hermoso e impactante es el poder ver las filmaciones de ese momento, las entrevistas a los jóvenes participantes y a la población afectada, seguir sus pasos por lugares remotos que ellos ni sabían que existían y el volver después de un año a sus casas totalmente cambiados por la experiencia vivida. Como muy bien señala Silvio, descubrieron la otra Cuba, sacrificaron la seguridad del hogar y el salón de clase para lanzarse a un desconocido geográfico y poblacional. Se redescubrieron como mensajeros del cambio, como hacedores de una nueva patria. Hermoso e inolvidable.

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