Frente a la asimilación, la lucha por la liberación…

Buenas tardes a todos y todas. Hoy es día de lucha, aquí o en la playa, porque para afirmar nuestro derecho a ser libres cualquier lugar es bueno. Hoy se efectúa, no se celebra, un mal llamado referéndum para la descolonización. Sabemos que el gobierno de Estados Unidos, mediante el ejercicio del poder que le concede la cláusula territorial, les ordenó a sus súbditos en Puerto Rico, a través del Departamento de injusticia federal, que se incluyera la opción del territorio en la consulta de hoy. Lo que se pretendía con esa inclusión forzada del territorio, es que los puertorriqueños votaran para restituir el consentimiento a la colonia que se revocó en la elección, que fue plebiscitaria a su vez, en el 2012, donde más del 54% de los que votaron rechazaron el territorio.

Ello nos lleva a reflexionar sobre por qué el Departamento de injusticia federal impone la opción del territorio en la consulta espuria que se celebra hoy. Creo que la clave está en lo que fundamentó jurídicamente la ley Promesa que es la que nos pone directamente bajo el gobierno sin consentimiento de los gobernados que es la Junta de Control Fiscal. El mismo día en que se resolvió el caso en el Tribunal Supremo Federal, Pueblo vs Sánchez Valle, se aprobó la ley Promesa, bajo el fundamento de que somos un territorio no incorporado, sujeto a los poderes plenarios del Congreso Federal. Por eso le hemos llamado al gobierno que ejerce La Junta De Control Fiscal, una dictadura legitimada por el poder federal que ejerce sobre nosotros, el Congreso de Estados Unidos. Precisamente para hacer algo similar a lo que hicieron con el ELA en 1952, repiten su insolencia de tratar de forzar que nosotros como pueblo, consintamos en un llamado ejercicio de voluntad democrática, a que la Junta de Control Fiscal nos gobierne.

El coloniaje como la esclavitud, no puede ser consentido porque es un crimen contra la humanidad. Porque es contrario al derecho de todos los pueblos a poder auto determinarse. Luego de años de dominio, de control de la economía, de las comunicaciones, de las relaciones internacionales, de dádivas otorgadas para fomentar la dependencia e incrementar las ganancias, nada mas entendible y lógico que un pueblo al que se le consulte sobre si quiere dejar de ser colonia, pueda llegar a consentir, seguir siéndolo. Por eso se le atribuye a un dirigente político en Latinoamérica, decir que: “a veces la gran tragedia del hombre (dicho genéricamente) es que hay que obligarlo a ser libre”. Así podemos decir en el concepto colectivo de un pueblo que ha llegado a ver el coloniaje con un sentido de fatalismo, es decir, como algo inevitable a su naturaleza de pueblo pequeño y subdesarrollado. Todavía hay un sector amplio de la nación puertorriqueña que piensa que no queda otro remedio para sobrevivir, que seguir sojuzgados, sometidos al poder colonial. Por eso se hace tan difícil la tarea de los independentistas que tienen que educar y convencer al pueblo de que pueden y merecen ser libres. Es un gran reto pero también una necesidad imperiosa, hacer conscientes a las masas de que ser libres es un derecho natural al que todos los pueblos del mundo pueden y deben aspirar.

En la colonia, con o sin intención, los medios de comunicación verbal y escrita, tergiversan y confunden varios conceptos. Desenfocan el análisis y hacen del silogismo una norma constante. Es decir; parten de premisas erróneas que hacen que el resto del análisis que parte de la premisa errónea, parezca lógico y correcto sin serlo. Demos algunos ejemplos. En la Universidad de Puerto Rico el liderato estudiantil decide hacer una huelga para protestar y obligar a buscar alternativas que evitan el cierre de recintos, el encarecimiento de la matricula, la eliminación de ofertas académicas y el empobrecimiento de los estudiantes que componen los once recintos del sistema. El origen de la protesta es la imposición de la Junta y del Gobernador de Puerto Rico de recortes por 512 millones de dólares. La Junta dice que la iniciativa es del gobierno actual y del gobernador Ricky Rosselló, el gobernador dice que es una propuesta de la Junta de Control. Ambos tienen la culpa, actúan en conjunto y común acuerdo y coinciden en el ataque a la Universidad de Puerto Rico, que es nuestro proyecto social más importante.

En nuestro mundo bizarro, los maleantes, mozalbetes, irresponsables y vandálicos son los estudiantes que se oponen a los recortes que destruirían gran parte de lo que hoy conocemos como la Universidad de Puerto Rico. A esa labor de tergiversación de los conceptos y de glorificación de los verdugos de la universidad ,así como de la demonización de quienes la defienden, se han prestado varios de nuestros comentaristas políticos y algunos medios de comunicación que quieren complacer al gobierno federal y sus acólitos en Puerto Rico, luciendo más leales que el cordero del escudo. El colonizado es así, se ataca a sí mismo y confunde al enemigo. Glorifica al que lo humilla y quiere ser como él, incluso integrándose a sus estructuras políticas, pensando que eso los llevará a ser iguales.

Sin embargo, el colonizador que se siente superior, los ve como seres subdesarrollados, indignos de comer en su mesa como iguales. Ya lo decía Don Pedro en un famoso discurso: “Aquí vienen políticos del patio a enseñar fotos reunidos con dirigentes norteamericanos. Se sienten iguales porque los dejaron entrar a una reunión o una cena y los sentaron juntos, Pobrecitos, decía Albizu, no saben que los yanquis sientan a los perros a la mesa de la casa para que coman con la familia pero no se confunden, saben que aunque coman juntos, el perro sigue siendo la mascota de la casa, sigue siendo perro”. Ya lo dijo una política del patio recién estrenada: A mí no me importa que no me quieran los norteamericanos, yo tengo el derecho a la igualdad porque mi ciudadanía americana me confiere ese derecho. Pobrecita ilusa, piensa que los conceptos jurídicos tienen un contenido antropológico, que en realidad no tienen porque no están avalados por la historia ni por los conceptos de superioridad de raza que tienen los colonizadores, que se sienten llamados por Dios para regir los demás pueblos del mundo. A eso es que ellos llamaban el destino manifiesto, es decir, yo soy superior y mi nación lo es porque Dios lo quiere así.

En esta hora aciaga tenemos lecciones que aprender, algunas que nos da el propio proceso político que el imperio nos ha impuesto, otras que nos dan los estudiantes en lucha. Debemos examinar algunas de ellas:

En primer lugar, es importante saber que el gobierno de Estados Unidos aún nos ve como un enclave importante para sus fines comerciales y hasta militares aunque de manera distinta a la tradicional. Por eso presionan y manipulan a sus testaferros para que se mantenga el territorio no incorporado. Segundo, es imperativo aprender de la democracia participativa que practican los estudiantes y que los ha llevado a lograr que el gobierno tenga que escucharlos más que lo que atiende a la oposición formal en la legislatura. Ello implica que para que lo atiendan a uno, a veces hay que plantear y crear problemas para desarrollar un grado de tensión que logre que la opinión pública exija que se atienda y se resuelva. Tercero, es necesario cultivar más las relaciones con los medios de comunicación , los que trabajan en ellos y los que forman opinión pública más allá de las redes sociales, que insisto, creo que están sobreestimadas y que el público que las lee, muchas veces se habla entre sí y pertenecen a grupos de opinión similares políticamente.

Cuarto, hay que volver a la época en que ser militante era casi como una profesión de fe militar y religiosa. Se tiene que desarrollar una ética de trabajo mayor, levantarnos temprano y acostarnos tarde, como ya dije en otro lugar. Dar ejemplo de rigurosidad en el análisis, de creatividad, de arrojo y valor frente a las dificultades. También de paciencia para dialogar y educar a nuestro pueblo sobre la justeza de nuestra causa, que es la suya, es decir, la necesidad de ser libres y asumir la responsabilidad de nuestro destino como país al cual hay que reconstruir en sus bases esenciales. Hoy aquí, igual que antes, hay que estar dispuesto a hacer un juramento básico: dar vida y hacienda, si fuera necesario, por la libertad de la patria. Muchas gracias…

Palabras pronunciadas en la actvidad del 11 de junio de 2017, Día de la Bandera…

Artículo anteriorBajarán a votación proyecto para prohibir cenizas de carbón
Artículo siguienteLa lucha palestina no termina