¡Hasta luego, Rafa!

Yo estaba en la ciudad de Nueva York con mi hijo en un viaje celebrando su graduación de cuarto año. Una llamada de mi hermano Edgardo, un domingo en la tarde me notificó el deceso de mi hermano Rafael J. Buxeda Díaz.

Rafael o Rafa fue un destacado militante del Movimiento Pro Independencia (M.P.I.) desde finales de la década del ’60 y principios de la década del ’70 cuando se fundó el P.S.P. Rafi fue un objetor por conciencia al servicio militar debido al conflicto de Vietnam. Al igual, que toda su generación estuvo marcado por el movimiento por los derechos civiles de Martin Luther King en Estados Unidos, el movimiento hippie, las huelgas en la Universidad de Puerto Rico y la lucha por sacar a la Marina de Guerra de Culebra y Vieques, entre otros conflictos.

Rafael trabajó en Impresora Nacional, una imprenta que publicaba CLARIDAD. En una ocasión, Rafi me dijo que sus compañeros tuvieron que enfrentar a tiros un ataque contra el edificio de Impresora Nacional por una turba de derecha. Hay evidencia de artículos en CLARIDAD y fotos sobre ese suceso.

La primera vez que asistí al Festival de CLARIDAD en el estacionamiento de la playa del Escambrón en San Juan, Rafi me llevo de la mano, pues era mi hermano mayor.

Rafael nació en Nueva York un 5 de agosto, 1948 era el hijo mayor de Don Rafael Buxeda Massó y la Sra. María M. Díaz Navarro. Rafi se graduó de cuarto año del Colegio San José de Río Piedras. Desde joven se destacó por ser un buen estudiante con un gran dominio del idioma inglés y con buenas destrezas para la tecnología y las computadoras. Rafi tenía licencia de radioaficionado. El me enseñó a escuchar Radio Habana Libre.

Rafi se graduó de un Bachillerato en Ciencias Políticas de la Universidad Católica en Ponce. Posteriormente, realizo estudios graduados en esa disciplina en la Universidad Complutense de Madrid. En más de una ocasión mi padre le dijo que estudiara Derecho para convertirse en abogado. Nunca realizó estudios formales de Derecho. Sin embargo, trabajó como taquígrafo por muchos años y viajaba por la Isla tomando deposiciones y transcribiéndolas de una grabadora a la computadora y entregando el documento. Además, trabajó como artista gráfico y gerente de medios en una agencia de publicidad.

Rafael era un excelente fotógrafo. Se destacó por tomar fotos en festivales, teatros, conciertos, musicales, plazas públicas, etc. En muchas ocasiones nunca cobró un centavo por esas fotos. Sus amigos artistas, cantantes, teatreros y los del circo pueden dar fe de ello. Rafi tenía una página en internet donde se pueden apreciar sus fotos: https://rafapr.zenfolio.com/creme_de_lacreme. Rafi fue un autodidacta, no sabemos cómo tenía tanto talento para tomar fotos sin haber estudiado fotografía. Era muy cuidadoso y crítico en todo lo que realizaba.

Era el autor del libro de fotos La Habana Oculta (1995), un relato fotográfico de la cotidianidad de la gente de La Habana en 130 fotos publicadas en 84 páginas. El libro no tenía muchos textos salvo unas notas introductorias del autor, una cita sobre la educación socializada de Fidel Castro y un fragmento al final del libro de la letra del poema musicalizado Oda a mi generación del cantautor cubano Silvio Rodríguez 1.

Rafi fue un defensor de la Revolución Cubana durante toda su vida. De hecho, viajó varias veces a Cuba y disfrutaba los habanos y cigarros.

Lamentablemente, fumaba desde joven y creemos que esto le afectó su salud física. La última vez que hablé con él lo noté triste y se le aguaron los ojos al darme la mano en señal de despedida. Mi hermano Edgardo fue notificado por una vecina que algo raro sucedía en su casa (que era la casa de mis padres en Santurce). Al avisar a la Policía lo encontraron en su oficina en el segundo piso de la residencia. Parece que estuvo varios días sin vida. Luego de estar un tiempo en el Instituto de Ciencias Forenses su cuerpo fue cremado.

Yo les puedo asegurar que Rafa sigue tomando fotos, visitando teatros, conciertos y actos políticos para decir presente a favor de la independencia patria, discutiendo de política y Derecho con sus amigos(as) abogados (as). De seguro, está visitando “El Coco de Luis” en la Placita de Santurce.

Nunca te olvidaremos porque no pudieron ganarte una discusión política. Siempre fuiste ejemplo de verticalidad y honradez. Falleciste a los 68 años muy cerca del día de tu cumpleaños. Debes de estar muy contento en la eternidad junto a mis padres, familiares, compañeros (as) y amigos (as) de tantas jornadas participando en piquetes, protestas, vendiendo CLARIDAD y tantas actividades en las que ofreciste tu inteligencia, talento y servicio en favor de nuestra causa e independencia.

El autor es historiador y sacerdote episcopal. Comentarios: ivanrbuxeda@outlook.com

1Gabriela Ortiz Díaz, Érase una vez … La Habana Vieja, Fundación Nacional para la Cultura Popular, Viejo San Juan, 1 de junio, 2015.

Artículo anteriorSin servicio eléctrico hasta marzo
Artículo siguienteSerá otra cosa: Distracciones